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Lic. Antonio Velado
En las últimas veintidós asambleas generales de las Naciones Unidas, remedy en cuyas sesiones plenarias la mayoría de los representantes congregados, click al llegarse al tema del bloqueo económico unilateral que mantiene Estados Unidos contra Cuba, prostate por más de medio siglo, la votación favorece a la Isla Revolucionaria y a su régimen.
En esta última Asamblea General de la ONU, de 193 miembros activos, “150 votaron a favor de Cuba, la Unión Europea en bloque, El Vaticano, más 28 entidades especializadas de la ONU enviaron sus criterios al Secretario General, la inmensa mayoría para fijar postura contra la unilateral medida, señalar su impacto y adelantar el apoyo al proyecto de resolución.”
Hasta ahí todo luce bien, correcto, excelente; ¿pero? Los gobiernos de los países ahí representados y que votan en contra de dicho bloqueo, no hacen uso de su legítimo derecho a la libre determinación de los pueblos y no se deciden a romper el malhadado bloqueo económico-financiero, que también les perjudica en ambos rubros, al no tener relaciones comerciales y diplomáticas con la isla caribeña.
Sin embargo, al final del túnel se vislumbra una luz decidida a apoyar “los principios de la soberanía y la igualdad de los estados, la libertad de comercio y navegación, y a la NO interferencia en los asuntos internos, para exigir el levantamiento de las sanciones de Washington a Cuba.”
Pero, esta conducta imperialista de los gobiernos estadounidenses puede dar origen a que sean introducidas sustanciales reformas a la carta constitutiva de las Naciones Unidas. Reformas que evitarán que el poder interno de la Organización esté centralizado y, por ende, permite la manipulación de los gobiernos de países económicamente pobres, lo que impedirá con estas reformas que se proponen nuevamente. Aunque Estados Unidos es uno de los “grandes” con poder de “veto”.
Los gobiernos que han mantenido sus posiciones de votar contra el bloqueo estadounidense a Cuba, deben dejar su cómoda posición y comenzar a actuar: abrir en La Habana sus embajadas y consulados, para que inicien las relaciones diplomáticas, comerciales-financieras, culturales, educativas y profundizar el intercambio de las ciencias y tecnologías, que beneficiarán a los pueblos cuyos gobiernos se atrevan a dar este primer paso al que tienen pleno derecho. e-mail: [email protected]
