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Experiencia Sitramss

Carlos Mauricio Hernández

San Juan Talpa. La notoriedad del Sistema Integrado de Transporte del Área Metropolitana de San Salvador (Sitramss) ha ido cobrando relevancia desde que se anunció el proyecto. Los ataques recibidos desde los tradicionales canales de comunicación de derecha no fueron menores. Tampoco vieron con buenos ojos este nuevo sistema de transporte algunos empresarios de ese gremio, buy viagra quienes incluso han puesto una demanda contra el Sitramss en la Sala de lo Constitucional. ¿Por qué tanta negatividad ante este nuevo servicio de transporte público? Sin duda alguna todas estas afrentas expresan intereses políticos y económicos que vale la pena tener presente.

Por el lado político-electoral, remedy el partido Arena se ha mostrado crítico del Sitramss enmarcado en la estrategia de atacar o desgastar lo máximo posible al partido gobernante. La magnificación de las  incomodidades normales de toda construcción o remodelación, recipe la incertidumbre que hubo por el costo del pasaje, acusaciones anacrónicas de estar infiltrado por “comunistas” mediante Alba Petróleos, fueron y son parte de los discursos areneros. Sería extraño que este partido, durante veinte años en la dirección del Ejecutivo (1989-2009), diese un juicio favorable al Sitramss, pues su preocupación fundamental es llegar nuevamente a dirigir ese poder del Estado. Reconocer abiertamente los beneficios que genera terminaría por favorecer al partido de gobierno y les haría quedar mal por haber sido incapaces de realizar un proyecto de gran envergadura para enfrentar uno de los grandes problemas de este país relacionado con el transporte público.

De igual manera, el reconocido transportista Genaro Ramírez, presidente de la Asociación de Empresarios de Autobuses Salvadoreños (AEAS), ha abanderado –al menos mediáticamente– la demanda de inconstitucionalidad contra el Sitramss. Sus quejas coinciden con las de Arena aunque al parecer sus intereses no son primordialmente electorales, sino de carácter monetario y de control gremial. Y es que este nuevo transporte público golpeará a empresarios que han hecho del subsidio gubernamental, que se les proporciona a cambio de mantener el pasaje en veinte centavos en el área metropolitana, una manera de obtener dinero fácil. No es desconocido el mal estado en que se encuentran muchas unidades o las grandes cantidades de humo que desprende, lo que refleja que no han sabido invertir en lo mínimo para prestar un servicio digno a la población. El Sitramss les hace quedar como pésimos empresarios, sin ideas de modernización y despreocupados por la comodidad-seguridad de sus usuarios.

Este tipo de reflexiones surgen después de haber comprobado personalmente el recorrido desde la plaza El Salvador del Mundo hasta Soyapango y viceversa en el Sitramss. La comparación entre este moderno, seguro, limpio y ordenado transporte con el caos que reina en la generalidad de otras rutas de buses es inevitable. El hacer una fila para abordar, el pago electrónico, la amabilidad del conductor, la televisión interna, la comodidad de los asientos, el contar con basureros ubicados en puntos estratégicos en las unidades, los espacios pensados para las personas que van de pie, el control policial durante todo el recorrido, las terminales que a pesar de no haberse terminado del todo se han convertido en centros de abordaje para cientos de usuarios, son pruebas que la experiencia Sitramss es más que publicidad, es una realidad.

La experiencia también genera que se compare este servicio con otros países que cuentan con este tipo de transporte. Está a la altura del metrobus de Guatemala, de México o de Argentina. Hace algunos años parecía imposible que en nuestro país se contara con ese servicio de calidad. Ahora cualquier persona que haya salido de las fronteras salvadoreñas puede dar fe que con el Sitramss se ha dado un paso importante en la modernización del transporte colectivo como lo han hecho desde mucho antes otros países latinoamericanos.  Ojalá que las casas encuestadoras vayan a las estaciones y le pregunten a la gente qué opinión tienen ahora del Sitramss más allá de lo establecido por las agendas mediáticas de los grandes medios de comunicación alineados con la derecha más arcaica y con los intereses oscuros de empresarios miopes. Así se comprenderá mejor por qué se le ataca en lugar de sumarse a la modernización del transporte que merece la población.

La Sala de lo Constitucional debe no solo rechazar el recurso de inconstitucionalidad interpuesto, sino que debe animar a los empresarios a sumarse a la modernización y a ampliar este servicio a otros puntos del área metropolitana o en otras ciudades importantes del país. Las experiencias exitosas que generan beneficios las mayorías deben de reproducirse aunque relinchen las minorías perversas.

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