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Un grupo de jóvenes hondureños pasan el río Goascorán en una balsa improvisada, luego que no se les dejara pasar ayer por la frontera de El Salvador por no tener su documentación en regla. Foto Diario Co Latino/David Martínez.

No emigramos, estamos huyendo de este gobierno: ciudadano hondureño

La segunda caravana de migrantes hondureños recorrió el territorio salvadoreño, con la finalidad de unirse en Guatemala con sus miles de compatriotas que salieron la semana pasada rumbo a Estados Unidos.

David Martínez
Joaquín Salazar
@DiarioCoLatino

Honduras vive actualmente un drama humano. Miles de ciudadanos huyen de ese país por muchas razones: falta de empleo, inseguridad, alto costo de la vida. Son miles de personas que salieron desde hace días de sus pueblos peregrinando hasta llegar a lo que ellos aún llaman: “sueño americano”.

Y es que aseguran que el gobierno del derechista Juan Orlando Hernández no les ha dejado otra opción que migrar y buscar una vida mejor. Un lugar donde sí puedan ganarse el pan de cada día.

Honduras se ha convertido, aseveran, en un lugar donde no se puede vivir. Donde manda el narcotráfico, donde no importa si se es graduado de la universidad, pues no hay empleos dignos.

“Estamos pasando una situación demasiado difícil, hay altos costos en la canasta básica, realmente no se puede vivir en este país. Nos han privatizado todo. Si usted va a los poderes del Estado, todo lo tiene bajo control Juan Orlando Hernández, solo están explotando al pueblo, no estamos migrando, estamos huyendo”, indicó Yerlin Josué Sevilla, migrante hondureño, proveniente del departamento de Choluteca.

Además, agregó: “al pueblo lo tienen totalmente excluido y solo lo están explotando porque trabaja y su sueldo de salario mínimo no puede comprar la canasta básica para subsistir al mes, la situación es bastante caótica, no estamos emigrando, estamos huyendo de este gobierno”, insiste.

En honduras, muchas personas se meten a los vicios, ya que pese a tener un grado universitario no se encuentran empleos dignos que permitan subsistir. “Ahora hasta la educación está privatizada, se paga la matrícula hasta por 400 lempiras, todo está muy difícil. Con un empleo no se puede pagar la canasta básica. Con mil lempiras antes se vivía por 15 días, ahora con tres mil lempiras no se puede vivir más de dos días. La vida está muy difícil”, explicó Scarlete, una de los cientos de hondureños que no pudieron pasar la frontera a El Salvador.

La caravana no tiene líderes, todas las personas que acompañan es por voluntad propia y se encuentran a la espera de que se les permita continuar su camino, ya que ellos solo desean cumplir sus metas y sueños, pero sobretodo huir Honduras.

Puntos ciegos

Durante la noche del miércoles, al menos 100 ciudadanos hondureños que no pudieron ingresar a El Salvador, se retiraron del puente Goascorán. Sin embargo, durante el transcurso de este jueves algunos intentaron cruzar por puntos ciegos a través del río Goascorán, el cual divide ambas naciones.

Diario Co Latino fue testigo del momento en que 50 personas lograron cruzar a través de un punto ciego, apoyándose de un lazo y arriesgando sus vidas. Las lluvias y la crecida del río no fueron impedimento para dar un paso más en la búsqueda de una alternativa mejor.

Niños, niñas, jóvenes y mujeres cruzaron el río pese a las condiciones climáticas, convirtiendo la zona en un pequeño “río Bravo”, donde los hondureños ingresaron al territorio salvadoreño para seguir su camino a Estados Unidos.

Algunos de los migrantes hondureños regresaron a sus hogares, al ver las condiciones de riesgo. El miedo y la inseguridad pudo más y decidieron retirarse del punto ciego. De igual manera, un grupo de 400 personas más ingresaron por la frontera El Amatillo, durante la madrugada de este jueves.

DGME

La directora general de Migración y Extranjería (DGME) Evelyn Marroquín informó que el miércoles ingresaron 835 personas en la frontera El Amatillo, La Unión. Estas personas presentaron su documentación en regla y pudieron ingresar a territorio salvadoreño.

“También se dio el caso de personas que no tenían los documentos válidos de viaje, principalmente niños, niñas y adolescentes que no tenían pasaporte o un documento que les acreditara el ingreso, estas personas fueran inadmisibles”, dijo la directora.

Marroquín reconoce que la migración es un derecho humano, pero con las medidas de seguridad pertinentes.

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