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La carrera por la casa blanca en los EE.UU.

Carlos Girón S.

Arlington, sale Dallas. Tx. Con tempraneros debates televisivos han iniciado los numerosos precandidatos, treatment la carrera para ser escogidos como los candidatos oficiales de los partidos Demócrata y Republicano, find y llegar a ser el nuevo inquilino de la Casa Blanca, en los Estados Unidos.

Las elecciones presidenciales en este país están señaladas para martes 8 de noviembre de 2016. En esta oportunidad participan también otros precandidatos, uno del partido Libertario y dos independientes, Como se sabe, estas elecciones son para elegir un Consejo Electoral, que es el que realmente elige al huésped de la Casa Blanca.

En las encuestas de opinión que también ya han comenzado sobre las preferencias en intención de voto, se perfilan –a pesar de los tantos cuestionamientos que se le hacen por acciones pasadas— la ex Secretaria de Estado, Hillary Clinton en su segundo intento, y el conspicuo magnate Donald Trump, quien se ha hecho archifamoso por su  rabiosa fobia contra los latinoamericanos, y de manera particular, contra los mexicanos, a quienes denigra de la peor manera cada vez que se le presenta la ocasión.

Por el momento, están en las listas de precandidatos, los siguientes:

Por el Partido Demócrata: la ya mencionada ex senadora por Nueva York, ex primera dama, y ex Secretaria de Estado Clinton; Bernie Sanders, ex alcalde y senador; JimWebb, ex Secretario de la Marina y senador; Lincoln Chafee, ex alcalde y Gobernador de Rhode Island, y Martin O´Malley, actual Gobernador de Maryland. A últimas horas se dice que ha venido a sumarse el actual vicepresidente de la República, Joe Biden.

Por el partido Libertario está Gary Johnson, Gobernador de Nuevo México, y los independientes Michael Bloomberg, ex alcalde de Nueva York, y Jesse Ventura, comediante y ex Gobernador de Minessota.

Contrario a los del Partido Demócrata, que sólo son cinco, aunque luego pudieran sumarse otros, por el Partido Republicano es casi incontable la lista de aspirantes a la nominación. Por el momento van sólo 16. No los describo por tan numerosos, e imaginemos si todos estos precandidatos hicieran lo que hacen en nuestro país los candidatos a alcaldes, diputados o presidente de la República: llenar con sus fotografías y propaganda partidista todos los postes, paredes y muros que hay en el territorio nacional. Además inundan los medios de comunicación con cuñas y slogans truculentos que fastidian y enferman al electorado. Afortunadamente, los estadounidenses no andan con esas bayuncadas.

Volviendo a la liza norteamericana, por el lado de los precandidatos republicanos, van desde multimillonarios, hasta médicos oftalmólogos y neurocirujanos. Desde duchos en política, hasta novatos, payasos y comediantes. Entre éstos puede contarse al histriónico Donald Trump. Una de cuyas payasadas fue la de hace sólo unos pocos días en Iowa, donde celebró un encuentro con simpatizantes: mandó a echar del salón al reconocido periodista Jorge Ramos, principal presentador de la cadena Univisión, de México. Los guardaespaldas del payaso, digo, de Trump, corrieron a expulsar a Ramos del salón por haberle preguntado sobre el destino de los 11 millones de ilegales que hay en Estados Unidos. Ramos, por supuesto, defendió su derecho a preguntar, como periodista que es. Cierto que momentos después Trump, quizá arrepentido, permitió el regreso de Ramos al salón. Trump atendió otras de sus preguntas. Pero ya el gesto inicial había servido para confirmar su antipatía y fobia hacia los hispanoamericanos con la que anunció su auto lanzamiento para ir tras la Casa Blanca.

En el convite de Iowa se ufanó de decir que no tiene ni necesita donantes (para la campaña); con su gesto gruñón se enalteció de ser “muy rico”, y también dijo algo que nadie sabía: “Que la Biblia es el libro más grande de la historia”…

A mediados de agosto pasado, los precandidatos republicanos tuvieron un debate televisado en el que abordaron algunos de los temas y problemas que más interesan y preocupan a los estadounidenses y las ideas o propuestas de los aspirantes a ocupar la Casa Blanca, para enfrentarlos y buscarles la mejor solución

Se vio en ese debate que de los problemas que más ocupan la atención de los electores y precandidatos van a la cabeza el de la economía, seguido del de los inmigrantes ilegales. Y es curioso que poco y pocos se acuerden del asunto que debería estar a la base de cualquier otro, que es el del cambio climático, cuyos estragos se hacen patentes cada vez con más fuerza en muchas regiones del planeta.

En el caso de los ilegales, el republicano Marco Rubio tiene el criterio de que el Gobierno es el que debe ayudar a corregir “de raíz” el problema, aunque sin ahondar más. Jeb Bush va un poco más allá al decir que se debe hallar un status legal para todos los que ya están aquí. No habla de deportaciones como lo demanda el clown y lo que éste haría de inmediato. Recuerden que él promete levantar una muralla en la frontera con México y que obligaría a los mexicanos a financiar su construcción.

Ahora, por el lado de la economía estadounidense, hay en estos momentos buenos indicios después de la alarma que se produjo hace dos semanas por el desplome de las bolsas de valores en todo el mundo. Pero el Banco Popular China ha negado ser el responsable de las turbulencias de las últimas semanas en el mercado y acusa directamente a EEUU. Yao Yudong, jefe del Research Institute of Financing and Banking (perteneciente al Banco Central), ha asegurado en una entrevista con la agencia Reuters que no se puede utilizar la devaluación del yuan como chivo expiatorio, y ha acusado a EEUU de provocar las turbulencias.

Sin preocuparse por tal acusación y recuperados del susto, el Departamento de Comercio de EE.UU. ha informado que el PIB nacional creció en el segundo trimestre a un ritmo anualizado del 3,7% en el segundo trimestre del año, frente al 2,3% calculado en la primera estimación publicada a finales de julio. Además, el dato está por encima de lo previsto por los expertos, que esperaban un avance del 3,2%.

Así están las cosas por estos lares, vistas a vuelo de pájaro por quienes andamos de paso, trabajando y admirando y disfrutando la abundancia y comodidades propias de uno de los países más desarrollados del mundo, y no sólo eso, sino una de las potencias, que sin duda sigue siendo la primera, taloneada por la también poderosa China, convertida en la segunda economía mundial. La gran paradoja es que los mismos estadounidenses han contribuido a que los chinos sean sus grandes competidores. Las grandes tiendas y almacenes de las principales ciudades norteamericanas están pletóricas de productos “made in China”. ¡Ah caray!

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