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Junto a su familia, Brett Kavanaugh juró como juez de la Corte Suprema de Estados Unidos. [Foto Fred Schilling / Corte Suprema de los Estados Unidos / AFP]

Pese a protestas en contra, juez Kavanaugh entra a la Corte Suprema de Estados Unidos

Washington / AFP

Michael Mathes

El juez Brett Kavanaugh prestó juramento como miembro de la Corte Suprema de Estados Unidos, horas después de haber sido confirmado por el Senado, en una gran victoria para el presidente Donald Trump a un mes de los cruciales comicios de mitad de mandato.

«Es una noche histórica», dijo el presidente Trump en un mitin electoral en Kansas. «Estoy aquí frente a ustedes hoy tras una maravillosa victoria para nuestra nación, para nuestra gente y para nuestra amada Constitución», declaró entre los gritos de la multitud.

El Senado aprobó la nominación con una votación de 50-48, la más estrecha para un juez de esta instancia desde 1881, poniendo fin a un proceso de confirmación caótico marcado por las acusaciones de agresión sexual contra el magistrado.

Las acusaciones contra el juez acentuaron las divisiones en la sociedad estadounidense y miles de personas protestaron en todo el país contra su confirmación.

 – Protestas –

Unos mil manifestantes, esencialmente mujeres, pasaron la jornada del sábado ante la Corte Suprema, ubicada a pocos metros del Capitolio.

Y en el hemiciclo, la votación fue interrumpida varias veces por los gritos de protesta provenientes de la galería del público.

Las mujeres víctimas de agresiones estuvieron en la primera fila de las manifestaciones contra Kavanaugh.

«Es nuestra Corte, son nuestras instituciones», declaró a la AFP Jessica Campbell-Swanson, de 35 años, tras haber trepado a la gran estatua de mármol que representa la justicia, delante de la Corte Suprema, cuyas puertas de bronce fueron golpeadas con los puños por numerosos manifestantes.

La policía terminó alejándolos y detuvo a una decena.

«Estoy aquí porque el presidente Trump se burló de las víctimas de agresión sexual», dijo Kara Harrington, de 50 años, originaria de Carolina del Sur.

La mujer portaba una pancarta en la que se podía leer «Vergüenza». «Fui agredida cuando era joven y nunca lo había contado a nadie», dijo. «Todo esto desató algo en mí».

– Promesa cumplida –

El Senado, que da luz verde a las nominaciones al máximo tribunal, siguió las líneas partidarias -con los republicanos votando a favor y los demócratas en contra- con la excepción de un senador demócrata. La republicana de Alaska Lisa Murkowski, que había anunciado que votaría no, finalmente se abstuvo.

De 53 años, el juez Kavanaugh integrará el más alto tribunal de Estados Unidos, que verifica la constitucionalidad de las leyes y arbitra en los asuntos más delicados.

Trump pudo entonces cantar victoria, pues como prometió durante su campaña logró inclinar la institución al campo conservador al nombrar dos jueces desde el comienzo de su mandato. Los jueces progresistas quedaron en minoría (cuatro de nueve).

Esto representa un revés para los demócratas y los defensores de los derechos civiles.

En el mitin en Kansas, Trump acusó a los demócratas de haberse convertido en una «turba enfurecida» y dijo que Kavanaugh trabajará junto a su otro seleccionado para la Corte Suprema, Neil Gorsuch, para proteger «los derechos sagrados» de los estadounidenses.

La candidatura de Kavanaugh, formado en la universidad de Yale, se vio amenazada cuando una mujer lo acusó a mediados de septiembre de abusos sexuales, sembrando la duda sobre su probidad.

Christine Blasey Ford, profesora universitaria de 51 años, lo denunció por un supuesto intento de violación ocurrido en 1982 durante una fiesta de adolescentes.

Esas afirmaciones cayeron como un balde de agua helada en un país ya muy sensible a los temas de agresiones sexuales, tras el surgimiento hace un año del movimiento #MeToo.

Durante una audiencia en el Senado seguida por 20 millones de estadounidenses, Ford dijo estar «100% segura» de haber sido agredida por Kavanaugh cuando tenía 15 años y él 17.

El magistrado, muy molesto, respondió asegurando su inocencia y se presentó como víctima de una campaña orquestada por la izquierda.

Bajo la presión de legisladores indecisos, el Senado encargó una investigación a la policía federal, el FBI, que en la noche del miércoles comunicó su dictamen.

El informe dejó satisfechos a los republicanos, para los cuales no había «nada» comprometedor sobre el magistrado.

Pero los abogados de Ford consideraron que la investigación no fue «significativa» por no incluir entrevistas con la denunciante ni con el juez.

– «Voten» –

Trump espera que este éxito político, junto a su dura posición sobre la inmigración y una economía en pleno crecimiento, llevará a sus seguidores contentos a las urnas en las elecciones de medio mandato para ofrecerle una mayoría más cómoda en el Congreso.

«Los republicanos saldrán a votar», dijo el mandatario a los periodistas que le acompañaban en Kansas. «Nos beneficiaremos de un dinamismo que no habíamos visto desde hace años».

Los demócratas esperan, en cambio, que esta polémica en torno a Kavanaughmovilice al electorado femenino y les permita retomar el control del Congreso.

«Estamos decepcionados, estamos furiosos. Pero expresaremos nuestra cólera en las elecciones», advirtió en Twitter la organización de ayuda a los candidatos demócratas Emily’s List.

«A los estadounidenses, a todos los millones de personas indignadas por lo que pasó aquí, no hay más que una respuesta: voten», lanzó el sábado antes del voto del Senado el jefe de la minoría demócrata, Chuck Schumer.

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