palabra y dinero

El concepto de (-)Kujkul – Gespenst

 

Palabra y Dinero

 

(Resumen)

 

Rafael Lara-Martínez

Tecnológico de Nuevo México

[email protected] /

https://nmt.academia.edu/RafaelLara

Desde Comala siempre…

 

Al regresar, el Espectro (Gespenst, -Kujkul) testimonia de un pasado vivo y de un futuro viviente.  JD

 

Un Espectro (Gespenst, -Kujkul) recorre el Mundo, el Espectro de confundir las palabras-monedas y las cosas, las palabras y los hechos, el dinero y el trabajo…

 

*****

 

Al Tecnológico de Nuevo México por concederme la libertad de expresión…

 

A la Editorial de la Universidad Don Bosco por su apoyo constante, en verdadera obra de arte y mecenazgo…

 

0.  Preludio

 

En suplemento al libro “Recordar la diferencia.  El legado narrativo náhuat de Lyle Campbell” (Universidad Don Bosco, 2019), el ensayo “El concepto de (-)Kujkul – Gespenst” actualiza su aporte al estudiar la reciente publicación de Titajtakezakan.  Hablando a través del tiempo.  Inventario de la tradición oral de Santo Domingo de Guzmán, recién publicado en agosto de 2018.  Este fragmento ofrece un resumen de esa interpretación.  Explica un concepto clave para la filosofía náhuat.  El ensayo aplica los “Espectros de Marx” (1993) de Jacques Derrida a los textos náhuat.  Rastrea las equivalencias entre los Fantasmas marxistas (Gespenst) e indígenas (-Kujkul), enlazados en el dinero y quizás en la palabra.  Se ignora por qué razón los primeros Espectros (Gespenst) califican de científicos y los Segundos (-Kujkul), de supersticiones, cuando por la misma lógica del símbolo ambos refieren la abstracción de la palabra y del dinero.

 

I.  Dinero y Fantasma

 

A continuación se ilustra un simple postulado: la lengua como Fantasma de lo Real, el dinero como Espectro.  Las palabras recubren las cosas, las disfrazan y las visten de gala.  De igual manera, el dinero oculta las mercancías en su uso inmediato, al sustituirlas por el precio, incluido el trabajo.  Si toda cosa que se intercambia por la misma palabra —“mango que te quiero mango”, manila mechudo verde, en alguashte, curtido…— posee un valor semejante, también a un precio equivalente, el dinero realiza la misma operación.  Clasifica la diferencia bajo igual categoría.  “Esto, eso y aquello —tres objetos distintos, salario mínimo también— valen diez (10) dólares”.

 

Se examina en detalle un relato selecto del libro Titajtakezakan.  Hablando a través del tiempo.  Inventario de la tradición oral de Santo Domingo de Guzmán, recién publicado en agosto de 2018.  La narración se intitula “Katka kiktajtanit tumin ka kujkul; Antes-(lo)-pedimos / Lo-pedíamos dinero a Kujkul”.  Si brevemente narra el encuentro anunciado de un campesino pobre, sin empleo, con un desconocido —caballero, calificado de Kujkul— es necesario otorgarle el formato adecuado antes de ofrecer una interpretación hipotética.

 

Luego de transcribir el cuento y numerar las oraciones, se ofrece una doble traducción: semi-literal y estandarizada.  Ante todo, la primera glosa calca el ritmo poético original, así como el contraste entre la narración y el diálogo, antecedido por un guión largo (—).  La discrepancia más obvia la exhiben dos verbos conjugados en serie, cual lo calca el lenguaje coloquial salvadoreño: “andá bañate = ve a bañarte” en castellano estándar.  Esta armonía la aplica también la secuencia “verbo auxiliar + verbo infinitivo castellano / conjugado náhuat”.  Aun si la cuestión gramatical no se somete al análisis, le queda a la lectura de anotar otras diferencias tajantes con el castellano.  Por alegoría melódica —se insinúa— el discurso náhuat lo determina un carácter discordante, según el modelo de la música atonal del siglo XX (véanse enunciados 3, 9, 10, así como 15 y 23).  Sin escuchar la música de Anton Schoenberg (1874-1951), este resumen no razona la lengua náhuat en su ritmo atonal.

 

También hay que anotar la repetición como recurso estilístico propio de la narrativa —acaso anticipo de la “pop music” actual—  la cual debe calcar la traducción.  A menudo la obertura, asienta el estribillo cuya duplicación introduce la temática central: “keman witzet katka keman ne mijmil xilukisat u yawiya elukisat witzet katka ne wey ejekat wan…, cuando venían cuando las milpas jilotes-salen o va ya, elote-salen, venían el gran viento y/con” (el plural de “viento” sólo lo marca el verbo; en contraste, véase: wan kiané panu katka ne ejekat, ne ejekat yawi, y así pasaba el viento, el viento (se) va”; lo mismo sucede con “(ne) lujluj”, “chamán/es”, cuyo número lo marca el verbo: Inak ne lujluj ikman (singular) vs. Walajket ne lujluj ipal Chiltiupan (plural)).  Al privilegiar el enfoque poético sobre el lingüístico académico, sin tedio por la diversidad musical, la traducción resalta el entramado de los sonidos en “la unidad de la frase”.  Su ritmo “convoca el pasado que es un futuro” (véase Octavio Paz, “El arco y la lira”, El ritmo (1956)).  El ritmo despliega la “imagen del mundo” que “apoya la filosofía” náhuat.

 

Sin duda, se trata de un antiguo recurso habitual, ya que la teoría materialista del Fantasma-Espectro (Gespenst, -Kujkul) reitera este término clave tres veces, el inicio del “Manifiesto del Partido Comunista (1847)”: “un fantasma/espectro (Gespenst/Kujkul) recorre/se cierne (geht um)…el fantasma/espectro (Gespenst/Kujkul)  del…contra ese fantasma/espectro (Gespenst/Kujkul)”).  He aquí, a continuación el relato, cuyo único cambio ortográfico consiste en restituir la “tz”.  Se recuerda que por tradición se conserva la grafía “x” para la “sh” del inglés.

 

Katka kiktajtanit tumin ka kujkul

 

“Nemituya se takat, se takat iwan isiwaw wan ipilawan, ne takat kilwij ne isiwaw (1): “Xikita ka niu niktemua kan nitekiti wan niu nikita tay nikajsi, anka kia niknamiki ne kujkul” (2). Yawi katka tik ne ujti, wan kiski ne takat pak se kawax wan kitajtanilij (3): “¿Pal kan tiyaw?” (4). ‘Né ninejnemi, niu niktemua kan nitekiti; tes nikajsi” (5).  “Pero asu tikneki —kilwij— naja nimetzmaka kan titekiti” (6). “¿Kia?”, kilwij (7).  “Kia, xitejku”, kilwij (8).  Walaj ne takat wan tejkuk, wan keman kitak, ajsik ne ustut wan kilwia (9): “¡Ximuixpilu!” (10).  Pero ken ina ka yaja kimatiaya chupi katka, ne ixumpe kikuminki, muixpiluj wan keman kitak nemik tik ne cueva (10), kalijtik, wey ken se weytechan (11).  Né nemituya muchi, tukniwan (12). Ina ka kilwia (13): “¿Wan tay nutekiw tiu tinechmaka?” (14).  “Ne mutekiw niu nimetzmaka tikmiktia kujkuyamet” (15).  “Nemi yek”, kilwia (16).  Uksé tunal mutalij kikmiktia ne kujkuyamet… wan se kuyamet kilwij (17): “Xikita, pal weli tikisa nin, ma xu xikwi tzitzinakajtuk (18), xikwi tekunal, ka yawit metzilwiat ka yawit metztaxtawiat, wan taja tina (19): Tekunal nikneki” (20).  Yejemet yawit kitaliat ne tumin sujsul tzitzinaka, wan taja tina (21): Tekunal nikneki” (22).  Panuk ne tujtunal, wan kilwij: “¡Niawa!” (23).  “Nemi yek, niu nimetztaxtawia -kilwia-, ¿tay tikneki: tekunal u wey tumin tzitzinakajtuk? (24).  “Te, naja nikneki tekunal’ (25). ‘¿Wan tayika tikneki tekunal?’ (26).  ‘Naja tekunal nikneki’, kilwia (27). Ne kuyamet katka tukniwan wan kilwij: ‘Xawa, asu te, kiané tiu tinaka ken tejemet: ka nin techpiat wan tes weli tiawit, nemanha techkwat’ (28).  Yaja yajki, kiski, kwikak itekunal (29). Keman ajsik ka ichan muchiwki tumin, pero ina ka sejsenpa mikik (30): kizkiltij sesek tutunik wan mikik” (31), inak ne nanzin Teresa Cortéz nakak viuda ipal Pérez (32).  (se anota que la grafía “z” del libro, se restituye en “tz” según la ortografía tradicional; la “sh” en “x”).

 

Antes-(lo)-pedimos/ Lo-pedíamos dinero a Kujkul

 

Había un hombre, un hombre con su mujer y sus hijos, el hombre le dice (a) la su mujer (1).

—Ve(lo)/Mirá que voy, lo busco dónde trabajo y voy, lo veo qué lo consigo.  Quizás si lo encuentro el Espectro (2).

Iba en el camino y sale un hombre sobre un caballo y lo/e pide/solicita (3):

—¿Para/de dónde vas? (4).

—Ahí camino, voy, lo busco dónde trabajo: no lo encuentro (5).

—Pero si lo querés —le dijo— yo te doy dónde trabajás (6 ).

—¿Sí?, le dijo (7).

—Sí, montá, le dijo (8).

Vino el hombre y montó, y cuando lo vio, llegó el barranco y dice (9).

—¡Agachate! (10).

Pero como relata/dice que él sabía ya poco, el su sombrero lo tiró, se agachó y cuando lo vio, estaba en la cueva (10), entró, (es) grande como un pueblo grande (11).  Ahí había toda/o(s), gentes (12).  Relata que lo dice (13):

—¿Y qué mi trabajo vas, me das? (14)

—El tu trabajo voy, te doy, lo matás cerdos (15).

—Está bien, le dijo (16).

Otro día se puso, los mata los cerdos y un cerdo le dijo (17).

—Ve(lo)/Mirá, para es-posible salís (de) aquí, no vayás, agarrás abrillantado/oro (18): agarrá carbón, que van, te dicen que van, te pagan, y vos relatás/decís (19):

—Carbón lo quiero” (20).

—Ellos van, te ponen el dinero, mucho brillante, y vos relatás/decís (21).

—Carbón lo quiero” (22):

Pasó los días, y le dijo:

—(Me) voy ya” (23).

—Está bien, voy, te pago —le dijo—, ¿qué lo querés?”: Carbón o gran(de) dinero abrillantado (24).

—No, yo lo quiero carbón” (25).

—¿Y por qué lo querés carbón? (26).

—Yo carbón lo quiero”, le dijo (27).

El cerdo era gente(s) y le dijo:

—Adiós/Vete, si no así vas, quedás como nosotros: que aquí nos tienen y no es-posible, vamos, después nos comen (28).

Él fue, salió, lo llevó su carbón (29).  Cuando llegó a/de su hogar, se hizo dinero, pero relata/dice que siempre murió (30): le agarró frío-duro/paludismo y murió (31), relató la señora Teresa Cortez quedó viuda de Pérez (32).

 

(Traducción estandarizada: Había un hombre, un hombre con su mujer y sus hijos, el hombre le dice (a) la su mujer.  —Mirá que voy a buscar dónde trabajo y voy a mirar qué consigo.  Quizás si encuentro el Espectro.  Iba en el camino y sale un hombre sobre un caballo y lo/e pide/solicita.  —¿Para dónde vas?  —Ahí camino, voy a buscar dónde trabajo; no lo encuentro.  —Pero si lo querés —le dijo— yo te doy dónde trabajar.  —¿Sí?, le dijo.  —Sí, montá, le dijo.

Vino el hombre y montó, y cuando lo vio, llegó el barranco y dice.  —¡Agachate!  Pero como dice que él sabía ya algo, su sombrero lo tiró, se agachó y cuando vio, estaba en la cueva.  Entró; es grande como un pueblo grande.  Ahí había toda (clase de) gente.  Relata qué lo dice.  —¿Y qué mi trabajo vas, me das?  —El trabajo (que) te voy a dar; matás cerdos.  —Está bien, le dijo.  Otro día se puso; mata los cerdos y un cerdo le dijo.  —Mirá, para ser posible, salís (de) aquí, no vayás a agarrar abrillantado/oro: agarrá carbón, que te van a decir que te van a pagar, y vos decís: —Carbón lo quiero.  —Ellos te van a poner el dinero, mucho brillante, y vos decís.  —Carbón lo quiero.  Pasó los días, y le dijo: —(Me) voy ya.  —Está bien, voy, te pago —le dijo—, ¿qué lo querés: Carbón o gran(de) dinero abrillantado?  —No, yo lo quiero carbón.  —¿Y por qué lo querés carbón?  —Yo carbón lo quiero”, le dijo.  El cerdo era gente y le dijo: —Adiós/Vete, si no así vas a quedar como nosotros: que aquí nos tienen y no es-posible irnos; después nos comen.  Él fue, salió, lo llevó su carbón.  Cuando llegó a su hogar, se hizo dinero, pero dice que siempre murió: le agarró frío-duro/paludismo y murió, relató la señora Teresa Cortez quedó viuda de Pérez).

 

A continuar:

 

 

Ver también

«Orquídea». Fotografía de Gabriel Quintanilla. Suplemento Cultural TresMil, 20 abril 2024.