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La facultad de Ciencias de Humanidades de la Universidad Nacional de El Salvador, a través de La Escuela de Ciencias Sociale, inaugura Cátedra dedicada a analizar pensamiento de Monseñor Romero. En la foto de izquierda a derecha, Nicolás Ayala, Videcano; René Martínez, director de la escuela CCSS; Héctor Dada, ponente; Florentino Meléndez, ponente; Miguel Villela, moderador. Foto Diario Co Latino/ Alex Henriquez

Monseñor Romero, el sociólogo de los pobres

Oscar López
@OscarCoLatino

La Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador (UES) inauguró la cátedra abierta denominada: “Monseñor Romero y las Ciencias Sociales”, con el objetivo de retomar al beato como un pensador con influencia en la teoría social y en el proceso revolucionario que tuvo lugar en el país.

René Martínez Pineda, director de la Escuela de Ciencias Sociales de la UES, explicó que en la cátedra se analizarán distintas temáticas relacionadas a la figura y pensamiento del beato. “Estamos reivindicando nuestro papel de Ciencias Sociales en el sentido de reconstruir el pensamiento social a partir de los pensadores sociales”, dijo.

Martínez Pineda aseguró que Monseñor Romero es uno de los “principales pensadores sociales” del país. La cátedra inaugural tuvo como tema central: “Monseñor Romero y las Humanidades” para la discusión del tema fueron invitados Héctor Dada Hirezi y Florentín Meléndez.

“Ellos hablarán de la visión humanística de las Ciencias Sociales, posteriormente iremos hablando de Monseñor Romero y los movimientos sociales”, explicó el director de la Escuela de Ciencias Sociales de la UES.

Martínez Pineda agregó: “no se puede explicar el ascenso y la efervescencia del movimiento social sin la variable Monseñor Romero, es una singularidad sociológica que no tiene causa inmediata ni necesaria, pero que tuvo y tiene un efecto mediato. Monseñor Romero, el sociólogo de los pobres por antonomasia”.

La Escuela de Ciencias Sociales considera la figura del Mártir como un ejemplo de líder que fue capaz de utilizar palabras de constructos diferentes de forma fulminante, lo que provocaba que quienes escuchaban sus homilías permanecieran atentos a cada una de las palabras expresadas por el religioso.

“Una voz de amor y lucha a cuatro vientos, un soplo de inspiración y compromiso social que aceleró el fuego para convertir en ruinas el infierno del capital. Monseñor Romero como singularidad sociológica creyó en su camino, en su voz, en su silencio, en su denuncia, en su resplandor de imaginario colectivo que desde el púlpito alumbraba a los humildes y asustaba al testaferro de fusil”, externó Martínez Pineda.

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