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César Ramírez Caralvá
Escritor y Fundador Suplemento Tres mil
Se trata de interpretar la vida de estos seres maravillosos bajo la luz de las palabras y enseñanzas del Jesús histórico en el siglo XX en El Salvador, puesto que enmarcarse dentro de otro modelo resulta estéril y engañoso.
Su vida es una continuación de la imitación del Hijo de Dios en la tierra, esta misma tierra latinoamericana que puede ser África, Asia, Medio Oriente etc. cualquiera donde la violencia impere y la injusticia se imponga a toda razón de los derechos humanos.
“La palabra esencia proviene del latín essentia que a su vez proviene del infinitivo del verbo latino esse ‘ser’ (= existir), cuyo participio ens es el ente como ‘ser que existe’” -Wikipedia- aunque su concepto es mucho más amplio y de una gran variedad de escuelas filosóficas, en nuestro caso la vida de estos personajes históricos, representan un aporte a la humanidad en la defensa de los derechos humanos.
Su ejemplo reproduce en actos, palabras y acciones las mismas condiciones del Nuevo Testamento, testigos somos de ello y la violencia les cobra la vida, es la misma violencia fanática de otros tiempos, la misma del imperio romano que no dudó en sacrificar a muchos inocentes en su intento de ahogar otra convicción espiritual.
La normalidad histórica coloca a toda convicción entre héroes y villanos, buenos y malos, verdugos y víctimas etc. no obstante es necesario superar esta pasión humana violenta como recurso primero y último, así comprendemos mejor la vida de Monseñor Romero, Rutilio Grande, Ignacio Ellacuría, les comprendemos desde su Ser Esencial con una iniciativa permanente, inamovible, constante, perfecta sin tiempo y espacio, de tal forma que el presente es el mismo que hace dos mil años en la compañía del Jesús Histórico -de eso tratamos- de una vida que aparenta esta realidad cuando su accionar es interpretado en el ejemplo e imitación del Hijo del Hombre, el Hijo de Dios, un escenario que supera la realidad temporal, construyendo una “esencia” en visión permanente en este tiempo y siguientes humanidades.
Esencia no es solo una palabra, pretende arraigar la vida, esa que no termina en la tragedia, ni en el fin anunciado, sino en la victoria sobre la violencia y el olvido… un triunfo del amor por el pueblo. Esencia de Monseñor Romero, Rutilio Grande, Ignacio Ellacuría, 14 de octubre 2018 es mi propuesta de lectura en homenaje-memoria en tiempos de una guerra civil.
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