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La prensa y la justicia social

Salvador  Ventura

El Diario de Hoy y su director no han marchado al ritmo de las grandes transformaciones de la sociedad y el mundo. El hombre hace tiempos llegó a la luna, ampoule la ciencia y la tecnología han contribuido al desarrollo de la humanidad, la civilización avanza a pasos agigantados, muchos inventos en medicina han permitido salvar vidas humanas.

La cultura personal no lo es todo. El director de este medio de información ha viajado por muchos países del mundo, ha visitado museos y sabe de las distintas corrientes pictóricas, de gastronomía, arqueología y también ha ingresado en el alucinante mundo del saber humano universal por medio de las grandes bibliotecas.

Con todo, no se inmuta ante la pobreza, no quiere entender que los graves peligros de la injusticia en el mundo nacen de la concentración de poder en las manos de los individuos y de corporaciones ricas. La prensa podría contribuir a un mejor entendimiento entre personas y gobiernos mediante una adecuada información y acertados comentarios.

Si los propietarios de El Diario de Hoy de verdad quieren ayudar al desarrollo del país, a una mayor comprensión y solución de los problemas, deberían mirar más allá de los límites de las grandes empresas. Esta sería una contribución y una función a favor de los pobres y los menospreciados de la justicia, para decirlo con palabras del Papa Francisco.

En el caso específico de El Salvador, El Diario de Hoy lejos de ser un medio orientador y fiscalizador de la función pública o de servir al interés público, desde siempre se ha plegado a los intereses mezquinos de un partido político y de un sector económicamente poderoso, conocido como oligarquía.

En el actual proceso político para elegir a un presidente de la república sus preferencias han sido claras en favor del candidato del espectro de la derecha. Tiene todo el derecho en su línea editorial de apoyar a su favorito; pero comete un grave error al tratar de influir mediante la distorsión o el contexto peligroso de las noticias.

En su edición del lunes 10 de febrero, por ejemplo, destaca tres noticias con evidente sesgo político-partidario. Una de ellas se refiere al posible despido de 12 mil empleados de dos distribuidoras de vehículos en Venezuela. Es información de primera plana y desplegada en las páginas 2 y 3.

La segunda reproduce supuestas declaraciones del presidente de Bolivia quien señala que el triunfo del FMLN en la primera vuelta de las elecciones presidenciales significa una “rebelión” contra Estados Unidos. Y acude al contexto al recordar que “Salvador Sánchez Cerén se esfuerza por asegurar que estrechará relaciones con Estados Unidos”.

La tercera habla de la inauguración de una importante vía en San Miguel, acto “utilizado”  por militantes del FMLN para hacer campaña proselitista. ¿Cuál es el delito cometido? No existe porque los habitantes de este país tienen plena libertad de manifestarse conforme lo establece la Constitución de la república (Art. 6).

Hay muchas más como la publicada en la pág. 10 en la cual se afirma “pagamos un 25% más en la factura de energía, teniendo como fuente de la misma al diputado de Arena y socio de una empresa distribuidora de energía, Edwin Zamora

Las noticias tienen motivación política partidaria. No es suficiente el decir “cosas verdaderas”, esto como bien señalan los textos clásicos, puede producir una imagen falsa de los acontecimientos a los ojos del lector. “Lo que importa en la actualidad es el dar una imagen proporcionada del conjunto de los acontecimientos, es decir, del hecho exacto a la información objetiva”.

La selección de las noticias no puede, ni debe hacerse únicamente para favorecer a intereses partidarios, sino en función del valor periodístico de la información. ¿Cuál es la motivación de El Diario de Hoy al destacar una noticia producida en Venezuela o en Bolivia? Simplemente influir sobre el electorado o un público permeable a la distorsión informativa.

El director de El Diario de Hoy sabe perfectamente que el partido Arena y su candidato presidencial están en serias dificultades, prácticamente ya perdieron la batalla electoral y buscan por todos los medios posibles influir en los votantes (los indecisos dicen ellos) para remontar ni más ni menos 300 mil votos. Lo hemos dicho en comentarios anteriores y lo reiteramos ahora: El Diario de Hoy busca una intoxicación intelectual al tratar de suprimir el espíritu crítico del lector, de convencerlo por el simple hecho bruto o través de comentarios tendenciosos, pues en la nota editorial de esta misma edición afirma: Los efemelenistas reemplazarán el ejército por un nuevo “ejército popular compuesto por ex guerrilleros y Dios sabe que otros grupos”, además de hablar de “estatización de fábricas, comercios, talleres, industrias y lugares de trabajo”, así como sustituir tienda y ventas callejeras por dispensarios de alimentos.

Es triste consignarlo: o bien el director de El Diario de Hoy se resiste a salir de las cavernas o su estado mental no le permite adaptarse a los avances de la humanidad, aquí no existe comunismo ni socialismo, hay mucha pobreza, marginación e impunidad y desde luego injusticia social.

La era de Arena quizás ha concluido; pero la libertad de expresión, de movilización, de reunión se verán beneficiadas con un gobierno abierto a la crítica y a la transparencia. Medios de información como El Diario de Hoy (sus propietarios) lejos de amargarse o sufrir, deberían festejar el avance y la consolidación de la democracia. Esta es la gran verdad.

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