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Homenaje a William “Conejo”

WILLIAM CONEJOMauricio Tejada

San Salvador. – Hace un par de meses ayudamos a traer paz al corazón de una madre, store que por casi 25 años, no supo con exactitud dónde estaban los restos de su hijo William. Estos quedaron sepultados en el volcán de San Salvador, entre cafetales y barrancos en los meses previos a la ofensiva “Hasta el Tope y Punto”.

La tarea de encontrarlo no era fácil, pues aunque varios compañeros conocían el área, había que saber el lugar exacto donde fue depositado el cuerpo y en esa misión solo participaron dos guerrilleros.

Desde hace varios años un grupo de compañeros, entre ellos uno de los que lo enterró (Saúl) visitaron el área tratando de ubicar el lugar preciso donde fue enterrado; pero no lo lograron; pues resulta que la vegetación y topografía del lugar han cambiado con el paso del tiempo. Eso dificultó más la tarea, pero no desmoralizó al grupo, quienes mantuvieron esperanzas que un día lo encontrarían.

Saúl, desde hace muchos años vive en la fría Escandinavia y cuando venía a El Salvador acostumbraba visitar el lugar donde sepultó con el chele Fredy a su ex- jefe y amigo William “Conejo”. Siempre le acompañaron Mario “Merlin”,  Amílcar  “Cabito”  y otros “compas”.

Recientemente, Oscar o “zarco Samuel”, nos invitó a un grupo de ex-combatientes a su casa a un convivio preparado por él y cuñadas (Elenita y Reyna.) Fue allí cuando fijamos la fecha para ir de nuevo a buscar al “Conejo”.

El primer día fuimos: Saúl, un hermano de William (Francisco Vidal con su hijo Dimas) y Mario “Merlin” quien facilitó el vehículo.

Al llegar al lugar hicimos varios agujeros en el suelo; pero no tuvimos suerte… Se hizo muy tarde y convencidos que ese día no encontraríamos los restos, pensamos en hacer el recorrido que Saúl y Fredy hicieron un día de Mayo de 1989 con el cuerpo de William sobre su espalda. La idea era ayudar a Saúl a recordar algún detalle que pudiera ser clave. El conoce el terreno mejor que muchos; pues allí estuvo destacado por casi cinco años.

Comenzamos a caminar, Saúl usando gestos y apuntando con su dedo índice empezó a narrar: “Este lugar lo usábamos para comunicarnos con Chalatenango y El Paisnal, nuestro campamento era móvil desde Suchinango a Colon y Santa Tecla. Los del ERP y PC desde Callejón San Carlos hacia Mariona y San Ramón. Los de la RN solo estaban acá los del mando y permanecían junto a nosotros, pues sus comandos los tenían en San Salvador.

El día en que murió William aquí teníamos una emboscada anti-aérea a raíz que un soldado cayó en una mina. Pensamos que vendría al menos un helicóptero a recogerle. Ahí emplazamos una ametralladora RPK, más allá estaba la propia emboscada, esto es el límite de la finca Bolívar controlada por nosotros y allí el casco de la finca Las Golondrinas, controlada por el ejército gubernamental. La espera por los helicópteros se hizo larga, por eso William decidió hacer una sopa; mientras dejó agua cocinando, fue a buscar unas hojitas o tomatillos silvestres a un zanjón, cuando se encontró con la patrulla que lo aniquiló. Bajamos con el chele Fredy a averiguar lo que pasaba y al verlo nos quedamos sin respiración, pendientes de cualquier señal enemiga. Al cabo de un rato de completo silencio, uno cargó el cuerpo y el otro hizo seguridad para luego turnarnos hasta llegar allá donde lo enterramos, haciendo el hoyo a puro cuchillo… El lugar exacto donde encontramos el cuerpo es aquí.”                                                                                                                                           Francisco Vidal (hermano de William) en una muestra de amor y respeto cortó unas flores de los alrededores y las depositó sobre el sitio señalado por Saúl. La distancia de un lugar al otro quizá es de unos 500 metros por lo serpenteado del terreno.

Nos retiramos de allí con la preocupación que a Saúl le quedaban pocos días para marcharse de El salvador, por lo que decidimos llamar por teléfono al chele Fredy, quien amablemente respondió y se ofreció venir desde un rincón de Chalatenango a unirse al grupo.

En la siguiente búsqueda Fredy no pudo acompañarnos por inconvenientes de última hora; pero como había dado pistas importantes por teléfono decidimos ir, seguros que esta vez lo encontraríamos. Partimos hacia allá, sumándose al grupo Eva María, el Cabito y uno de sus hijos. Al llegar al área buscamos los dos plantas de Izote y una piedra grande a un lado; como a diez metros de la quebradita (pistas que dio Fredy) Vimos varias parras de Izote; pero ninguno cerquita del otro, por lo que decidimos dividirnos en el terreno y excavar al rededor de Izotes que estuvieran cerca de una piedra… Saúl trataba de recordar al detalle el lugar y comenzó a trabajar junto a Mario “Merlin”.

Después de hacer unos 3 ó 4 hoyos gritaron con júbilo:  “Parece que aquí está, lo encontramos.” Corrimos hacia ellos y nos agolpamos alrededor del agujero, donde se veía una punta de camisa militar a la altura de la pelvis, que al levantarla vimos la prenda íntima, luego rascamos sobre los pies y encontramos una bota deteriorada que dejaba ver parte de una media o calcetín, donde se dibujaban los huesos de un pié. Las prendas que veíamos las conocíamos muy bien pues eran las que usábamos en aquella época. Es él !!! Exclamamos todos. Un emocionado Francisco le habló a su hermano: “William, después de tantos años te encontramos hermanito. Pronto te llevaremos a casa, donde mamá Chinda y familia, nunca más estarás solo”… Guardamos silencio y a más de uno se nos rodaron las lágrimas, pues para varios que conocimos a William,  él fue nuestro hermano. Cubrimos de nuevo los agujeros con tierra, luego colocamos hojas y ramas secas para evitar que algún animal dañara los restos.

Partimos a la Fiscalía de Santa Tecla donde nos dijeron que consideraban que el proceso sería corto; pues en este caso no había crimen que perseguir. Que ellos coordinarían con Medicina legal y la PNC, para en un día hacer la exhumación, reconocimiento y de ser posible entrega de los restos a la familia. El hermano del Conejo quedó en contacto con los fiscales. Salimos de allí con mucha alegría y empezamos a llamar a otros compañeros para decirles que habíamos encontrado los restos de William. Todos muy contentos y algunos expresaron su deseo de ir a exhumación entre ellos Ramón suizo y la Viceministra de Gobernación María “Chichilco” quien dijo: “Chinos (en chalateco significa niños o adolescentes) yo quiero ir a ese volado; pero como estoy viejita quizá de estorbo serviría.” -No se preocupe madrecita, si usted quiere ir, en el lomo  la llevo. Respondió Francisco. De la fiscalía avisaron que la exhumación se haría el 19 de Febrero, punto de reunión POLITUR de San Juan los Planes, hora 9:00 a.m., de allí partiríamos todos  donde estaban los restos de William.  Por motivos que desconozco el 18 de Febrero por la noche me avisaron  que habían adelantado la hora de reunión y que partiríamos antes de las 5:00 a.m…. Tremendo lío que me buscaron con Ramón suizo, a quien por ningún medio pude contactar esa noche y tuvimos que dejarlo plantado con algunas cosas que había preparado para tal momento. Habíamos acordado recogerlo a las 7:00 a.m. La mañana avanzaba y como a las 8:30 aparecieron los de Fiscalía con los PNC. Dijeron que los de Medicina Legal llegarían más tarde y que comenzaríamos la exhumación sin ellos… Desenterramos los restos y en sus ropas podían verse algunas perforaciones, donde incluso encontramos un proyectil aparentemente 9mm talvez disparado con una subametralladora a corta distancia. Las horas pasaban, pero los de Medicina Legal no aparecían por ningún lado y en todas las llamadas que hacíamos la respuesta era: Están por llegar, van de camino, etc. etc. Aprovechamos el tiempo para echar en bolsas plásticas tierra que había estado cubriendo el cuerpo.  El reloj avanzaba y como a las 2:30 p.m., la llamada desagradable “Dice el jefe que llegarán hasta mañana”. Algunos quedamos desconcertados, otros muy enojados y nos preguntábamos entre sí,  que pasa? que pasa? -Hay mucha rivalidad de ellos hacia nosotros. Tratan de menospreciar nuestro trabajo y ridiculizarnos. Dijo alguien de los PNC o Fiscales. -Pero la población es la víctima de esas rivalidades infantiles…

Tuvimos que molestar a compañeros que están al frente de algunas instituciones del estado y pedir su intervención. Gracias a ellos, en cuestión de una hora teníamos junto a nosotros a los Forenses de Medicina Legal y más Fiscales, quienes nos explicaron que los restos no los entregarían ese día. Que en este caso habían dos procesos: 1) El estudio de ADN, que es un poco largo porque hay que enviarlo a Argentina, debido a que en El Salvador no hay equipo para analizar ADN en restos que tienen más de 20 años. 2) Presentar pruebas circunstanciales y/o testimoniales que aseguraran que era su familiar… Acordaron esto último; pues se contaba con los testigos de su muerte y actores de entierro. Aparte que casi todos los excombatientes que estábamos allí conocíamos algunas facciones físicas y costumbres de William. Sabíamos de sus coronitas dentales y allí las tenía intactas, camisa mangas enrolladas arriba de los codos, pantalones remangados a la altura de sus botas. Tal como lo enterraron y como aparece en una fotografía que circula en internet; pero aun así había que esperar entre 10 a 15 días; pues en la morgue tenían varios cuerpos para estudiar y darles trámite.

Los restos de William fueron entregados y trasladados a San José Las Flores, Chalatenango,  el 7 de Marzo para velarlos el mismo día y enterrarlos el siguiente; pues el 9 de Marzo era la segunda ronda de las Elecciones Presidenciales 2014 y muchos compañeros, incluyendo familiares de William, tenían su tiempo comprometido en el proceso electoral.

El acto de vela y entierro del “Conejo” pudo ser mejor; pero la situación política que vivía el país no lo permitió. Todos nos sentíamos felices, incluyendo su madre, quien no paraba de dar gracias y en algunas ocasiones bromeaba diciendo: “Siempre tuve la esperanza que mi Conejito algún día saltara de donde estaba y viniera a casa; pero no pudo, ustedes me lo trajeron. Muchas gracias”.

A petición de “mamá Chinda”, los restos de William fueron velados dentro de su casa; pues argumentó que su hijo había pasado muchos años afuera.

Un modesto altar con flores naturales; como otras hechas por su madre y familia adornaban el féretro sellado al público. En las paredes colgaban más flores, otra foto y a un lado el uniforme verde olivo que vistió William al momento de su muerte.

“Por Radio Maya Visión escuchamos la invitación” dijeron algunos al llegar. Vinieron de Mapilapa, San pablo Tacachico donde hay una comunidad de excombatientes que tiene el nombre de William (Dimas Serrano), otros de San Miguel con una hermosa pancarta, también de San Salvador, Arcatao, Nueva Trinidad y de varios lugares más. Todos a solidarizarse con la familia y rendir respeto a un histórico y querido compañero.

Al no poder alojarnos todos dentro de la vivienda, se hizo un acto en el patio delantero de la casa, donde varios compañeros y compañeras comenzando por el ex comandante Douglas Santamaría, seguido por la Presidenta de la Comunidad “Dimas Serrano” tomamos la palabra para recordar aquel campesino que se incorporó a la lucha siendo un adolescente y sin terminar sus estudios de primaria y sin escuela militar (formal), se convirtió en uno de los oficiales más queridos y respetados del ejército guerrillero, alcanzando el grado de Capitán.

Alguien dijo: “Cuando la situación en un combate se tornaba difícil y había que topar era normal que William pasara adelante de su tropa y muchas veces era el primero en tirarse al asalto, nunca abusó de nadie y aunque era jefe daba el ejemplo de servir a los demás como ese día de Mayo de 1989 cuando lo mataron.” Otro recordó: “Fueron varias veces en que William estuvo a punto de morir, lo más cerca a esto fue en Nueva Trinidad, Chalatenango, donde le dieron un tiro en el pecho que le pasó a milímetros del corazón atravesando el tórax y perforándole un pulmón. Lo salvó la intervención oportuna y profesional de Pedrito (sanitario), quien era un ex soldado de Sonsonate a quien encontramos moribundo herido también de un pulmón y abandonado por sus compañeros. Pedrito, al curarse, decidió quedarse con nosotros y aprender enfermería para servir de igual manera como lo habíamos hecho con él”.

Otra vez que el Conejo estuvo en riesgo fue en el primer asalto a comandancia de la GN en Tejutla. Cuando pensamos que todo estaba controlado apareció un guardia saltando en zigzag como “sapito” y rafagueó a William. Este se barrió en el piso y en el intercambio de fuego, el GN murió; pero antes hirió al Conejo de una pierna, la cual se le infestó y estuvo en riesgo por varias semanas.  Después de escuchar a todos los exponentes como el chele Fredy, Héctor Martínez y muchos más, sus experiencias junto a aquel héroe, se proyectaron las fotografías de la búsqueda y exhumación en el volcán de San Salvador. Luego formamos una tertulia entre viejitos y otros no tan viejitos,  incluyendo a Ramón suizo (ya reconciliados), Jacinto, Marcela, Douglas- Douglitas (hijo del fundador de la Unión de Trabajadores del Campo, UTC, Justo Mejía), Patita con su retoño Juancito y otros más. Viajamos en el tiempo a nuestros momentos de gloria y dolor en aquella lucha.

El siguiente día por la mañana nos reunimos en la iglesia de Las Flores, donde el párroco del lugar ofició un responso por el alma de William. Luego. en una multitudinaria procesión,  mujeres y hombres cargamos sus restos; hasta donde hoy descansa junto a su padre.

Estoy consciente que con lo anterior solo hemos aliviado el dolor de una familia; pero que todavía hay muchas que siguen esperando la aparición de sus seres queridos o al menos saber donde están sus restos.

Aprovecho para sugerir que alguien en el nuevo gobierno tome en sus brazos y contra su pecho esta noble causa.

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