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«EN SANTIAGO DE MARÍA ME TOPÉ CON LA MISERIA»

Dos años de la Vida de Mons. Romero (1975-1976)
¿Años del Cambio?

Estas metas se trataban de conseguir enseñando y reflexionando los temas: El Hombre Verdadero fundamento de la promoción y dignidad humanas. Del progreso y del desarrollo. Otro tema era el de la Comunidad, fundamentos de Eclesiología; la Biblia era uno de los temas fundamentales del curso, juntamente con la Celebración de la Palabra; también se hablaba de los Sacramentos. Y distintos métodos de comunicación.

Pero sigamos escuchando al Cronista:

“Cómo hemos llegado aquí: En un principio, fruto de nuestra misma confusión tuvimos una metodología más impositiva, pero a medida que se fue sensibilizando nuestra conciencia íbamos viendo más claro que el camino mejor era el respeto a la libre determinación y la estima de sus ricos valores. Fue entonces que comenzamos a utilizar la técnica de Dinámica de Grupo; y el resultado ha sido maravilloso: Al madurar la personalidad humana aumenta el sentido de responsabilidad y se multiplica el esfuerzo por descubrir y conocer mejor, y ello coloca al hombre en una tónica de búsqueda que es lo que garantiza el proceso de formación.

A dónde vamos: La pastoral de A.L. se ha caracterizado por una nota peculiar: El sacramentalismo y las devociones rutinarias… En ningún modo pretendemos restar valor a los Sacramentos ni a las devociones, pero tenemos que reconocer la urgencia de una instrucción que los libere del lastre mítico y frecuentemente supersticioso que la ignorancia les ha ido acumulando. Hemos descubierto en nuestro campesino valores formidables que nos ponen en la pista de nuestra proyección pastoral. Nos referimos a su gran sensibilidad en el aspecto de la caridad y la solidaridad. Esta sensibilidad sencillamente maravillosa nos abre un enorme horizonte de pastoral comunitaria.

Nuestra meta es hoy: Lograr la realización de una Iglesia (Pueblo de Dios), adulta en su Fe y madura en su Esperanza y Caridad, que se haga sentir en estos pueblos abocados a profundos y rápidos cambios, y que pueda marcar con su sello el futuro ser de estas sociedades hoy confusas e indecisas.

Cómo lograrlo: Hasta hoy nos hemos esforzado por crear hombres conscientes y responsables. Hemos tenido y seguimos teniendo, un instrumento maravilloso para ello en la Celebración de la Palabra de Dios.

Nuestro próximo paso es “formar Comunidad” donde la Fe y la Caridad sean los elementos fundamentales, y la Palabra de Dios sea la luz que ilumine nuestro camino.

Estamos entreviendo como un futuro muy próximo la necesidad que puedan sentir las Comunidades de una Diaconía o Diaconado que no podríamos ahora perfilar; pero nos vamos preparando para estar listos a satisfacer las necesidades de cada Comunidad eclesial.

Un cambio profundo se ha operado en nosotros; al principio tratábamos de marcar nosotros el camino… Hoy sencillamente pretendemos estar atentos a descubrir los cauces de la gracia y la inspiración del Espíritu en su pueblo para potenciar su acción. Cada día comprobamos la actualidad del “Te doy gracias, Padre, porque escondiste estas cosas a los sabios y prudentes y se las revelaste a los pobres”31.

Con estos recuerdos y descripciones que hemos hecho, aunque sólo sean parcialmente, (en el sentido de que hemos hecho alusión solamente a algunos hechos, pues podríamos habernos fijado en muchos más), creemos que con esto, más o menos, ya está dibujado o delineado el decorado del escenario en que actuará Mons. Romero en Santiago de María. Indiscutiblemente estos detalles narrados nos ayudarán a comprender mejor toda la historia que vamos a narrar, y sobre todo, el por qué de ciertos hechos y su desarrollo.

II.-El obispo que nos llega a

Santiago de María

1.- ENTRADA EN SANTIAGO DE MARÍA (Dic. 1974)

La entrada de Mons. Romero en la Diócesis de Santiago de María fue normal, queremos decir, no hubo nada extraordinario que llamara la atención, o desentonara del acto, dentro del carácter religioso, cívico y social del mismo: Toda la ciudad de Santiago de María, pequeña población de unos 12.000 habitantes y cabecera diocesana, estaba vestida de gala y alegre por la venida de su nuevo obispo.

Los desfiles, las procesiones y sobre todo, la Santa Misa, fueron multitudinarias; acompañaban a Monseñor no sólo las representaciones de las parroquias de la Diócesis, sino también algunos obispos de la nación. No faltó la presencia de las autoridades civiles y militares de la zona.

No hubo nada especial en la homilía a sus nuevos feligreses; expresaba su buena disposición de servir al Pueblo de Dios que vive en esta parcela de la Iglesia universal, que es esta Diócesis de Santiago de María: animar la fe, promocionar la enseñanza religiosa, alentar la unidad y la paz, y vigilar la ortodoxia de la religión. El deseaba y quería ser un “Buen Pastor” de este rebaño que le había encomendado el Papa, Pablo VI.

Esta entrada solemne se realizaba el 14 de diciembre de 1974.

Antes de la toma de posesión de la Diócesis de Santiago de María, queremos recordar dos anécdotas previas que nos hacen otear un poco el talante del nuevo obispo que nos llega:

El obispo que van a tener es PASTOR:

“JUAN: …Pero hay una anécdota curiosa antes de esto de Santiago de María, y fue con Mons. Chávez y González, el antiguo Arzobispo, predecesor de Mons. Romero. Yo llegué un día a hablar con Mons. Chávez y por suerte fui yo el último ese día que habló con él; y él me dijo: Mire, lo siento, yo sé que tendría mucho gusto de ir a almorzar con sus hermanos pasionistas, pero yo tengo la costumbre de que el último que habla conmigo almuerza conmigo; así que va a tener que almorzar conmigo…Bueno; acepté el almuerzo.

Y Mons. Chávez en el almuerzo me preguntó: Y ¿qué dicen en Santiago sobre el nuevo obispo que esperan?. Pues, mire, Monseñor, le dije…; y le comenté que habíamos tenido un curso unos días antes en el Centro “Los Naranjos”, (yo era el Director), y en ese curso, como aún no teníamos obispo en Santiago, yo había preguntado a los campesinos, a los futuros Delegados de la Palabra: “¿Cómo les gustaría a Uds. que fuera el nuevo obispo?” Y me dieron unas cuantas cualidades de cómo deseaban ellos al nuevo obispo. Se lo conté todo esto a Mons. Chávez y después que le enumeré las cualidades que los campesinos pedían para el nuevo obispo, Mons. Chávez me dijo: “¡Ah! No van mal; no van mal. Pero, y ¿dónde encontraremos ese obispo?, me dijo Monseñor.

Mª LÓPEZ VIGIL: ¿Y ya Ud. sabía que era Mons. Romero el nuevo obispo?

JUAN: No; no lo sabía todavía. Entonces yo le dije: Pues ya ve Monseñor. Y me preguntó Mons. Chávez: ¿y no le sugirieron algún candidato? Y le dije: sí; sugirieron algunos. “Y ¿quiénes?” preguntó quedito Monseñor, como era su modo. Y le enumeré los tres que más repetían los campesinos. Mons. Chávez hizo este comentario: “¡Increíble!, ¡Cómo se dan cuenta la gente quién está con ellos! Entonces él me dijo: pero esté seguro, el obispo que van a tener es PASTOR.

Mª LÓPEZ VIGIL: Chávez sí lo sabía

JUAN: Sí, él ya lo sabía. Y no me dijo más

Mª LÓPEZ VIGIL: ¿Y Ud. no insistió más.

JUAN: No. No quise.”

¿Qué esperan de su obispo?

“EUGENIO: Entonces vamos a platicar a cerca de la llegada de Monseñor Romero a Santiago de María, y cómo fueron los primeros contactos con él como su obispo y, en definitiva, como responsable último del Centro “Los Naranjos”.

JUAN: Bueno; cuando él llegó a Santiago de María, hay una anécdota: antes de tomar posesión de la Diócesis, invitó a todos los sacerdotes a almorzar en una finca de café de un señor muy rico, amigo suyo, en San Miguel. En esa reunión, fue después del almuerzo, él nos dijo que quería ser obispo de la Diócesis, y contar siempre con los sacerdotes; y que desde ya quería saber QUE ESPERABAN SUS SACERDOTES DE EL…


31. A.C.P.: BSF., nº 55, febrero 1974, págs. 128-130. Se puede ver más ampliamente en el trabajo del P. Zacarías DÍEZ, Formación y seguimiento de los animadores de comunidades de base en El Salvador, págs. 9-49.

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