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Madrid/dpa
El Barcelona visita mañana a un necesitado Athletic de Bilbao en el regreso del entrenador Ernesto Valverde a la que fue su casa, donde los azulgrana buscarán mantener su racha de imbatibilidad en la Liga española de fútbol.
Atlético de Madrid-Villarreal y Alavés-Valencia serán los otros dos platos fuertes con los que dará inicio la décima jornada del campeonato, mientras que el Real Madrid visitará el domingo al Girona.
El partido de este fin de semana en el estadio de San Mamés no será uno más para el entrenador del Barcelona, Valverde, quien hace unos días ya pudo enfrentarse a un ex equipo suyo como el Olympiakos griego. Esta ocasión será aún más especial para el técnico vasco de 53 años, que volverá al club en el que más años trabajó tanto siendo jugador como entrenador.
Un Athletic que además parece no haber superado del todo su marcha y que se ha mostrado muy irregular en juego y en resultados en lo que va de temporada, ya sea en la Liga española o en la Liga Europa. El equipo dirigido por José Ángel Ziganda precisa una buena actuación para despejar esas dudas y qué mejor que intentarlo ante su público y contra el líder del torneo.
No lo tendrá fácil ante un Barcelona que llega con sus estrellas frescas tras las rotaciones de la pasada fecha de Copa del Rey y que, salvo el empate cosechado ante el Atlético, cuenta todos sus partidos como victorias en un inicio casi perfecto que tratará de alargar en el estadio de San Mamés. Los azulgrana son líderes con 25 puntos, cuatro por encima de Valencia y cinco más que el Real Madrid. Aunque ambos técnicos se midan por primera vez con armas y estados de ánimo desiguales, tanto Valverde como Ziganda se conocen demasiado y por tanto se espera un entretenido duelo táctico. Ambos llegaron a formar pareja de delanteros en el Athletic de los años noventa y, ya como entrenadores, coincidieron de nuevo en Bilbao durante las últimas cuatro temporadas: el primero dirigiendo al primer equipo y el segundo al filial.
Antes del partido estrella del sábado, Atlético de Madrid y Villarreal ofrecerán otro interesante duelo en el nuevo Wanda Metropolitano. El equipo rojiblanco está atravesando lo que es ya una crisis declarada en cuanto a juego y efectividad goleadora, de la que amagó con salir con su victoria por la mínima ante el Celta de Vigo en la última jornada pero que volvió a manifestarse en el empate copero del miércoles ante el humilde Elche.
El propio Saúl reconoció ante la prensa entonces el momento delicado del equipo. “Esperamos mejorar. Si conseguimos tres puntos, nos colocamos bien y la dinámica cambiará. Necesitamos una victoria”.
Los dirigidos por Diego Simeone se medirán a un “Submarino Amarillo” que, como viene siendo habitual de nuevo en las últimas temporadas, resulta un equipo agresivo e imprevisible que se siente muy cómodo peleando por los puestos que dan acceso a las competiciones continentales.
Simeone no podrá contar con Koke, que arrastra todavía una lesión muscular. “Es el mejor jugador en cuanto a combinaciones, táctico, el más polifuncional. Perdemos uno de los mejores jugadores del equipo”, lamentó el técnico rojiblanco.
La jornada comenzará con la visita del ilusionado Valencia al Alavés, que medirá al segundo clasificado con el penúltimo. Los dirigidos por Marcelino llegan con la misma condición de imbatidos que el Barcelona (aunque con dos empates más) y son conscientes de que la visita a Mendizorroza es una oportunidad magnífica para seguir involucrado en la persecución al líder.
Por último, Sevilla y Leganés completarán los duelos del sábado y, para no ser desigual al resto, también enfrenta a dos equipos en rachas opuestas: los sevillanos no están encontrando los resultados deseados ni en Liga ni en la Champions League y hasta se ha llegado a cuestionar entre algunos hinchas la continuidad del argentino Eduardo Berizzo en el banquillo.
Por contra, los madrileños están firmando un arranque de curso soñado para cualquier humilde de la categoría: son quintos en la tabla (mientras el Sevilla llega noveno) y son el equipo menos goleado del torneo junto al Barcelona, ambos con tres tantos encajados en nueve partidos.
