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La investigación científica en la universidad de el salvador

Francisco Melgar Brizuela*

Este 10 de noviembre se cumplieron 14 años desde que la UNESCO declarara esta fecha como el Día Mundial de la Ciencia para la Paz y el Desarrollo. El tema para este año fue “la ciencia al servicio de un futuro sostenible” con énfasis en la erradicación de la pobreza en pro de la seguridad humana.

Por su parte, find la Universidad de El Salvador ha celebrado en estos días (el 10 y 11 de noviembre) El Congreso Universitario de Investigaciones Científicas. A la Inauguración de este evento, buy viagra que tuvo lugar en el Teatro Universitario, se hicieron presentes el señor Ministro de Educación, Ing. Carlos Mauricio Canjura, y otras autoridades.

El señor Ministro expresó su satisfacción por la actividad investigativa que está desplegando esta institución después de trece años de haberse fundado el Centro de Investigaciones Científicas de la Universidad de El Salvador (CIC-UES). También opinó acerca de que este centro de estudios, que tiene una larga historia relacionada con los más caros anhelos de la sociedad salvadoreña, debe comprometerse con la agenda del país. En tal sentido recomendó que la UES aporte más, científica y tecnológicamente, a la producción nacional.

Lamentablemente aún se escuchan voces o se escriben artículos en algunos periódicos que manifiestan que en la UES no se hace ningún tipo de investigación científica y, peor aún, que a nadie le interesa hacerla. Probablemente los que así opinan no lo hacen con mala intención pero denotan un claro desconocimiento en cuanto al quehacer científico actual al interior de esta institución.

Las investigaciones históricas comprueban que la UES ha tenido, al menos, tres grandes períodos en los que ha mostrado al mundo su capacidad de investigación y producción de conocimiento científico. El primero ocurrió durante el llamado período liberal-positivista, de 1871 a 1890. En esa época la revista UNIVERSIDAD alcanzó un gran prestigio y era leída en los países más avanzados del mundo. Los científicos salvadoreños de ese entonces, entre ellos, Esteban Castro, Nicolás Aguilar, Santiago I. Barberena, Alberto Sánchez, Antonia Navarro, Carlos Renson, Darío González, David J. Guzmán y otros, escribieron muchos artículos, producto de sus investigaciones, acerca de las diferentes ramas del conocimiento: matemática, física, astronomía, química, botánica, medicina, farmacia, ingeniería, arqueología y vulcanología. Además, la revista publicaba artículos de carácter filosófico, histórico, literario, educativo, político y otros en que se expresaban opiniones acerca de los problemas nacionales e internacionales. El Golpe de Estado del 22 de junio de 1890, dado por el General Carlos Ezeta, puso fin al vigoroso desarrollo de la universidad y del país, dando lugar a una dictadura militar que ahogó el importante impulso científico-cultural que se estaba desplegando en ese período.

El segundo período comenzó con la Reforma Universitaria (1963-1968) impulsada por el Dr. Fabio Castillo Figueroa y terminó con la intervención militar de la UES ordenada por el Coronel Arturo Armando Molina, el 19 de julio de 1972. En este período la producción científica había alcanzado un alto nivel que la ubicaba, al menos como la mejor de Centroamérica y que se manifestaba a través de la publicación de diferentes revistas, entre ellas la de COMUNICACIONES del Instituto de Ciencias Naturales y Matemáticas.

Después de ese nefasto hecho del 19 de julio la situación del país y de la universidad se fue agravando debido a muchos factores, entre ellos, los fraudes electorales de 1972 y 1977, con las consecuentes protestas de los sectores populares y la represión desatada por la dictadura que condujo a una nueva intervención militar de la UES el 26 de junio de 1980, durante el mandato presidencial del Ing. José Napoleón Duarte. Luego sobrevinieron la guerra civil de 1980 a 1992, el terremoto del 10 de octubre de 1986 que destruyó la mayor parte de la infraestructura del campus central de la UES, los malos salarios y el ahogamiento presupuestario en que los gobiernos de ARENA mantuvieron a esta institución.

Los que se han expresado mal en contra de la UES deben recordar que la ciencia es un constructo histórico-social y que ésta difícilmente se desarrolla cuando la paz está ausente y cuando falta el apoyo institucional por parte del Estado. A pesar de las grandes dificultades la investigación científica siempre estuvo presente aunque debemos de reconocer que dejó de ser, debido a las causas ya mencionadas, una actividad prioritaria.

Afortunadamente hemos entrado a un nuevo período (el tercero) en el que la investigación científica en la UES se está desarrollando vigorosamente. El actual Congreso así lo demuestra. Las esperanzas se están centrando en los nuevos investigadores y en el proyecto de jóvenes talentos. Hace un par de meses ganamos el primerísimo lugar en la Olimpíada Iberoamericana de Física celebrada en Bolivia.

Los resultados de las investigaciones presentadas en el Congreso que acaba de finalizar cubren una gran variedad de temas científicos y culturales. Entre ellos pueden mencionarse varias investigaciones acerca de la genética, filogenética, botánica, farmacología, espectroscopía óptica, geofísica, geoquímica, vulcanología, estudios de suelo, geotermia y otras fuentes de energía, hidrología, mineralogía, climatología, toxicología, epidemiología, medio ambiente, evaluación de riesgos, evaluaciones bio-económicas, economía, historia, política, sociedad, literatura, estudios antropológicos y culturales, estudios de género, indigenismo, agricultura, salud, prevención de enfermedades, producción de alimentos, urbanismo, etc. El evento finaliza con un taller sobre las políticas de investigación para el quinquenio 2016-2020.

Lo anterior no es más que una muestra de la actividad que se está realizando en la UES dado que en solo dos días no es posible presentar la totalidad de los temas que se investigan en esta institución; sin embargo, es suficiente para evidenciar la capacidad investigativa  que tiene la UES en el momento actual.

Atendiendo a las recomendaciones del señor Ministro de Educación en el sentido de que la UES aporte más a la productividad de nuestro país hay que decir que la institución debe acercarse a las empresas y éstas a la institución. La UES podría comenzar por hacer un inventario de las principales dificultades técnicas por las que actualmente pasan la pequeña y la mediana empresa. También es conveniente que la Secretaría de Investigaciones Científicas establezca canales de comunicación para que los empresarios puedan dar a conocer sus inquietudes y necesidades de asistencia tecnológica.

Por otro lado, creemos conveniente señalar que el crecimiento de la productividad requiere del concurso de varios factores, entre ellos la formación de profesionales y técnicos. A veces ocurre que la pequeña y mediana empresa, que constituyen la mayor fuente de oportunidades laborales en nuestro país, tienen iniciativas muy valiosas que reflejan la creatividad del salvadoreño; sin embargo, el recurso financiero se convierte en un fuerte obstáculo para alcanzar el éxito. Sabemos que el desarrollo de la productividad no forma parte de las prioridades del sistema bancario que actualmente opera en nuestro país.

Si se quiere aumentar la productividad y las fuentes de trabajo, promoviendo así la estabilidad social, el Estado debe proveer la asistencia financiera a la pequeña y mediana empresa, mientras la UES, a través de la investigación, podría proveer la asistencia científico-técnica que contribuya al desarrollo económico y social que urgentemente está reclamando nuestro país.

Ojalá que el Estado pueda dotarnos de un mejor presupuesto para que la UES incremente, cualitativa y cuantitativamente, la investigación científica en función de la sociedad salvadoreña.

*Docente de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas   

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