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¿Probidad se suma a las changonetas de la Sala?

En un par de ocasiones hemos criticado a la Sala de lo Constitucional por convertir un derecho constitucional en prácticamente una “changoneta”, remedy como se dice popularmente, prostate al admitir y darle curso legal a cuanto recurso de inconstitucionalidad promueve un “tinterillo” al servicio del partido ARENA, no rx y de otros grupos identificados con la estrategia de ese partido como FUNDE y Aliados por la Democracia.

Algunos, recursos admitidos van más allá de la changoneta, por sus consecuencias de fondo, como la paralización del Gobierno al negarle, por ejemplo, la venta de $900 millones de dólares en bonos. De esto ya hemos escrito, y se hace necesario, hacer otro editorial, pero en otro momento.

La forma como los magistrados Sidney Blanco y Belarmino Jaime, han impuesto a la unidad de Probidad, en el sentido de seleccionar a los investigados “por olfato” o por ubicación ideológica, debería tener preocupada no solo a la comunidad de abogados, sino al pueblo entero.

Y es que los 29 casos hasta hoy seleccionados por Probidad, ante sugerencia de los magistrados arriba mencionados, sin que se tenga el más mínimo criterio técnico, deja mucho que desear, y no dudamos que el trabajo de Probidad pueda convertirse también en una changoneta, sobre todo, si los casos seleccionados no tienen a la base, criterios como antigüedad, en primer lugar; peligro de una escapatoria, y hasta montos, si es que no hay otros.

Nadie en su sano juicio se va a poner en contra de que Probidad investigue los indicios de corrupción o enriquecimiento ilícito, pues, está claro que este mal endémico que dejó ARENA, como una cultura, debe combatirse.

Pero resulta curioso que ante la Fiscalía se han interpuesto más de 150 casos de corrupción, y por ende debe haber enriquecimiento ilícito, y Probidad, o los magistrados de la Sala no muestren ningún interés en investigar.

Más bien da la impresión de fijar su atención solo en funcionarios del FMLN para sustentar la campaña de ARENA de identificar con la corrupción también a los gobiernos de izquierda y por ende al FMLN.

Llama la atención, por ejemplo, que la actual diputada y exvicepresidente de la República, Ana Vilma de Escobar, no sea del interés de los magistrados ni de probidad, a pesar de que ya es del conocimiento público de irregularidades mientras fue Directora del ISSS, y de FECEPE.

Probidad tiene un gran reto de presente y futuro de combatir el enriquecimiento ilícito, y por ende la corrupción, pero con criterios técnicos, alejados de la “changoneta”.

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