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Rolando Alvarenga
@Bachiboxx55
El excampeón nacional e instructor de Levantamiento de Pesas, Roberto Guerra, es uno de los pocos salvadoreños que ha logrado asistir a cuatro Juegos Olímpicos diferentes. Guerra solo es superado –de momento– por el excampeón de Judo, Juan Carlos Vargas, quien, como atleta y médico de contingentes salvadoreños, ha asistido en seis ocasiones al último peldaño del Ciclo Olímpico.
El expesista asistió a las citas olímpicas fungiendo como entrenador de Eva María Dimas en los Juegos Olímpicos Atenas 2004 y Beijing 2008; mientras que sumó otros dos sellos olímpicos a su pasaporte entrenando a Julio Salamanca, en Londres 2012 y Río 2016.
“De los cuatro Juegos Olímpicos a los que he asistido, dos marcaron mi vida por lo que pude presenciar: el primero fue Atenas 2004, cuando fui testigo del retiro del atleta Pyrros Dimas, de Grecia, considerado el más grande que ha tenido la halterofilia mundial; mientras que el segundo fue haber clasificado por méritos propios a Julio Salamanca a los Juegos Río 2016”, expresa con nostalgia el entrenador.
En la misma línea, Guerra reafirma que clasificar a unos Juegos Olímpicos es la “máxima” aspiración de todo atleta y entrenador, porque es una experiencia que los marca para toda la vida.
Por tal razón, y con pilas bien recargadas, Roberto Guerra ya trabaja arduamente enfocado en los Juegos Olímpicos Tokio 2020; aunque es consciente de que ahora –sin Julio Salamanca bajo su tutela– le será más difícil, pero no imposible, conseguir la clasificación a Juegos Olímpicos con uno de los atletas que está forjando en estos momentos.
“El camino es largo, pero el tiempo pasa rápido y siempre hay que
empezar por el principio”, sentencia Guerra.
