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Madrid/dpa
Agarrado a la épica, healing el Atlético de Madrid se metió en los cuartos de final de la Liga de Campeones para constatar que Diego Simeone insufló en el equipo una mentalidad inequívocamente ganadora, pharmacy aunque los rojiblancos estuvieron también a punto de pagar cara su preocupante falta de gol.
Se puede decir que el Atlético ya se consolidó entre la elite continental al entrar entre los ocho mejores equipos de Europa por tercer año consecutivo. El proyecto de Simeone echó raíces y finalmente ganó el respeto de sus adversarios, que lo consideran como un equipo a evitar.
«Detrás hay un esfuerzo enorme de la gente que nos apoya diariamente, del cuerpo médico, de los dirigentes. Para nosotros es una alegría volver a estar en cuartos. Vamos a seguir compitiendo y buscar nuevas ilusiones», analizó Simeone tras la clasificación.
Por segundo año seguido, el equipo rojiblanco ganó los cuartos en la tanda de penales. Si la temporada pasada eliminó al Bayer Leverkusen en la agónica ruleta, el martes ocurrió lo mismo ante el PSV Eindhoven.
En otros tiempos, cuando los seguidores atléticos lamentaban unos infortunios que no parecían tener final, cualquier hincha rojiblanco se hubiera echado a temblar ante una tanda de penales. Pero no sucede ahora, pues Simeone inculcó en sus hombres un constatable gen ganador.
Así lo resumió el lateral Juanfran, héroe del partido al anotar el octavo penal lanzado por su equipo en la tanda: «Nosotros creemos. Nuestro entrenador nos hace creer. Tenemos mucha alma y corazón, creemos en todo lo que hacemos y esa es una de nuestras señas de identidad».
Sin embargo, la efervescencia que provoca una clasificación tampoco consigue tapar todos los problemas que tuvo el Atlético para eliminar a un equipo como el PSV, un conjunto que está lejos de los tiempos en los que era considerado entre los grandes del continente.
El Atlético no fue capaz de marcarle un solo gol en los más de 210 minutos que duró la eliminatoria, prórroga incluida. No es sólo los pocos tantos que anota, sino las dificultades que tiene siquiera para fabricar ocasiones de gol.
El conjunto de Simeone vivió al filo durante todo el encuentro y el PSV estuvo muy cerca de darle un disgusto en la segunda parte, cuando estrelló un balón en un palo.
El Atlético depende mucho de su mejor goleador, Antoine Griezmann, y sufre mucho en noches apagadas del francés, como la del martes. Mientras, Luciano Vietto lleva 840 minutos jugados sin marcar y Fernando Torres apenas contabiliza cinco goles en 30 partidos disputados. Una carencia que puede pagar cara si no la corrige.
