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Estimados hermanos, todos hijos del maíz

Tenemos el honor de dirigirnos a ustedes, ailment para agradecer   su acto colaborativo en beneficio  de compartir conocimientos ricos en tradición prehispánica, cheap de los cuatro elementos a los cuales  debemos  nuestra existencia:

EL AIRE, EL AGUA, EL FUEGO Y LA TIERRA. No se puede vivir sin estos elementos. Por ello agradecemos, también, por brindarnos como elemento básico el Maíz. Agradecemos a la antropóloga mexicana Patricia Elizabeth Torres, a su grupo de danza prehispánica y a todos los participantes, que se unieron a la membresía de Pc-surv, desde este acto ritual al maíz,  El cual nos recibe con un fuerte y hermano abrazo.

Vale la pena rendir honores a un elemento tan significativo, tan importante en la vida de este planeta tierra.

El maíz, a diferencia de otros cereales, se puede cultivar en casi todos los climas, casi todas las altitudes, casi todos los suelos. Se cultiva pronto, se almacena con facilidad y se conserva por largo tiempo; se prepara con sencillez y no requiere de equipos complejos para consumirse. Todo puede hacerlo la familia de bajos recursos en casa. Su disponibilidad es una trinchera de seguridad, de sobrevivencia de numerosos grupos sociales en el campo y la ciudad.

De ahí que la carencia de maíz se expresa no sólo como hambre, desnutrición y epidemias, sino también como extinción cultural de las sociedades que dependen de él, por ende, le debemos respeto y rendimos tributo a nuestro grano. Ésta prodigiosa herencia vegetal, actualmente adaptada a casi todas las regiones del mundo, constituye un tesoro genético para el desarrollo de nuevas y mejores variedades del maíz. Por el lugar que ocupa en la alimentación de la población mundial, por sus incomparables cualidades nutritivas, por las ventajas que ofrece para su cultivo y la diversidad de productos derivados que se obtienen a partir de este prodigioso grano.

El Maíz es un milenario legado genético colectivo nuestro al que hoy rendimos homenaje, y debemos hacer más que un homenaje un muro defensor de este legado nuestro ante los abusos al que es expuesto, que  arremete en contra de la vida hasta la  extinción, sometido al sacrilegio, por el irrespeto desmedido de unos cuantos que pretenden cambiar el pan  por bacterias, plásticos y demás hechizos químicos, a nuestro grano básico, nuestro legado ancestral.

Hoy convertido en el patrimonio privado de dos o tres empresas transnacionales. El uso de semillas híbridas auxiliadas con fertilizantes ha sido el instrumento con el cual se ha logrado suplantar exitosamente la autonomía productiva de los anteriores productores de semillas criollas. Variedades nativas que, en contraste con las híbridas, eran estables en sus características productivas y no requerían de la insaciable necesidad de nuevas semillas y agroquímicos.

Sin embargo, nada ha amenazado a la agricultura y los campos productivos como la actual contaminación de variedades criollas con maíz transgénico estadounidense (El maíz BT),

El maíz BT es un maíz transgénico o genéticamente modificado que produce en sus flores proteínas Cry. Así, cuando las larvas de los insectos comúnmente denominados “barrenadores del tallo” intentan alimentarse de la hoja o del tallo del maíz BT, mueren. En síntesis, posiblemente es una planta venenosa con su fruto contaminado, además.

Los alimentos transgénicos, aquellos producidos a partir de un organismo modificado genéticamente, no sólo tienen efectos ambientales, agrarios y socio económicos, sino también sobre la salud de las personas, según alerta la organización ecologista Greenpeace en su página web.

Advierte que: “Los riesgos sanitarios a largo plazo de los OMG presentes en nuestra alimentación o en la de los animales cuyos productos consumimos, no se están evaluando correctamente”, afirma Greenpeace. “Hay informes científicos en los que se muestran evidencias de riesgos a la salud: nuevas alergias, aparición de nuevos tóxicos y efectos inesperados son algunos de los riesgos. Estos cultivos se han aprobado basándose en la equivalencia sustancial, es decir la comparación de un OMG con un equivalente no modificado genéticamente; si no se detecta una diferencia significativa el OMG se declara seguro. Este concepto es muy criticado por gran parte de la comunidad científica”.

por el Pc-surv

Lucy Ortiz

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El Poeta Antolín Orozco Luviano, miembro del Comité Editorial de la Revista Sur Internacional.

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