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A pesar de la urgencia climática, la COP23 aplaza sus principales decisiones hasta 2018

Por Jordi Zamora

Bonn/AFP

La conferencia del clima de la ONU (COP23) se cerró el viernes con un aire de resignación tras la decisión de Estados Unidos de abandonar el barco, y con numerosos frentes para luchar contra el cambio climático que quedarán abiertos hasta 2018.

El objetivo principal de los casi 200 países, reunidos en Bonn durante dos semanas, era empezar a redactar el reglamento del histórico Acuerdo de París para impedir que la temperatura del planeta aumente más de 2º C respecto a la era preindustrial.

Pero en el tintero quedan otros aspectos que provocaron, de nuevo, tironeos entre países ricos y en desarrollo. La causa, el año 2020.

En esa fecha los miembros deben haber revisado, principalmente, sus compromisos de reducción de gases de efecto invernadero, y más importante aún, sus compromisos financieros para la lucha.

Sin dinero, recuerdan los países pobres como Fiyi, que presidió esta COP23 pero que no pudo hacerlo en su territorio por falta de logística, su contribución a la lucha contra el calentamiento del planeta será escasa.

Las decisiones de fondo sobre esos temas quedaron postergadas hasta la COP24, que se celebrará en diciembre de 2018 en Katowice (Polonia), según todas las fuentes negociadoras y ONGs asistentes.

Y el farragoso trabajo sobre el reglamento del Acuerdo de París, que define los criterios de control mutuo de emisiones, los plazos de ayuda técnica, la financiación a largo plazo, etc, quedó apenas esbozado, con un borrador que puede llegar a centenares de páginas.

Los negociadores ya reconocen abiertamente que necesitarán como mínimo otra sesión de fórceps para aligerar el texto, antes de diciembre de 2018.

‘Como si faltara el corazón’

El principal emisor de CO2 y uno de los mayores financieros de la ayuda climática, Estados Unidos, asiste por el momento a las negociaciones, pero su actitud ha cambiado totalmente desde que el presidente Donald Trump anunciara en junio que el Acuerdo de París no sirve a sus intereses.

«Con la salida de [Donald] Trump parece como si las estrellas nos hubieran abandonado» explicó a la AFP Seyni Nafo, un negociador del grupo de naciones africanas.

«Es como si nos faltara el corazón. La posición de Estados Unidos influencia a los otros países desarrollados, lo que a su vez tiene consecuencias para las posiciones que adoptan la mayoría de países en desarrollo. Todo el mundo se vigila mutuamente», indicó.

«Nunca había visto una COP con un índice de adrenalina tan bajo» explicó un diplomático europeo bajo anonimato.

Países industrializados y emergentes se esfuerzan en tomar el relevo de Estados Unidos. Una veintena de países anunció esta semana una alianza para eliminar el carbón como fuente energética en las próximas décadas.

El presidente francés, Emmanuel Macron, acogerá a mandatarios del mundo entero el 12 de diciembre en París para reafirmar el compromiso de hace dos años. Trump no fue invitado.

Los fondos no llegan

La COP23 de Bonn ha sido una etapa intermedia de la negociación, coinciden los asistentes.

«La ‘pata débil’ son los métodos de implementación [del Acuerdo], no solamente el acceso a financiamiento y recursos sino transferencia de tecnologías y gestión de capacidades» para ayudar a los países en desarrollo, explicó la canciller de Ecuador, María Fernanda Espinosa, que representa al G77 y China (134 países).

El Fondo Verde creado en la COP de Cancún de 2009 es un ejemplo de ello.

«Ya han pasado 8 años, se esperaban 100.000 millones de dólares anuales, y eso no ha ocurrido. Lo que hay en la cesta son 6.000 millones» criticó.

La canciller ecuatoriana aseguró que a pesar del desconcierto creado por el anuncio de Washington, el deseo al cierre de esta COP23 era de no bajar los brazos.

«A pesar de algunas tensiones creo que vamos a salir con un amplio programa de acción» de Bonn, indicó Espinosa.

«No puedo prejuzgar el resultado, pero nuestras expectativas son de que vamos por buen camino» añadió Manuel Pulgar-Vidal, exministro peruano y ahora responsable del programa sobre cambio climático de la organización WWF.

Tras la entrada en vigor del Acuerdo de París, el año pasado, «esta era la primera COP para compartir ideas, para darles sentido; aunque no creo que hayamos hecho lo suficiente en torno al reglamento» explicó a la AFP Mohamed Adow, de la ONG Christian Aid.

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