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Obama termina su gira asiática con una advertencia a China

Por Stephen Collinson
Manila/AFP

El presidente Barack Obama terminó este martes en Filipinas una gira asiática destinada a tranquilizar a sus aliados sobre el compromiso regional de Estados Unidos y advirtió a China que no debe utilizar la fuerza para resolver las disputas territoriales.

En el último día de su viaje, que también le llevó a Japón, Corea del Sur y Malasia, Obama aprovechó un discurso pronunciado ante militares estadounidenses y filipinos en Manila para pedir moderación a China, sin nombrarla.

«Nosotros creemos que las naciones y los pueblos tienen derecho a vivir en paz y seguridad, a que se respeten su soberanía y su integridad», dijo.

«Creemos que se debe respetar la legislación internacional, preservar la libertad de navegación y no obstaculizar el comercio. Creemos que las disputas deben resolverse pacíficamente y no por medio de la intimidación o la fuerza», insistió el mandatario estadounidense.

La gira asiática de Barack Obama, esperada por sus aliados después de la anulación de un desplazamiento en octubre pasado debido a la crisis presupuestaria en Washington, pasó por cuatro países que tienen tensiones con Pekín, que reclama la casi totalidad del Mar de China, Oriental y Meridional.

Las tensiones con Japón son las más fuertes debido a las Islas Senkaku, un archipiélago deshabitado en el Mar de China Oriental controlado por los japoneses, pero reivindicado enérgicamente por los chinos, que las llaman Diaoyu.

Estados Unidos reiteró la posición que defiende desde hace mucho tiempo: que Washington apoyará a Tokio si es agredido a causa de las Senkaku, sin pronunciarse respecto a quién pertenecen esas islas.

Un editorial publicado el martes por el diario China Daily acusó a Obama de «considerar a Pekín como un adversario».

«Washington ya no trata de disimular su voluntad de contener la influencia china en la región», afirmó este diario oficial chino. «Estados Unidos muestra que es una amenaza para China en materia de seguridad», agregó.

Apoyo a Filipinas

Estados Unidos ha adoptado una posición muy delicada, puesto que necesita a China para contener a la turbulenta Corea del Norte, que prepara un cuarto ensayo nuclear, según los analistas.

Sin embargo, los norteamericanos volvieron a desafiar a Pekín firmando un acuerdo de defensa reforzado con Manila, que permite el incremento de la presencia de militares y equipos norteamericanos en Filipinas. Es decir, a orillas del Mar de China.

Al referirse a su tratado de defensa mutua de 1951, Obama advirtió: «Este tratado significa que nuestras dos naciones prometen, y cito, ‘nuestra determinación común a defenderse de ataques armados externos'».

«Y ningún agresor potencial puede dejarse llevar por la ilusión de que alguno de ellos está solo. En otras palabras, nuestro compromiso para defender a Filipinas es invulnerable. Estados Unidos cumplirá con ese compromiso porque los aliados nunca están solos», afirmó.

Contrariamente a las garantías suministradas a Japón, o a Corea del Sur en caso de agresión del Norte (28.500 soldados norteamericanos están acantonados en el Sur), Obama no citó específicamente las zonas marítimas que son la causa del conflicto sinofilipino como un motivo de asistencia a Manila si China se apoderase de ellas por la fuerza.

Pero Pekín comprende perfectamente el contexto internacional.

Estados Unidos, acaparado por el difícil proceso de paz israelo-palestino, la crisis con Rusia a causa de Ucrania y su retiro militar de Afganistán, sigue decidido a aplicar su estrategia de «reequilibrio» geoestratégico en beneficio de Asia, insistió Obama.

A nivel comercial, Washington tiene dificultades en las negociaciones del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP), un ambicioso convenio de libre comercio que estaría integrado por 12 países, incluyendo a Estados Unidos y Japón.

Aunque pasaron noches enteras negociando, los norteamericanos no lograron hacer ceder a los japoneses en las barreras arancelarias que obstaculizan el ingreso de automóviles y sobre todo de productos agrícolas estadounidenses.

«A pesar de los progresos, quedan muchas cosas pendientes para concluir el TPP», reconocieron los dos socios después de la visita de Obama a Tokio.

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