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La Leyenda del ¡Macho Sin Dueño!

Nelson López*

Allá por el año 2012 inició la leyenda del ¡Macho Sin Dueño! que por cierto no tenía nada que ver con El Cadejo ni con La Siguanaba, medical y por supuesto que era más mediático que El Cipitío, cialis y metía más miedo que La Descarnada arrastrando cadenas… todos personajes del siglo anterior, viagra sale el de la primera y segunda guerra mundial, el siglo XX.

El ¡Macho Sin Dueño! logró calar entre el pueblo porque, aunque ya no salía en las quebradas a media noche sino que en la tele y los periódicos, y a cada rato, descartó la carcajada que popularizó a La Siguanaba y se quedó con la sonrisa tenebrosa, inigualable y única del ¡Macho sin Dueño!

Hubo muchos debates alrededor del ¡Macho Sin Dueño! que llegaron a poner en duda de que no tuviera dueño o dueña, pero eso si, comenzaron a ocurrir cosas extrañas que la gente solo se las achacaba al mítico personaje del siglo XXI sin que los poderes mediáticos le censuraran sino que por el contrario le adulaban y veneraban cada acción que protagonizaba.

Y los sustos comenzaron con un ex presidente que según dicen lo jugó el ¡Macho Sin Dueño! mas bien le puso los cascos suavecito y ¡chaz! desapareció. Fue toda una alarma porque mucha gente se preguntaba ¿y qué pasó con Paquito Saquito? a quien admiraban por la agilidad que tenía con las uñas, pero algunos dicen que el macho lo volvió invisible, ya que a plenas 12 del medio día, (no de la media noche como La Siguanaba) cuando el sol ardía, se aparecía en pleno centro histórico y cuando le querían saludar ¡chaz! desaparecía.

El ¡Macho Sin Dueño! (que tampoco tiene nada que ver con –SSPM- que son las letras que se tatúan los hombres después del examen de la próstata, y que son las siglas de: Sano Sanote Puro Machote) continuó con sus travesuras… y se les fue a meter a las viviendas a los jugadores de la selecta y les dio un gran susto a media madrugada, cuando ni siquiera soñaban con irse a una quebrada, de esas que son cauce del Acelhuate sin bóvedas, para conocer al mitológico personaje, y ¿chaz! desaparecieron.

El legendario Macho continuó con su afán y también se lanzó contra cómicos y presentadores de la TV de ese comienzo de siglo, sin discriminación alguna, gordos y flacos, todos enamorados de las chicas modelos a las que trataban como personas y las compartían… según cuenta la leyenda, y eran tan públicos que le robaban protagonismo al mismísimo ¡Macho Sin Dueño! y ese fue el error de todos ellos, y la tandalada cayó en el embrujo, con paciencia y salivita ¡chaz! también ¡desaparecieron!… y ya nadie los volvió a ver ni en los periódicos, ni en la tele, ni los oyó.

El ¡Macho sin Dueño! (que tampoco tiene que ver con Macho Menos o Macho Más) se quedó solito, con toda la sal de los siete años, que habían dejado regada los saladitos y saladotes, y salía a toda hora para asustar a los que se la querían llevar de Machos Sin Dueño, y cuentan que hasta se llevó de encuentro a un cura solo porque era heredero del Padre Sin Cabeza, otra leyenda del siglo pasado. Con los años, las feministas desecharon a los machos. Y San Seacabó.

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