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Escocia decide el futuro del Reino Unido

Por Alfons Luna
Edimburgo/AFP

Las urnas del referéndum de independencia de Escocia empezaron a recibir este jueves los votos que decidirán el futuro del Reino Unido tras 300 años de existencia.

Los colegios electorales abrieron a las 06h00 GMT de la mañana y cerrarán a las 21H00 GMT.

Unos 4, viagra 3 millones de residentes en Escocia están llamados a responder «sí» o «no» a la pregunta «¿cree que Escocia debería ser un Estado independiente?»

Es el «día más importante de la democracia escocesa», pharm un «día que Escocia no olvidará», dijo el líder independentista y jefe de gobierno Alex Salmond en el acto de cierre de campaña, la noche del miércoles.

Los resultados totales y definitivos se conocerán a partir de las 07H00 GMT del viernes y no habrá sondeos a boca de urna, aunque si las diferencias son grandes el desenlace podría estar claro antes.

El último sondeo, difundido cuando faltaban sólo 24 horas para la cita, da al «no» una ventaja de cinco puntos. Según la encuesta, realizada por Panelbase con 1.000 personas, el «no» a la independencia obtendría el 50%, el «sí» el 45% y el 5% todavía están indecisos.

Mujeres y ancianos parecen ser los más reticentes a la independencia, mientras que los varones de entre 30 y 60 años son los más proclives, con un grupo especialmente volátil, los más jóvenes, que por primera vez podrán votar a partir de los 16 años.

¿Primer nuevo Estado europeo desde los Balcanes?

Escocia, Inglaterra, Gales e Irlanda del Norte integran el «Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte», nombre oficial del Estado con capital en Londres.

Gran Bretaña es la parte más importante de ese Estado, la isla que reúne a Escocia, Inglaterra y Gales, y cuya historia, hasta la unión de 1707, estuvo dominada por las batallas y las idas y venidas de los ejércitos de un reino al otro.

De aquel estado pre-Reino Unido sobrevive sobre todo la animadversión visceral a Inglaterra, a la postre el reino dominante.

El triunfo de la independencia avivaría reivindicaciones similares en lugares europeos como Cataluña, Flandes, el País Vasco o el Veneto, y acabaría, probablemente, con la carrera de David Cameron, el primer ministro británico.

Sin embargo, el primer ministro no se arrepiente de haber convocado el referéndum y aseguró que no dimitirá: «mi nombre no está en las papeletas».

La victoria del «sí» supondría el pistoletazo de salida para las complejas negociaciones entre los gobiernos británico y escocés para la separación de dos economías y sistemas políticos profundamente interrelacionados después de tres siglos de historia compartida.

El Partido Nacional Escocés (SNP) ha fijado ya la fecha del 24 de marzo de 2016 — 309° aniversario de las Actas de Unión entre Inglaterra y Escocia — para completar el proceso y declarar una secesión que reduciría la superficie del Reino Unido en un tercio.

Escocia sería el primer estado independiente creado en Europa desde la sangrienta desintegración de Yugoslavia (1991-1999) pero se asemejaría más a la partición pactada y pacífica, en 1993, de la entonces Checoslovaquia en dos países, la República Checa y Eslovaquia.

El reparto de bienes en caso de divorcio amenaza con ser difícil. Las cuestiones más espinosas son: la libra esterlina, los submarinos nucleares Trident de la base naval de Faslane, cerca de Glasgow, y el petróleo.

La reina no será un problema: los independentistas la siguen queriendo como jefa de Estado, al estilo de Canadá, y la residencia escocesa por la que siente pasión, Balmoral, es de propiedad privada de la familia real.

El traslado de los submarinos, que los nacionalistas no quieren ni ver, podría costar, según estimaciones de expertos, unos 8.000 millones de libras (10.000 millones de euros, 13.000 millones de dólares), casi un tercio del presupuesto anual de defensa.

En cuanto a la libra esterlina, Londres se niega a una unión monetaria con una Escocia independiente –lo que le evitaría tener que crear un Banco Central y reservas desde la nada–, pero Edimburgo amenaza con no pagar su parte de los £1,4 billones (EUR1,8 billones, 2,3 billones de dólares) de deuda si eso ocurre.

España, con la vista en Edimburgo

Muchos catalanes han llegado a Escocia en las últimas horas para seguir en vivo la cita.

«Venimos a apoyar a los escoceses y a enseñar al mundo que los catalanes queremos votar, que vivimos en una dictadura y queremos votar como en Escocia», explicó a la AFP Pep Pladeveya, de Gerona (noreste de España), que ha venido con unos amigos en un auto decorado con la bandera independentista catalana.

El gobierno regional catalán, en manos de los nacionalistas, reclama a Madrid poder votar sobre la independencia.

El presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, dice que la Constitución española no permite un voto así y condenó el miércoles estos referendos que son, dijo, «torpedos en la línea de flotación de la Unión Europea».

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