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La investigación explica la herencia africana en la cultura e identidad  de los salvadoreños. Foto Diario Co Latino

La huella africana en El Salvador

@DiarioColatino

Mandingas, order bozales, site angolas y zambos en El Salvador”, sale   es el nombre  del foro que se realizó en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán, MUNA, recientemente,  en el marco del Decenio Internacional de los Afrodescendientes 2015-2024  -proclamado por Naciones Unidas.

 En el conversatorioparticiparon el director del MUNA,  José Heriberto Erquicia; el director nacional de Patrimonio Cultural y Natural, Wolfgang Effenberger;  y  la investigadora de la Universidad Tecnológica de El Salvador, Marielba Herrera.

Erquicia hizo un recorrido historiográfico por las fuentes que hablan de los africanos en el actual El Salvador, “los primeros africanos vienen al país con los conquistadores en 1524, el mismo Pedro de Alvarado tenía algunos esclavos dentro de sus filas”, manifestó el director del MUNA.

Desde su perspectiva académica,  los ponentes abordaron temas sobre la herencia africana en la cultura e identidad  de los salvadoreños contemporáneos, sustentada en investigaciones que dan cuenta de  migraciones forzadas de africanos  a El Salvador casi desde el inicio de la colonia para trabajar como esclavos  en agricultura y  minería en San Miguel, San Vicente y Metapán;  y como obreros pagados para la  construcción del ferrocarril a finales del siglo XIX.

Effenberger expuso sus estudios antropológicos sobre la población afrodescendiente del municipio de Atiquizaya, Ahuachapán, donde según la tradición oral llegaron zambos (hijo de africano e indígena) desde Honduras  en 1580, otros relatos dan cuenta de la llegada de los “panunes” -como son llamados los descendientes afros en Atiquizaya- en los años 1620 a 1640.

Según el director de Patrimonio, la historia oral coincide con la escrita en el libro Historia de El Salvador, de Santiago Barberena, donde se dice que los “panunes” vinieron desde Honduras con Bartolomé de Molina, quien llegó a Atiquizaya con colonos zambos.  “Mi hipótesis sobre el término panunes es que fuentes coloniales lo cambiaron, que el término original es banunes”,  una etnia esclavizada de la región de Senegal y Gambia que llegó  a Latinoamérica, dijo Effenberger.

 La llegada de los africanos produjo una población afrodescendiente en el país,  algo que se trató de ocultar cuando  entre los años de 1830 y 1850 los liberales de la época comenzaron a construir una única identidad salvadoreña, se oculta lo indígena y lo africano,  se trata de blanquear  al afrodescendiente y se dice que los salvadoreños descienden  de blancos e indígenas. Pero la herencia africana está presente en la cultura,  la gastronomía –como la sopa de mondongo- y el arte negro en costumbres y tradiciones salvadoreñas, y se ve reflejada en danzas como “Los negritos” de Cacaopera, “La negra Sebastiana” de Tacuba,  y “Los tabales” de Ereguayquín, cuyo patrono, San Benito de Palermo es negro, afirmó la investigadora Marielba Herrera.

Sumado a estas manifestaciones, existen comunidades que se autodefinen como descendientes afro,   un ejemplo de ello son los 7, 4oo habitantes del cantón Piedra Gorda de San Alejo,  La Unión,  que en el censo de 2007 se registraron como afrodescendientes.

“Las categorías de mulato, ladino, o  mestizo son complejas. En  San Alejo vimos actas de bautismo de hasta 1816, en ellas  aparecía el patrón de mulatos, luego se cambia a ladino o a mestizo, estas categorías son bien frágiles y estaban  a la orden de quien hacía las actas”, dijo Erquicia.

La presencia de descendientes africanos en El Salvador también se ve reflejada en la autobiografía de Miguel Ángel Ibarra “Cafetos en flor” (1947), da cuenta de la participación de afrodescendientes en el levantamiento “indígena” de 1932, fecha después de la cual se ignora en los escritos la presencia africana.

En 1933 se reforma  la ley de migración,  se prohíbe entrada de negros, palestinos, chinos, y comienza el proceso de negación.

El rescate de la memoria histórica tiene muchos protagonistas, en años recientes han surgido investigaciones al respecto y en 2010, el Gobierno indicó ante el comité contra la discriminación racial de Naciones Unidas que El Salvador es un país  multicultural y multiétnico, un gran paso de parte del Estado que un día negó esta verdad.

Al proclamar la  Década Internacional de los Afrodescendientes, la comunidad internacional reconoce que estos,  representan un grupo específico cuyos derechos humanos deben promoverse y protegerse. Alrededor de 200 millones de personas que se identifican a sí mismos como descendientes de africanos viven en las Américas.

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