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Las atrocidades del olvido y la amnesia

SINDICATO DE MÉDICOS TRABAJADORES DEL INSTITUTO SALVADOREÑO DEL SEGURO SOCIAL (SIMETRISSS)

Crecí viendo por los medios de comunicación como balas y bombas callaban las voces de los sindicalistas que marchaban en la época de los ochenta. Ahora el sindicalismo vive otra realidad no menos dura, cheap sin matanzas, order pero con las mismas injusticias. Una diferencia es que ahora los que callan nuestras voces son aquellos que en su momento alzaban pancartas en contra de las barbaridades cometidas hacia los gremios de trabajadores. Nada menos hace unos días en un medio de comunicación escrita pude ver en fotos de archivo a algunos de estos personajes acompañando a trabajadores de la salud  en sus marchas, y me pregunto, ¿qué pasó con estos ex-sindicalistas y sus ideales de lucha?

Ahora frente a cámaras y micrófonos hablan de sus métodos de concertación con mesas de negociación y abiertos a resolver problemáticas expuestas por nosotros los sindicatos, la voz de los trabajadores. Se pavonean diciendo que ya no hay necesidad de acciones de hecho. Y entonces señores, ¿qué significan todas las marchas de protesta de los diferentes gremios incluyendo salud?

Hemos estado en las calles no para agradecerles el habernos escuchado,  sino para de alguna manera, ser tomados en cuenta.

¿Qué está haciendo por nosotros el ministerio de trabajo? Aquí no se plasman letras solo por escribirlas, sino para denunciar una de tantas irregularidades que hasta la fecha se están cometiendo.

La semana pasada a nosotros se nos irrespetó el libre derecho de elegir a nuestros miembros de junta directiva. No puede ser posible que los afiliados a un sindicato voten a favor de aquellos y aquellas que quieren les representen, y simplemente se decida no entregarles las credenciales completas a todas las personas de la junta elegida LEGALMENTE por los afiliados, y es que las agresiones no necesariamente son siempre físicas.

Muchos leerán las primeras líneas y dirán: “pero es que ya no hay muertos ni desaparecidos”. ¡Exacto señores, y ese es un gran paso! Pero no es eso lo único que se esperaba de ustedes en estos tiempos; se visualizaba un diálogo abierto entre autoridades y las gremiales por medio de los sindicatos.

Los trabajadores de los diferentes gremios pensábamos que seríamos escuchados y comprendidos, mejoras salariales, reparas en las condiciones laborales, detener las explotaciones haciendo cumplir  los derechos del trabajador.

Y sí,  esperábamos mucho, ya que en puestos públicos donde se pueden lograr cambios para mejorar la vida de la clase trabajadora, hoy están personas que se supone entienden nuestra realidad porque la experimentaron. Saben que es la explotación laboral porque en su momento la sufrieron, saben que es una jornada laboral de más de ocho horas porque lo vivieron, saben que es un salario paupérrimo  que en ocasiones no llega ni al mínimo porque lo recibieron, y así podríamos enumerar las mismas injusticias hacia la clase trabajadora que se han venido viviendo por años e increíblemente hoy continúan. Y cuando me refiero a increíble es porque se supone que aquel que ya probó la hiel jamás se olvida de lo amargo, pero al parecer no es así.

Me da tristeza como sindicalista no poder llenar esta nota con renglones diferentes. Muchas veces necesitamos un llamado de atención para no perder el piso.

Señores, muchos de ustedes ex-sindicalistas, no caigan en el olvido y la amnesia.

No olviden que los que ahora sostenemos pancartas en las calles estamos sufriendo lo que una vez a ustedes les toco vivir. No nos mueve otra razón más que la necesidad de ser escuchados. Nos mueven las injusticias que se están cometiendo. Nos mueve la apatía mostrada hacia la clase trabajadora, este sector siempre olvidado, pero que es parte clave para mover al país.

Hagan ustedes la diferencia, no es posible que después que un pueblo entero, y lo digo de esta manera porque para llegar hasta donde estamos, el camino labrado se hizo a costa de la vida de muchos salvadoreños pertenecientes a todos los estratos sociales, miembros de diferentes gremios, trabajadores de diferentes áreas,  que se entregaron a la causa esperando un día justicia, buscando una vida digna de ser vivida. No es posible que ahora, nosotros, un pueblo que sufrió por más de una década tratando de crecer y avanzar nos encontremos otra vez estancados en el camino.

Es inaudito que a estas alturas se estén dando violaciones a la libertad sindical, que se pongan limitantes a las actividades que realizamos. Los sindicatos poseemos instancias que regulan los procesos internos.

No nos confundamos señores, no es competencia del Ministerio de Trabajo el inhabilitar a los sindicatos; están para vigilar que se cumpla la ley. No invadan nuestra autonomía. Respeten no limiten, pongan orden, no repriman, hagan cumplir la ley, no atropellen. Queremos puertas verdaderamente abiertas para la concertación.

¡Solo trabajando juntos, ex-sindicalistas y sindicalistas lograremos que todo lo caminado valga la pena! No toda crítica es malintencionada, la crítica constructiva a todos nos hace crecer. La mente es como un paracaídas funciona solo si se abre.

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