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LOS PERROS CALLEJEROS

MYRNA DE ESCOBAR,

Escritora

En su canal de divulgación científica WILLDIV, Peter (experto en historia) aborda el tema de la domesticación del perro; la primera especie domesticada de la historia. Ésta sucedió en el Período Paleolítico Superior entre los años 40,000/30,000 al 12,000/10,000 antes del presente. Específicamente hacía el año 200,000 antes del presente, cuando el Homo Sapiens, nuestro linaje, abandonó las cuevas y abrigos, formó asentamientos y cohabitó con el lobo. Aquel acercamiento mutualista, espontáneo y voluntario donde el lobo se alimentaba de las sobras que dejaban los primitivos en los asentamientos sirvió para crear un vínculo que les beneficiaba a ambos. El hombre se sentía protegido de otros depredadores y el lobo encontró en ellos a un nuevo compañero y la fuente inagotable de sustento y abrigo de las inclemencias del clima. Luego fueron usados en las tareas de cacería. Con el tiempo, los lobos menos salvajes fueron cruzados y se obtuvo una especie más equilibrada: El perro.

La domesticación del perro por el hombre como la conocemos hoy en día, comenzó en Europa en los años 32,000 y 19,000. Según consta en estudios genéticos publicados por el equipo de Olaf Thalmn y publicados en la revista Science.

Pero ¿cómo el perro, la compañía más leal del hombre, el mejor guardián y el más desinteresado de todos los animales acaba siendo maltratado, abusado y abandonado por él, tanto en El Salvador como en muchas partes del mundo? — interesante pregunta, ¿verdad? Como lo veremos hoy, este maltrato sucede a diario sin qué se haga mucho por evitarlo.

En España, por ejemplo, se dice que cada 4 minutos un perro o un gato es abandonado por su amo. Lo anterior — según se argumenta_ por problemas de adaptación o por las camadas no deseadas; algo que se puede prevenir con la esterilización de las perras, como se hace en otros países europeos. Otros perros son atados por sus dueños fuera de las casas a merced de la lluvia, la nieve o el sol, sin alimento. Se les puede ver sucios, con la mirada triste, humillados, a la espera de la atención de los que ellos consideran sus amos. En Chile, mientras tanto, se estima que hay alrededor de 5 millones de perros callejeros. Viven obviamente llenos de enfermedades y atacan a la gente. Al igual que en nuestro país es fácil tropezar con las excretas de estos caninos por todos lados. En Rumania, los canes son exterminados a mansalva y los que sobreviven continúan reproduciéndose y poblando las calles.

En contraparte, Holanda ha logrado el título del primer país sin perros callejeros en el mundo. Un logro tras muchos años de lucha y esfuerzo. Después de crearse el primer Asilo Canino en 1877, se creó una Ley de Salud y Bienestar Animal que prohíbe a los dueños descuidar a las mascotas o abusar de las mismas. Allí, descuidarles significa una ofensa criminal que es penada con tres años de prisión y una multa de 16,750 euros. Pero… ¡qué fue necesario hacer en Holanda para controlar y proteger a los perros y evitar su maltrato y abandono en las calles?

Los perros en Holanda son considerados como hijos y desde 1960 se realiza un control de la natalidad, como la única forma de frenar la sobrepoblación canina callejera. Se esteriliza y se educa a la sociedad sobre la tenencia responsable y se identifica a sus animales. El país asume los gastos de esterilización y castración por medio de campañas gratuitas, tanto para las perreras como para las familias. Otra medida fue incrementar el impuesto a los que adquieren perros de raza. Allí no han adopción. Además, se creó un cuerpo de policía exclusivo para protegerles: “The Animal Cops”.

Alemania, por otra parte, es considerada un paraíso para los perros. Es el Paraíso Perruno por excelencia. Allá los perros pueden ir a restaurantes, centros comerciales y hasta la playa; claro está, con sus amos, y siempre que se porten muy bien. Además, los perros se adquieren según el carácter o la personalidad de sus amos. Por ejemplo, si éste tiene un carácter dejado, no puede adoptar un Pastor Alemán, un perro muy dominante. Los Ayuntamientos, a su vez, ofrecen Cursos de Adiestramiento para educar a los perros. Estos se imparten dos veces al año. En los Colegios se organiza un Día de Puertas Abiertas donde se enseña a los niños qué es un perro y el respeto y cuido que éstos se merecen. Es más, los alemanes dan un Cheque Perruno a aquellos que están cesados para que puedan alimentarlos y llevarlos al veterinario mientras están desempleados. Los alemanes pagan un impuesto según el tamaño y la raza del perro.

En Boston es común ver perros en los hospitales dando consuelo a las víctimas de atentado. Sin embargo, los perros vagabundos van a parar a la perreras o refugios y solo tienen tres opciones para salir:

1. Reclamados por la familia que los extravió.

2. Adoptados por alguien que pague una tarifa de adopción o

3. Haciéndoles morir sin importar su salud, edad o condición. (Eutanasia)

Cada 27 de Julio se conmemora el Día Internacional del Perro Callejero, pero hace falta mucho para garantizar a los perros un trato digno. En palabras de Gandhi, “La Grandeza de una nación y su Progreso Moral pueden ser juzgados por la manera en que se trata a sus animales”.

Palabras que en nuestro ámbito solo descubren nuestra pobreza moral ya que los perros son maltratados tanto dentro como fuera de sus casas y no hay una ley que proteja a los perros callejeros. Es más, hasta que Gustavito, el hipopótamo del parque Zoológico resultó muerto por una paliza que le propinaron unas personas dentro de su mismo recinto. No había una ley que castigará un ataque así, y aún no existe. La Ley de Promoción del Bienestar de Animales de Compañía sólo protege a las mascotas.

El código penal capitulo II tiene dos apartados relativos a animales: “la depredación de fauna y la depredación de fauna protegida” e impone multas por infracción contra mascotas, pero no la cárcel, y no contempla a los perros callejeros. Las multas van desde uno a cuatro salarios mínimos del sector comercio y servicios.

Según esta ley son infracciones leves:

1. El perro sin identificación en la calle.

2. Comprar o vender mascotas en lugares no autorizados o de forma ambulante. Pero aquí cualquiera que pueda, comercializa con perros a su antojo.

3. Tenerlos en condiciones inadecuadas

4. No tener registro de vacunas y

5. No llevarlos al veterinario. Por todo lo anterior se aplica una multa de $300.

Son infracciones graves:

1. Tenerlos en espacios donde no se pueden mover

2. Transportarlos en forma inadecuada

3. Venderlos antes de los 45 días de nacidos. Por estas infracciones se aplican multas que van desde los $300-$900.

Al no existir una ley que regule la reproducción y/o tenencia responsable de estos caninos en casa, muchos son abandonados por sus dueños a merced del peor depredador: El hombre. Algunos están en las calles porque sus dueños cambiaron de domicilio, otros por la llegada de un nuevo miembro a la familia. Los periodos de Celo y la búsqueda de alimento son también otras de las razones porque éstos se suman a las calles. A diferencia de los Estados Unidos, aquí los perros son libres de andar sin bozal por las calles, de dejar su excremento por doquier y de reproducirse sin mayor cuido ni control. Algunos son sometidos a violaciones controladas y explotación para obtener dinero y/o mejorar su raza. Otros son abandonados en las calles, expuestos a insultos, hambre, enfermedad y hasta la muerte por atropellamiento o envenenamiento. Sin lugar a duda, el perro, el mejor amigo del hombre, a diferencia del pasado es hoy para muchos un objeto que las familias desechan o maltratan como no se hacía antes.

Yo tuve una infancia feliz al lado de La Payasita, y otros perritos y junto a mis primas y hermanas éramos la alegría de la casa. — decía la abuela—. Pero he sido testigo del maltrato animal en las calles. Una noche de estás, iba yo por la calle cuando un hombre airado apareció de pronto en mi camino. Tiró a un perrito de un sendo puntapié en medio de la calle, sobre la avenida Bernal, para ser exactos. El perrito rebotó en la calle revolcándose del dolor, pero por fortuna el carro más próximo venía despacio y logró arrastrarse y ponerse a salvo. El hombre no lo conocía, sólo le agredió porque estaba ebrio y malhumorado. Todo fue tan rápido. Yo tristemente —debo aceptarlo— no me atreví a defenderlo. El hombre portaba un machete.

Otros energúmenos conductores los atropellan, mutilan o lastiman para luego arrojarlos a las quebradas donde mueren solos sin la ayuda de nadie, o quedan expuestos sobre la calzada.   Si juntamos más historias, nos horrorizaríamos de ver la crueldad de la que son capaces muchos seres egoístas e insensibles en nuestra sociedad. Pero ¿Qué se puede esperar de una sociedad en la que se abandona a los niños, ancianos y madres solteras? ¿Dónde queda la conciencia del ser humano racional?

Ningún otro animal es capaz de amar como el perro. Él ama a los suyos más de lo que se ama a sí mismo. Es capaz de conectarse mentalmente con el ser humano, sabe cómo éste siente y cómo ser la más fiel compañía en todo momento; sin importan qué. Solo desea atención y comida, abrigo y techo, jugar y divertirse mientras vive. Como lo decía mi abuela: “los perros son como niños”

Algunas instituciones y demás personas altruistas hacen lo suyo por ayudar como el Centro de Rehabilitación Canina ARANI ubicado en la calle El Boquerón donde se atiende a 50 perros rescatados. La fundación sin fines de lucro ofrece su ayuda y colecta fondos para la alimentación y cuido de los animales que allí se resguardan a la espera de ser adoptados. Resolver el problema de la proliferación y el maltrato de los perros callejeros es tarea de todos y muchos jóvenes podrían realizar de esa forma sus horas sociales. Claro está que se vuelve imperativo destinar recursos para controlar la natalidad, y concientizar a los amos de la responsabilidad de tener y cuidar al animal de compañía que nos da su amor incondicional.

 

 

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