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Activistas estadounidenses y del extranjero participan durante la "Marcha de las Mujeres", en Washington D.C. La Marcha de las Mujeres se originó en Washington D.C. pero pronto se extendió para convertirse en una marcha mundial llamando a todos los ciudadanos interesados a poner en marcha la igualdad, diversidad e inclusión y pára que los derechos de las mujeres y los derechos humanos sean reconocidos en todo el mundo. (Foto Diario Co Latino/Xinhua/Albin Lohr-Jones/Pacific Press/ZUMAPRESS)

Millones de mujeres de Estados Unidos y del mundo se manifiestan contra Trump

Por Laura Bonilla/Aldo Gamboa

Washington/Londres/AFP

Liderados por mujeres, más de dos millones tomaron las calles de Washington y de otras ciudades estadounidenses el sábado para desafiar al presidente Donald Trump en su primer día completo en la Casa Blanca.

En Washington, donde se celebra la mayor Marcha de las Mujeres, un mar de gente, muchos con gorros rosados con orejas, se concentró cerca del Congreso para escuchar feroces llamados a resistir y a luchar en defensa de los derechos de las mujeres y de todas las minorías.

Los organizadores estimaron la multitud en más de un millón de personas, cuatro veces lo esperado inicialmente. Había madres con sus bebés en brazos, otros con sus hijos adolescentes, abuelas marchando con sus nietas en un clima «paz y amor», de resistencia pacífica.

«La marcha es una demostración de nuestra solidaridad» y un llamado a Trump para que respete «a todas las personas, de todos los credos y colores», dijo Lisa Gottschalk, una científica de 55 años que viajó desde Pensilvania.

En Los Angeles, la marcha convocó a más de medio millón, según el portavoz de la policía, Andrew Neiman. «Fue un hermoso mar de humanidad. Fue fantástico», dijo. Los organizadores estimaron la multitud en 750.000 personas.

Los organizadores de la protesta en Nueva York calcularon también cerca de medio millón de manifestantes en Manhattan.

El diario Chicago Tribune estimó que unos 150.000 manifestantes salieron a las calles, pero la cifra no fue confirmada por la policía. En Boston, el despacho del alcalde estimó que la protesta convocó a entre 135.000 y 150.000 personas.

Grandes protestas también tuvieron lugar en Dallas, Denver, Miami, Seattle, Filadelfia y San Francisco, entre otras ciudades del país.

Los organizadores dijeron que unos 2,5 millones de personas se registraron como participantes en más de 600 «marchas de mujeres» en el extranjero, de Londres a Sydney o París, pasando por Buenos Aires.

«¡Esta es la cara de la democracia!»

«¡Esta es la cara de la democracia!», cantaba la multitud, con el recuerdo aún fresco de las acusaciones de acoso sexual en contra de Trump, y su trato denigratorio a las mujeres, incluido a una exMiss Venezuela debido a su supuesto sobrepeso.

La marea humana de manifestantes parece ser bastante mayor a la multitud que el viernes acudió a la investidura de Trump.

En Washington, miles de manifestantes vistieron gorros de lana rosa con dos orejas de gato, tejidos a mano, que se convirtieron en símbolo del desafío al nuevo gobierno.

Es un juego de palabras: en inglés fueron bautizados «pussy hats», ya que «pussycat» es ‘gatito’ y «pussy» es «coño», con un tono peyorativo. La palabra recuerda directamente a un audio de 2005 en el cual Trump aseguró que podía agarrar a las mujeres «por el coño».

La demócrata Hillary Clinton, que perdió ante Trump la oportunidad de convertirse en la primera presidenta de Estados Unidos, agradeció a los manifestantes en su cuenta de Twitter.

La diva del pop Madonna hizo una aparición sorpresa vistiendo su propio gorro con orejas de gato, aunque negro.

«Bienvenidos a la revolución del amor», dijo al subirse al escenario. «A la rebelión. A nuestra negativa como mujeres de aceptar esta nueva era de tiranía», dijo.

«Luchemos por lo justo»

Una de las oradoras en la Marcha de Mujeres, la estadounidense-mexicana Sophie Cruz, de seis años y cuyos padres no tienen papeles, pidió «formar una cadena de amor que proteja a nuestras familias», mientras su mamá, a su lado y vestida con ropa indígena, se enjugaba las lágrimas.

«También les quiero decir a los niños que por favor no tengan miedo porque no estamos solos (…) ¡Luchemos por lo justo!», pidió la niña.

Trump, que ha llamado a los inmigrantes mexicanos de «violadores» y «narcotraficantes», promete deportar a entre dos y tres millones de inmigrantes y construir un muro en la frontera de 3.200 km con México, que asegura será pagado por los mexicanos.

Pero recibirá al presidente de México Enrique Peña Nieto el 31 de enero, anunció su portavoz Sean Spicer, quien llamó al jefe de Estado mexicano de «primer ministro».

El primer líder extranjero en visitar la Casa Blanca de Trump será no obstante la primera ministra británica Theresa May, que llegará el viernes próximo a Washington.

Aunque Trump obtuvo el 42% del voto femenino, millones que no lo votaron temen que restrinja los derechos de mujeres a acceder a métodos anticonceptivos y al aborto.

La idea de la marcha surgió en Facebook, con un simple mensaje de una abogada jubilada de Hawai, Teresa Shook, que creció como bola de nieve.

Decenas de ONGs apoyaron la protesta, así como Amnistía Internacional y Planned Parenthood, que ofrece muchos servicios de salud a mujeres y a la cual los republicanos del Congreso quieren quitar financiación.

En Londres

Decenas de miles de personas salieron a las calles de ciudades de todo el mundo protestando contra el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, y sus despectivas declaraciones sobre las mujeres, en solidaridad con los manifestantes de Estados Unidos.

En Londres, la mayoría de los manifestantes eran mujeres, aunque también había hombres y niños, y desfilaron desde la embajada de Estados Unidos hasta Trafalgar Square.

Hannah Bryant, una empleada de museo de 34 años, acudió con su hija de cuatro años y ambas llevaban gorros de punto de color rosa rematados por dos picos, los «gorros vagina», que lucieron manifestantes de Estados Unidos.

«Le he estado enseñando sobre la igualdad y los prejuicios, quiero que vea cuánta gente cree en ello», afirmó.

«Es un sentimiento de solidaridad», aseguró Jill Pickering, un estadounidense de 56 años. «Estoy enfadado, no voté por Trump», añadió.

Los organizadores afirmaron que 100.000 personas acudieron a la marcha, aunque no había ninguna fuente independiente para contrastar los datos, pues la policía no aportó ninguna estimación.

En París, al menos 2.000 personas se concentraron cerca de la Torre Eiffel con pancartas en las que se leía «Libertad, igualdad, hermandad», en referencia al lema nacional de Francia.

«Estoy aquí por las mujeres y por todas las minorías, porque Trump es una amenaza para toda la humanidad», dijo la estadounidense Kendra Wergin, en la treintena.

Andreia Rossi, una brasileña de 39 años, declaró a la AFP que se manifestaba «porque soy una mujer pero también porque quiero protestar contra todo lo que Trump representa».

Por todo el mundo

En Barcelona, Roma, Ámsterdam y Ginebra también se llevaron a cabo manifestaciones contra los comentarios de Trump sobre las mujeres.

«Estamos aquí por las mujeres y por los derechos humanos», declaró una estadounidense a la cadena SkyTG24 en Roma.

«Debemos defender los valores democráticos», afirmó Karen Olson, quien organizó la marcha suiza, donde los automovilistas que pasaban cerca tocaban el claxon para mostrar su apoyo.

«Cuando la injusticia se convierte en ley, la resistencia se convierte en un deber», se podía leer en la pancarta que portaba un manifestante de Barcelona.

En Tel Aviv cerca de 1.000 personas desfilaron cerca de la embajada estadounidense, con pancartas en los que que podía leer: «El odio no es grande» en alusión al lema de Trump: «Hacer Estados Unidos grande de nuevo».

En Budapest, 400 personas se solidarizaron con los manifestantes de Washington, algunas con pancartas contra la construcción del muro que Trump quiere levantar en la frontera con México.

En Berlín, cientos de personas se concentraron frente a la embajada de Estados Unidos, coreando lemas a favor de los migrantes, en un país que dio la bienvenida a cerca de un millón de personas que huían de la guerra y la pobreza en 2015.

«Sin odio, sin miedo, aquí los inmigrantes son bienvenidos», gritaban.

«Queremos expresar nuestro respaldo a los valores como la democracia, los derechos humanos, la ecología y los derechos de las mujeres», explicó por su parte Johanna Nejedlova, que orquestó la marcha en Praga.

Por otro lado, en Johannesburgo, Sudáfrica, donde los manifestantes enarbolaban pancartas donde se leía «La vida de los negros importa».

En Australia, varios miles de personas salieron a las calles de Sídney y Melbourne. En Nueva Zelanda, cientos de manifestantes se concentraron en la capital, Wellington, y en Auckland.

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