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La Eurocámara comienza nueva legislatura, marcada por avance de partidos antieuropeos

Por Patricio Arana
Estrasburgo/AFP

El Parlamento europeo inició este martes un nuevo quinquenio legislativo, viagra bajo la marca del fuerte avance de los partidos antieuropeos y de extrema derecha -como el UKIP británico y el Frente Nacional francés- en los comicios del 25 de mayo.

Los eurodiputados eligieron sin sorpresa al socialdemócrata alemán Martin Schulz como presidente de la Eurocámara en una sesión marcada por la primera expresión de rechazo de los partidos antieuropeos que dieron la espalda simbólicamente cuando la filarmónica de Estrasburgo interpretaba el «Himno a la alegría», adoptado como himno europeo.

Schulz ocupará el cargo por dos años y medio, como sucedió en la última etapa de la sesión anterior, en virtud de un pacto entre socialistas y conservadores.

Estas dos principales fuerzas totalizan 412 escaños de los 751 que cuenta el hemiciclo, si se suman los 67 escaños de los liberales, que aceptaron respaldar a Schulz para reforzar las «fuerzas democráticas y proeuropeas» y por temor a las deserciones internas, el candidato socialdemócrata podía aspirar a 479 votos, pero sólo obtuvo 409.

La alianza heteróclita entre conservadores, socialistas y liberales apunta a constituir una fuerza capaz de bloquear a los antieuropeos, extremistas de derecha y antisistema, que en total suman un centenar de bancas.

La principal de ellas es el grupo formado por el antieuropeo británico Nigel Farage, líder del Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP), que milita por la salida de Gran Bretaña de la Unión Europea (UE) y que arrasó en las elecciones europeas y municipales de mayo en Gran Bretaña.

Farage, aliado principalmente a los 17 eurodiputados italianos del Movimiento Cinco Estrellas, logró formar el grupo EFDD, que suma 48 escaños.

Quedan 52 diputados no inscritos, casi la mitad de ellos del Frente Nacional (FN) francés, de Marine Le Pen, que no logró formar un grupo, lo que le quita visibilidad así como financiamiento.

A las varias decenas de diputados antieuropeos que manifestaron en el inicio de sesiones su hostilidad al proyecto comunitario, Martin Schulz advirtió que no aceptaría aquellos que «no respetan las reglas de dignidad humana», aunque reconoció en conferencia de prensa que el Parlamento «empezó sesiones con otro equilibrio de fuerzas».

Este avance de las formaciones euroescépticas y de los extremos es el reflejo del malestar creciente en los países miembros de la Unión Europea a las políticas de austeridad que siguieron a la crisis económica y de la deuda.

Las formaciones más proeuropeas, socialistas, conservadores, liberales y ecologistas, perdieron todas numerosos escaños en el nuevo hemiciclo tras los comicios de mayo.

Un balón de ensayo

La elección del presidente del Parlamento Europeo constituye un balón de ensayo del equilibrio de fuerzas, a dos semanas del voto sobre el presidente de la Comisión Europea, el 16 de julio, por el que 26 de los 28 países de la UE acordaron respaldar la candidatura del conservador luxemburgués Jean-Claude Juncker (Gran Bretaña y Hungría se opusieron a su designación).

«La mayoría que obtuve hoy muestra que hay una mayoría estable en el Parlamento para elegir a Juncker como presidente de la Comisión», dijo Schulz.

El Parlamento logró imponer, junto a los partidos políticos europeos, un proceso al cabo del cual el candidato de la formación con más votos en los comicios sea nombrado al frente del Ejecutivo europeo.

Este sistema sólo fue aceptado con muchas reticencias por los jefes de Estado y de gobierno de los países miembros. Los críticos consideran que no deben ceder al Parlamento Europeo la prerrogativa de nombrar al presidente de la Comisión, el cargo más importante de las instituciones europeas, algo que hasta ahora hacían por consenso entre los 28.

Pero más allá de esta posición de principio, Londres estimaba que Juncker, al que considera demasiado federalista, no era la persona adecuada. El primer ministro David Cameron, al igual que otros jefes de gobierno británicos en el pasado, milita por un regreso de algunas competencias a los gobiernos nacionales.

Cameron se encuentra además bajo presión. El UKIP de Farage se impuso en las municipales de mayo y dentro de un año Gran Bretaña celebra elecciones legislativas. David Cameron prometió, si las gana, organizar un referendo en 2017 sobre la permanencia de Gran Bretaña en la UE.

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