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Moscú/Rusia/AFP
Como lo hizo Freddy Rincón ante la Mannschaft en Italia-1990, así lo hizo Yerry Mina frente a Inglaterra en Rusia-2018. Un gol en el último minuto puso a Colombia camino a la gloria, pero los penales fueron la guillotina a la ilusión de alcanzar sus segundos cuartos de final.
Colombia pasó por todos los estados de nervios posibles ante los Pross, empató un partido en el que siempre sufrió, con James Rodríguez caído en desgracia por una lesión que le impidió jugar, y al final la suerte desde el punto blanco la traicionó.
En la épica batalla de Moscú, en la que el pequeño David sudamericano desafiaba al vanidoso Goliat, creador del fútbol y uno de los llamados candidatos al título, Colombia se fue del Mundial en los octavos con honor y haciéndose sentir.
Los cafeteros se presentaron ante los Pross escondiendo el real estado del ’10’, una lesión en el soleo derecho que lo sacó a los 30 minutos del partido ante Senegal, el pasado jueves en Samara, y de la que no pudo recuperarse.
Como lo hizo ante Polonia, luego de la derrota (2-1) ante Japón en el debut, José Pekerman quiso engañar a su colega Gareth Southgate al lanzar un mensaje esperanzador sobre la eventual presencia del astro cafetero, pero el DT inglés olió la intención y evitó la trampa.
Colombia es una con James y diametralmente es otra sin él. Una verdad que no admite discusión.
En efecto, los cafeteros empezaron su participación en Rusia sin el crack del Bayern Múnich, que había arribado al Mundial con una fatiga muscular en el gemelo izquierdo y que apenas lo dejó jugar los 30 minutos finales ante los japoneses.
La ‘Tricolor’ perdió aquel partido por 2-1 con diez hombres desde los 3 minutos por la roja a Carlos Sánchez, pero luego encontró la redención con un 3-0 a la banda de Robert Lewandowski en el que James se pareció a aquel que ganó la Bota de Oro en el Mundial de Brasil-2014.
Luego siguieron los temibles leones senegaleses, una veloz manada liderada por Sadio Mané. Colombia necesitaba la victoria para el paso a los octavos de final y la consiguió con un 1-0, un gol de su ‘mina de oro’, el defenestrado defensor central del FC Barcelona.
Pero la euforia de la clasificación se transformó en preocupación, porque nuevamente James perdía su lucha con las lesiones, una nueva que lo sacó a los 30 minutos ante los africanos y que puso en duda su participación ante los ingleses.
Su ausencia se notó ante los ingleses, obligando a Pekerman a modificar su tradicional 4-2-3-1, en el que James juega por la izquierda detrás de Falcao, con un 4-3-2-1, perdiendo claramente la visión de un hombre ofensivo.
El Legado de Pekerman
Inglaterra a los 57 minutos se fue arriba con un penal de Harry Kane, muy discutido por los colombianos, pero nuevamente la cabeza salvadora de Yerry Mina, ese negro grandote de 1,95 metros, le devolvió a los colombianos el alma al cuerpo.
Mina se elevó por los cielos rusos, como lo hizo ante Polonia para el 1-0 parcial o en la victoria ante los africanos, para empatar el partido ante Inglaterra a los 90+3.
Pero la suerte no siempre sonríe, y Colombia perdió en la definición por penales 4-3, dos errados por Mateus Uribe y Carlos Bacca, y uno atajado por David Ospina.
La eliminación de Colombia en los octavos de final de Rusia, en su sexta participación en las Copas del Mundo, podría ponerle punto final a la era Pekerman, la mejor en la historia de los combinados absolutos de ese país desde que el argentino asumió en enero de 2012 y que tuvo su punto más alto en los cuartos de final de Brasil-2014.
¿El legado de ‘Don José’?
Una camada liderada por James Rodríguez, que con 26 años apunta a la revancha en Catar-2022, respalda por defensores como Mina y Dávinson Sánchez (22), la zurda de Juan Fernando Quintero (25 años) y nuevos valores como Mateus Uribe, Wimar Barrios, Johan Mojica y José Heriberto Izquierdo.
