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Nos llegó el turno a los indocumentados 

Ilka Oliva Corado/ https://cronicasdeunainquilina.com

Las migraciones de centroamericanos hacia Estados Unidos iniciaron en la década del 80, desde que éste invadiera territorio centroamericano con la aplicación del Plan Cóndor y la agenda regional de las dictaduras a las que llamaron Conflicto Armando Interno y que en Guatemala dejó un Genocidio y la Tierra Arrasada.

En ese entonces miles se vieron obligados a salir de Centroamérica para salvar sus vidas y buscaron refugio en México y paradójicamente en Estados Unidos. No fue suficiente injerencia la del Plan Cóndor de aquellos años, que lo renovaron y en el 2004 le llamaron Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana. Algo que legalizó el ecocidio, la minería, la explotación de los recursos naturales y la embestida de las empresas transnacionales en la región. En síntesis el neoliberalismo se estableció en la región. Con esto los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres. Y comenzó la persecución despiadada de periodistas, defensores de derechos humanos y del medio ambiente. El asesinato de Berta Cáceres lo evidencia en Honduras. Y la desaparición forzada de los 43 alumnos de Ayotzinapa en México.

Con México sucedió mucho antes, fue en 1992 cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, entre México, Estados Unidos y Canadá. Lo echaron a andar en 1994, mismo año en el que Bill Clinton inició la construcción del muro entre Estados Unidos y México. Fue en Nogales y en aquel entonces lo hicieron de colchonetas de aterrizaje usadas en las guerras de Vietnam y del Golfo. Desde ese entonces se habla de combatir el tráfico de drogas. El muro era para persuadir y que los migrantes se abstuvieran de cruzar la frontera porque solo les quedaba como opción el desierto y los miles de kilómetros sin agua donde era por seguro que morirían.

Miles de mexicanos se vieron obligados a migrar como única forma de subsistencia. En cifras oficiales de la Patrulla Fronteriza (pero sabemos que en realidad son muchos más) alrededor de 6,330 personas murieron en su intento por cruzar el desierto entre México y Estados Unidos, entre 1984 y 2014. Informa la organización humanitaria Colibrí Center for Human Rights, en Tucson, Arizona, que han desparecido alrededor de 2,500 en el desierto.

Demócratas y republicanos son la misma cosa cuando de política externa e indocumentados se trata, en el 2006 se aprobó la renovación del muro en la frontera y fue por una iniciativa que firmó Hillary Clinton y varios senadores demócratas, a la que se le llamó Ley Valla Segura (Secure Fence Act).

Y con esto también vino la Operación Contorno (Streamline Operation) que es el encarcelamiento masivo de indocumentados que atrapa la Patrulla Fronteriza y que cumplen sentencias de hasta 180 días en cárceles antes de deportarlos a sus países de origen. Esto después de los vejámenes que sufren en manos de los agentes de la Patrulla Fronteriza, que les roban el poco dinero que llevan y sus pertenencias. Abusos sexuales al por mayor a niños, niñas, adolescentes y mujeres; que quedan impunes.    Estas políticas de seguridad nacional han deshumanizado las migraciones y permiten que grupos anti inmigrantes se dirijan hacia el desierto con rifles automáticos y maten indocumentados en cacerías que festejan xenófobos extremistas.

Pero el Plan Cóndor se renueva cada década y, en el 2008 se crea el Plan Mérida que es un tratado de seguridad establecido entre Estados Unidos, México y Centroamérica. Al que le siguió en el 2014 el Plan Frontera Sur que militarizó desde la frontera sur de Estados Unidos hasta la frontera entre México y Guatemala, siguiéndolo el Plan Maya-Chortí que abarca Guatemala y Honduras. Para reforzarlo se creó en el triángulo norte de Centroamérica el Plan Alianza para la Prosperidad.

En aquel entonces lanzaron la bomba mediática de la crisis de niños centroamericanos que viajan solos, con ayuda de medios de comunicación como Telemundo, Univisión y CNN en Español: ninguno de estos se atrevió a evidenciar que no existía cierta crisis y que las migraciones de niños, niñas y adolescentes que viajaban sin compañía de un adulto llevan décadas. A lo que Hillary Clinton se pronunció diciendo que esos niños debían regresar a sus países de origen porque aquí no había lugar para ellos. ¿Cómo creerle su afán por la Reforma Migratoria en su planteamiento como candidata a la presidencia?

Con estos tratados se solapa que se criminalicen las migraciones forzadas y se autoriza   que los gobiernos de los países involucrados lucren con las vidas de los migrantes en tránsito: es ahí donde se han creado las grandes mafias y desde donde se dirigen los operativos anti inmigrantes. Debido a esto se incrementó la violencia en la que es palpable el tráfico de personas con fines de explotación sexual, trabajo forzado y tráfico de órganos. También las desapariciones forzadas y las fosas clandestinas: una modalidad de Genocidio en México.

En Suramérica la más afectada ha sido Colombia con el Plan Colombia que es un prototipo como los aplicados en México y Centroamérica, es por esa razón que desde su aplicación en 1999 el gobierno colombiano tiene licencia para “combatir” narcotraficantes como llaman a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Porque para ser sinceros, con los narcotraficantes negocia la DEA. Licencia que permite también la explotación minera, el paramilitarismo, los falsos positivos, las fosas clandestinas y el ecocidio. En todos esos tratados han tenido que ver las administraciones de Bill Clinton y George Bush hijo. ¿Ven cómo no son tan distintos los demócratas de los republicanos?

¿Qué sucedió con los otros países de Suramérica? Perú que firmó el Tratado de Libre Comercio Perú-Estados Unidos, en el 2006 e implementado en el 2009. Podremos ver que esto obligó también a que miles de peruanos migraran hacia Estados Unidos y Europa. Lo mismo que sucedió en Chile con el Tratado de Libre Comercio Chile-Estados Unidos, firmado en el 2003. En un marco general los tratados de libre comercio entre Estados Unidos y países latinoamericanos significan la aplicación renovada de un sistema neoliberal que inició con el derrocamiento de Salvador Allende en Chile y que arrasó con América Latina hace 40 años.

Pero, ¡momento! En el 2005 la dignidad latinoamericana fue defendida con conciencia y amor, y fueron Hugo Chávez, Néstor Kirchner y Lula da Silva, presidentes de Venezuela, Argentina y Brasil los que en la IV Cumbre de las Américas en Mar de Plata, Argentina, le dijeron no al Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA). Podremos ver cómo estos países se mantuvieron estables con los gobiernos progresistas que iniciaron con la Revolución Chavista y que a consecuencia del enojo y la impotencia de Estados Unidos por no poder comprar a estos presidentes, ha hecho que Obama por segundo año consecutivo firmara una Ley Ejecutiva contra Venezuela, que da la pauta a una invasión militar en cualquier instante. Y que fuera propulsor del Golpe de Estado a Dilma, en Brasil y que ahora busque acercar relaciones para firmar tratados con Argentina en el gobierno Macrista.

Es así como en gran escala podemos ver las razones claras de la migración forzada de latinoamericanos hacia Estados Unidos y por qué es mayor en unos países que en otros. Se debe a la agenda neoliberal de unos y la progresista de otros.

II

En la primera parte de este artículo traté de detallar las razones de las migraciones forzadas de latinoamericanos hacia Estados Unidos, en las que los tratados de libre comercio tienen mucho que ver y las constantes renovaciones del Plan Cóndor con sus agendas regionales. Pero, ¿qué sucede con los migrantes que logran cruzar las fronteras de la muerte y llegar a este país, qué les espera? No varía mucho el trato que les da el sistema con el que les dio su país de origen que a consecuencia los obligó a migrar, el paria es paria en todos lados, sin distinción.

No hay diferencia alguna entre Obama y Trump; Hillary Clinton iba a ser la continuidad de las políticas de Obama. En cuestión de indocumentados han deportado más los demócratas que los republicanos. Obama ha sido el presidente que más inmigrantes ha deportado en la historia del país, sí, el buen Obama que ha resultado una vergüenza y una enorme decepción para la comunidad afro descendiente en Estados Unidos y el mundo. Aquí y ahora, en tiempo real, el presidente es Trump que en sus pronunciamientos cuando era candidato presidencial aterrorizó a la comunidad indocumentada, con sus comentarios racistas. Trump logró en unos cuantos meses y repitiendo el mismo discurso xenófobo, homofóbico, misógino y patriarcal desnudarnos como humanidad, y propiamente en Estados Unidos nos mostró lo divididas que estamos las minorías. Colocó sobre el escritorio cada uno de nuestros miedos y egos, de nuestras arrogancias y de nuestra fragmentación. Porque sepa usted que jamás la comunidad LGBTI se ha pronunciado por los indocumentados, tampoco los musulmanes, ni la comunidad afro y mucho menos los gringos pobres. Como tampoco los indocumentados por los LGBTI, ni por los musulmanes ni por los afros. Y así, viceversa en todo. ¿Unidos? Nunca lo hemos estado.

¿Logrará Trump unirnos? ¿Será el terror el que logre sacudirnos y hacernos reaccionar? ¿Ahora sí? Eso está por verse. Aunque yo en realidad no lo creo, hemos tenido muchas oportunidades para ver más allá de nuestra nariz y no hemos podido o no se nos ha dado la gana. Pues nos llegó el turno, las minorías se han visto expuestas individualmente y es necesario que se defiendan y ojalá que tuvieran la capacidad de hacerlo en conjunto también, por el puro amor humano y la decencia de querer que el otro también tenga los mismos derechos. Hasta el momento líderes de migrantes que hace 10 años organizaron las marchas masivas no se han pronunciado, sí lo hicieron apoyando a Hillary Clinton, pero después del terremoto Trump han enmudecido y se han esfumado de la escena pública. ¿Será que se debe a que perdieron los puestos de trabajo ofrecidos por la candidata? Si en algún momento la administración Trump decidiera eliminar DACA y con esto dejar indocumentados nuevamente a los “Soñadores” estos aprenderían una enorme lección: de humanidad, conciencia, lucha, integridad y ante todo solidaridad.

Con el escarmiento aprenderían que las luchas se hacen para todos y no para unos cuántos. Sabrían que la integridad no se compra y no se vende. Que era la Reforma Migratoria o nada y no migajas por las que ellos se vendieron. Sabrían que DAPA no era solo para sus papás, también para los millones que tienen a sus hijos en sus países de origen y aquí se pudren trabajando por limosnas que no llegan al salario mínimo. Lo sabrían, claro que sí. Aprenderían y con dolor. De aquellos “líderes de migrantes” que hace 10 años hicieron historia, hoy en día muchos están de cónsules en sus países de origen y también en puestos de gobierno en la administración Obama, ¿será que ahora que se queden sin trabajo volverán a hacer huelgas de hambre frente a la Casa Blanca exigiendo la Reforma Migratoria? O capaz se ponen a los pies de Trump. Dicen que somos 10 millones de indocumentados. Ahora bien, ya nos engañaron: periodistas, religiosos, artistas, políticos, defensores de derechos humanos, defensores de migrantes, y todos lograron sacar agua para su molino. Es tiempo que esos millones se hagan sentir y se hagan ver.

El tiempo llegó, debemos alzar la voz, debemos exigir una Reforma Migratoria Integral. No es tiempo para tener miedo, para escondernos aún más en la profundidad de las sombras. Es tiempo sí para luchar por los beneficios laborales, el permiso de trabajo, el acceso al sistema de salud y educación. Es tiempo para exigir un trato humano. ¿Llegaremos a tener las agallas para hacerlo? Porque era para ayer…

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