Página de inicio » Suplemento Tres Mil | 3000 » José María Cuéllar en el tiempo. Premios Literarios. Trayectoria poética

José María Cuéllar en el tiempo. Premios Literarios. Trayectoria poética

IMGP7697Alfonso Velis Tobar

Poeta, store investigador y ensayista

M.A Carleton University

El poeta José María Cuéllar obtuvo numerosos premios nacionales e internacionales de poesía de los cuales citamos algunos: En 1964, buy el poeta Cuéllar anda en sus 22 años, su vuelo lírico ha iniciado desde 1962 en revistas y páginas literarias. Se oye mencionar por ese tiempo a Alfonso Quijada Urias y David Escobar Galindo. En su alma existe no sólo esa emoción del paisaje y la primavera sino su preocupación por los problemas sociales. Su primer poema sale a luz un domingo de abril y cada vez vaya tornándose entre sus compañeros de promoción en un grito de expresión nueva. Desde su época de estudiante viene sembrando triunfos literarios, cosechando diplomas y galardones nacionales. Por esa misma época en 1964 a sus 22 años el poeta gana un primer lugar en los Juegos Florales de Usulután con su obra “Dos Cantos a la Patria Antigua”: “futuras golondrinas / atacan el espacio y es pura la fiesta” Recordemos que en los inicios de su canto cada verso suyo ahonda esa imagen plástica del paisaje físico y  vaya tornando en un grito muy nuevo, valiente, buscador de formas literarias. Poeta y escritor muy consecuente con su forma de conciencia social en su práctica revolucionaria. Habría que aclarar antes de hablar de sus triunfos y galardones literarios que obtiene a lo largo de su vida, quiero decir que ante todo a pesar de sus menciones honoríficas, Chema Cuéllar no es escritor que anda apuntando sus ojos hacia la culminación y la fama por medio de los certámenes literarios; siempre tuvo en mente que el escritor debe ser responsable de su oficio, pensar seriamente en la obra. Reflejar la realidad que nos toca vivir, obra que debe ser una manifestación solidaria con todos los hombres, sin importar de alguna manera la publicidad personal o la pose intelectual. Verdaderamente hay que ser hombres creadores de un verdadero arte. La tarea poética de Chema en esos momentos es un preciado testimonio de expresiones sencillas, atisbos líricos de romanticismo social, sentimental. Naturalmente no habría que olvidar que sus múltiples lecturas enriquecen su formación de imaginación. Y como creador está así propenso a las influencias  de las corrientes literarias, poeta que responde a las escuelas de vanguardia en algunos aspectos; y vemos que en el estilo de su poesía surten efecto los hálitos de la poesía de García Lorca, Miguel Hernández, Neruda, Vallejo, Nazim Himek e incluso por qué no decirlo, guarda una visión reminiscente del paisaje físico, cierto simbolismo en los versos del poeta Alfredo Espino (1900- 1925). Lean sus primeros poemas que hemos logrado rescatar publicados en periódicos, tienen mucho simbolismo bucólico del paisaje. Con la diferencia que en la poesía de Chema Cuéllar, hay una preocupación humana en el paisaje  por su expresión vernácula del paisaje lo que más predomina en lo bucólico de Alfredo Espino, que de niños  recitamos y nos obligaban a memorizar poemas de este poeta delicado, de mucha tradición popular en las escuela primaria  y en la literatura nacional. En cambio la poesía de Chema se combina con el paisaje social y humano dentro del acontecer histórico de la literatura, una realidad que nos punza, nos duele con sus crueles asombros.

En 1965 Obtiene  un Primer lugar  en los Juegos Florales de Santa Tecla con su poema “Guerra”, 1969. Pero el más grande galardón de poesía fue al ganar internacionalmente el Primer Premio Latinoamericano de Poesía por la revista IMAGEN del Instituto Nacional de Cultura y Bellas Artes de Caracas Venezuela, con su obra “El Espejo a lo largo del Camino”, 1971. Obtiene en 1974 un Segundo lugar en el Certamen de Derecho (AED) de la Universidad Nacional de El Salvador con su obra “Poemas para un diario de viaje”. En 1975 gana Primer lugar en el Certamen Literario de la Universidad Católica “José Simeón Cañas” con su obra “Diario de un Delincuente”. Para entonces según opinión del crítico y poeta José Roberto Cea, dice que: “José María Cuéllar en El Salvador hace una poesía muy testimonial, con una visión lírica de la realidad”. También el conocido poeta Roberto Armijo opina que la poesía de Chema Cuéllar: “pretende testimoniar su responsabilidad creadora y susceptible de recoger, de señalar y denunciar los hechos que están en contra de el amor, la libertad, la justicia y la poesía. …sus diversas aportaciones a la poesía de El Salvador, quedarán como una muestra valiosa de las búsquedas y las calidades que actualmente han alcanzado las más recientes figuras de la lírica centroamericana”. (…)

Y quien esto escribe, Alfonso Velis Tobar, sostiene que la poesía de Chemita Cuéllar, cada vez que lo leía y lo leo de nuevo: sus versos me reflejan un sentimiento humano que le conduele el hombre y así vemos que en su poesía, no solo hay amor a la naturaleza, a la historia de la patria, a la mujer, a la lucha revolucionaria, lo cotidiano de la vida,  la infancia y sus recuerdos, lo mágico la situación de patetismo de la vida, en su poesía también hay ternura, momentos de gran belleza lírica; temas que obedecen a su vida, responden a un espíritu desgarrado y sufriente en el modo suyo de palpar la realidad, de ver y sentir las cosas en esta sociedad y tomar el camino de luchar con un sentimiento que busca cosechar frutos  que el hombre anhela para soñar construir una sociedad nueva, justa y llena de  libertades y más humana para todos. Por esta época pide a la Asamblea Legislativa ayuda para el poeta Rosales y Rosales con otros compañeros de su grupo.

Trayectoria   Poética  de  José  María  Cuéllar

En 1968 Chema Cuéllar publica su primer libro denominado: POEMAS (Plaquette mimeografiado) y que se conoce muy poco. En ese mismo año aparece ‘ESCRITO EN UN MURO DE PARÍS” (1968). Es una serie de veinte poemas cortos inspirados en los acontecimientos de las luchas y revolución estudiantil de París, Francia en Mayo de 1968. “Lenguaje claro, directo, mirando de hito en hito la realidad”, como más tarde opina el poeta Cuéllar en una entrevista literaria que tuvimos. Lo tengo a la mano y al abrirlo se escucha el grito: “La policía de choque/ vuelve al ataque / con escafandra, cachiporra, gas tóxico, / divide en partes su nombre/ lo embaba/ lo coloca de bruces en el Arco del Triunfo”. (Poema 5)

En 1972 la Dirección de Publicaciones del Ministerio de Educación, publica “Crónicas de infancia” en  Colección la Nueva Palabra. 1ª.  Edic. Hermoso libro, que tuvo en el pasado dos ediciones europeas, una en lengua rumana y otra en alemán, según menciona el poeta en noticia periodística y algunos de sus textos aparecen en el periódico “Le Monde de Paris”. Un libro que se agoto rápidamente y con el nombre “El Espejo a lo Largo del Camino”, obtuvo el Primer Premio Latinoamericano de Poesía en 1971, patrocinado por la revista Imagen del Instituto de Cultura y Bellas Artes de Caracas. Es decir fue un acontecimiento literario, de prestigio cultural a nivel internacional para las letras de El Salvador. El poeta Ricardo Castro Rivas dice que: “Sucede es que leyendo “Crónicas de infancia”,  me fui de viaje de golpe a esa infancia, a esas vivencias que yo no tuve, pues desgraciadamente soy un niño capitalino que no vivió leyendas, cuenteretes abuelicos, ni sortilegios, ni amuletos.(…) libro cerámico,  ilobasquico, pleno de poesía en verso libre, tan libre que a veces se torna amargo, como la verdad vivida por Chema Cuéllar”.

En 1973 aparecen sus “POEMAS MORTALES”, una especie de Plaquette, de color verde recuerdo y el cuerpo de una hermosa mujer como ilustración, donde hay situaciones muy suyas para dilucidar ese sentimiento humano, mensaje social y otras veces, amoroso, irónico, hay testimonios de nuestra realidad. “Es de una estructura formal, un  fondo sumamente ingenioso y con una fuerte dosis social, en donde  la demencia labra altitud ilimitada. Aquí uno de sus textos: ¿Cuántos golpes de estado se darán este año?/ ¿Cuántas mariposas comerán guineo frito?/ ¿Cuántas guerras se van a inventar tras los cerrojos?/  ¿Cuántos burdeles se abrirán de pronto?/  ¿Cuántas leguas hay de aquí a China/ ¿ Cuántos cocodrilos se van a morir de fiebre?/ ¿Cuántos niños tienen enfermedad de Chagas?/ ¿Quién se beberá el Atlántico?/ ¿Quién se olvidará de Hiroshima?/ ¿Quién va desear la muerte de su prójimo?” (Las Suposiciones y las dudas son obras de los Molinos de Vientos)

Otro de sus libros que obtuvo segundo lugar en el certamen de la Asociación de Estudiantes de Derecho AED es “Poemas para un diario de viaje”, editado en 1974 por la Facultad de  Ciencias y humanidades de la Universidad de El Salvador. Y  oigámoslo a continuación: “Contradigo la vida y la obra de Nazim Himet/ contradigo sus poemas/ que partieron de las celdas oscuras de Turquía/ Hace algunos años/ y envolvieron al mundo de ternura/ Ninguna historia es más alegre que la historia de Nazim/ por eso la cuento a mis amigos: El poeta Turco escribió sus poemas en la cárcel/ y noche a noche salían los versos de la celda/ … El poeta que estuvo en la cárcel 15 años por amar a su pueblo” (Turquía).

En 1975 aparece “Diario de un Delincuente” (Editado por el Centro de Publicaciones de la Facultad de Ciencias y Humanidades de la Universidad de El Salvador) Para Chema, según me contaba cuando así nos íbamos de farra literaria, lo importante de este libro “es la técnica usada, el contrapunto”. Además es primer lugar en el Certamen Literario de la Universidad Católica “José Simeón Cañas” en 1975. Otros poetas triunfadores son Alfonso Hernández y Miguel Huezo Mixco. Posiblemente “Diario de un Delincuente”, dedicado a nuestro admirado poeta Roque Dalton, es para Chema un libro experimental. Una poesía impregnada de psicosis o neurosis, preocupaciones, angustias, circunstancias dolorosas que ve padecer en su pueblo, cuyo rostro duele a los que sentimos el dolor por ella. Hay rebeldía, una intención de denunciar el mal estado de cosas que vemos y sentimos; hay sarcasmo, ironía política, simbolizando a nuestro país, como a una cárcel, con rejas en las casas, fuerza represiva que le hiere y un sistema que acusa; donde se tortura y se mata; sistema injusto y que tiene una mala historia, Chema Cuéllar, el poeta al que señala y lo culpa como cómplice de la muerte del poeta. Escuchemos su voz: “Hoy no tenía ganas de levantarme. / Me sentía como un barco sin luces. /trajeron un prisionero a la celda vecina/ se quejo toda la noche/ El amanecer despinto su garganta. / Sin duda estaba muerto… La alegría  ¡Cuando habrá alegría para todos en mi patria…  No lo dejaste trabajar junto a su madre/ No lo dejaste caminar/ No lo dejaste entrar a su casa/ No lo dejaste cultivar un huerto/ ¿Cómo lo asesinaste?/ Como lo dejaste tendido en la noche/ Como te hartaste su historia/ Patria/yo te reclamo/ yo te acuso/ yo te pido cuentas”. Este hermoso poema Chema dedicado a Roque Dalton reconociendo su labor y martirio del poeta hasta morir, que supo comprender y amar a su patria de una manera creadora con su ejemplo de militancia revolucionaria.

En 1979 la Editorial Universitaria de El Salvador en la Colección Contemporáneos publica LA CUEVA, donde el poeta resalta temas y aspectos socio-políticos de nuestro país. No dudamos manifestar que este libro a pesar de tener un contenido interesante, no supero jamás, lo que es “Crónicas de Infancia”. Pero admitamos que en LA CUEVA sus temas buscan identificar los problemas sociales de nuestra realidad nacional. Escuchemos: “Vivir en este país/ con una historia que nunca ha sido alegre/ que nunca ha pintado la risa/ ni ha depositado felicidad en los hogares/ vivir en este país con una historia/ llena de generales/ una historia llena de torturas/ y una lucha tenaz por arrancar el pan/ no es una historia alegre/ni se le parece/ por eso/ la historia de mi país/ es una historia amarga/y nosotros/ somos frutos amargos de esa historia”.  Debemos aclarar que hay poemas de Chema Cuéllar, publicados en forma dispersa, en Revistas y Páginas literarias, nacionales y extranjeras de la época, estupendos poemas líricos, que no están registrados en sus conocidos libros. Era necesario rescatar poemas para esta antología, no quedasen en el olvido. Como son los poemas publicados en las páginas literarias del Diario de hoy, la Prensa Grafica y en Sábados de Diario Latino a cargo del escritor Felipe Toruño…

Poesía última hasta la hora de su muerte (1980)

Los últimos poemas inéditos de Chema Cuéllar, los conocemos gracias a su gentil esposa, Lilian, maestra de escuela y militante revolucionaria, ahora una representante parlamentaria, hermosa, sufrida mujer, sintió el dolor de madre valiente y abnegada de perder a sus amados hijos en la lucha revolucionaria de los 80s Sus hijos ya estaban organizados en las brigadas guerrilleras del partido con la juventud Comunista, hijos concientizados por inercia familiar  y su experiencia en la militancia de su padre, después de la guerra Lilian fue elegida como diputada por el Frente Farabundo Martí para seguir luchando políticamente en el seno del foro legislativo. Chema se había casado con Lilian  hacia los años de 1966 y procreo dos valientes hijos, José y Claudia que cayeron en combate o fueran secuestrados por los escuadrones de la muerte, como ya anteriormente mencionamos. Poemas escritos antes de su muerte, mantienen ese grito revolucionario, temas que tocan el compromiso de la literatura, como una interpretación social y humana que debe reflejar en todo la literatura de índole testimonial. Una poesía de protesta social, de compromiso para ser creador consecuente con el oficio de poeta y escritor.

En su temática poética, hay planteamientos históricos políticos inmersos en los problemas sociales. Presentamos fragmentos de algunos de estos poemas: (Lugares adonde el viento le canta a las estrellas), donde hay realismo crítico por rozar con mucho sentimiento los problemas de la historia y la política del actual momento convulsionado, trágico, violento de esa lucha de clases que el pueblo salvadoreño vive muy sangriento, y como siempre ha vivido y sufrido de la guerra entre ricos contra pobres y por ello a Chema le conduele en su poesía y su conciencia social nos canta con espíritu crítico y aguerrido a favor de su pueblo y su sentido liberador y es un fiel militante del movimiento revolucionario, no solo en su manera de hacer poesía testimonial, que refleja los problemas de la historia nacional y de su época que enfrentamos. Sobre mi patria llueve fuego/ la muerte  abre los ojos en las calles/ y en las paredes, las conciencias/ y la bandera queda como un monstruo celeste/… empujemos la noche con clarines y balas/ empujemos la noche con la voz/ O los músculos/ empujemos la noche con trinchera y azufre/ empujemos la noche… Ellos levantaron barricadas/ de palos y latas/ de rótulos de coca cola/ y se quedaron allí/ esperando el infierno/… Las calles estaban de feria/ había ropa de todos los colores/ y el cielo estaba lavado y azul/  como un lago de calendario/… Por el lado de Sácate habrá un bus atravesado; / también un camión/ con las llantas desinfladas o se habían tomado la alcaldía/ la Antel, la iglesia”…

Otro de sus poemas inéditos y realistas encontrados entre sus papeles,  todavía sin título que reza muy líricamente del problema social así nos sigue cantando como en una denuncia: Y cuyo título con su primer verso: Quienes quedaron a la mitad del camino, Alfonso Hernández lo publicó en un número de la Revista Taller en la cual participábamos por los años 80s.  Álgidos días de vivir la revolución… “Quienes quedaron a mitad del camino/con los ojos hundidos en la niebla/ Quienes nacieron por última vez en la noche/o en la semi-oscuridad  de la casita de lata/ el vestido triste de la madre/ el semblante enlutado del padre/ la codicia de jardines  y chucherías de los hermanos/ Quienes vieron el cielo gris/ los árboles del fuego floreciendo en octubre/ Quienes cantaron en los bares/ pasearon un domingo / o por las  calles y los cines/ … Quienes salieron una noche con su ropita en una bolsa plástica y se perdieron para sus familiares/ Quienes abandonaron a la novia/ y se internaron en la lluvia de agosto/ quienes liaron cigarrillos de mariguana y viajaron al norte/quienes gritaron en las manifestaciones/ y apedrearon la Embajada de Los Estados Unidos/ quienes conservaron como un pocito limpio/  el odio a los explotadores/… Quienes se levantaron al salir el sol para abrir el surco/ ver a la hija del patrón muy linda/ pasear a caballo rumbo al río”.

Y otro Poema, también sin título y dedicado con gran dolor a su hija Claudia, hermosa, valiente heroína, quien misteriosamente se desapareció días después de la muerte del poeta. Esta dolorosa tragedia desconcertó a Chema que padeció con resignación, protesta, indignación y tristeza para la familia. Lo vi. Descontrolado, desesperado, atribulado, adolorido de su alma, encerrado en el alcohol para olvidarse de su problema de pensar en su hija secuestrada y desaparecida por el enemigo asesino de la dictadura militar en esos momentos y así le canta con ternura de padre hablándole a su querida hija dulce y amorosa y como cantándole desde su mismo corazón de padre amado:    “Cuando pasábamos bajo una ventana de regreso a nuestro refugio/ una tos vieja y cansada/ se escapo sobre el filo de la media noche/… Esta fue tu madrugada/ con desesperación/ saliste con un hastío/ y la mirada alerta rápida/arriba de la calle/ o en algún lugar de este pueblo querido/ te esperaban tus compañeros/ niños fieros/ tercos de mirada/ huidos del hogar como vos/ Querida hija/ dulce mía/ alma bella de niña combatiente/ el pueblo y la patria te amparen”…

Valga decir también que cada uno de estos poemas a máquina, calza todavía en lapicero y a mano, la firma de José María Cuéllar, siento su pulso nervioso que vibra junto al mío. Cuando esculco los pocos poemas que su esposa Lilian gentilmente logra rescatar entre sus pertenencias y entre ellas páginas literarias de periódicos y algunas revistas con el fin de ir reuniendo su bibliografía de y sobre su persona. En mi investigación, también encontré una importante Antología de la poesía salvadoreña, recopilada y notas criticas del escritor Orlando Guillen y cuando aborda  la poesía de Chema Cuéllar expresa de esta manera: “La zona amorosa de la obra de Cuéllar es gozosa aun en medio de la guerra. El amor es lo más humano: aquello que hay que defender  frente a la destrucción y el crimen. Esta ética empolla y da a luz imágenes de una gran belleza  descuartizada.” (“Hombres como madrugadas: la poesía de El Salvador”. Orlando Guillen. Anthropos.113.)

 

Ver también

«Mecánica» Mauricio Vallejo Márquez

Bitácora Mauricio Vallejo Márquez Muchas personas tienen un vehículo con el que pueden desplazarse, pero …