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«EN SANTIAGO DE MARÍA ME TOPÉ CON LA MISERIA»

Dos años de la Vida de Mons. Romero (1975-1976)
¿Años del Cambio?

COMPROMISO CON OTRAS PARROQUIAS: Es en esta línea de coordinación que el centro, al igual que los centros de San Miguel principalmente, ha trabajado con una proyección interdiocesana. Parroquias de otras diócesis, no solo de las orientales, también de la arquidiócesis, se han beneficiado de nuestra labor.

Con estas parroquias, 45 en total -9 de la diócesis-, y directamente con los egresados, el centro “Los Naranjos” tiene un compromiso de seguimiento.100 Es aquí donde principalmente entra en juego la colaboración mutua del centro con los párrocos. Sin un verdadero interés de parte del párroco, la labor del centro se pierde indefectiblemente, con toda una secuela de desencantos y frustraciones. Nos estamos cuestionando, muy en serio, si vale la pena admitir candidatos de parroquias en las que nos consta que luego se les va a dejar abandonados. (De casi 900 egresados del Primer Nivel, 175 son la diócesis y tenemos que lamentar que casi la mitad están abandonados de sus párrocos).

Esto implica para nosotros, en este momento en que se siente urgente una planificación de seguimiento, un grave compromiso que no podemos eludir sin sentirnos responsables de la frustración que ello puede producir en los egresados de nuestro centro.

Independientemente del juicio que pueda merecer el centro a los nuevos posibles beneficiarios de él, creemos que son suficientes los que consideran positiva nuestra labor como para que el centro siga funcionando a plenitud. Más respeto nos merecen los que han tenido la inquietud y la visión de comprender el servicio que se ofrecía, que los que ahora, no sabemos con qué propósitos, ni estamos seguros con cuánta sinceridad, dicen que “Tal vez… cambiando… buscando nuevas orientaciones…”.

Los que piensan que puede hacerse otra cosa distinta, cuentan, desde luego, con el respeto que nos merece un sano y legítimo pluralismo. Nos parecería muy bien que realicen sus propósitos. Pero no creemos que sea necesario matar una obra, considerada por muchos como buena, para cimentar sobre sus cenizas un proyecto que todavía ni siquiera se sabe qué va a ser.

Nosotros pensamos que, no habiendo error doctrinal, tenemos pleno derecho a que se respete nuestra opción dentro de ese sano y legítimo pluralismo.

Los riesgos que ello implica son nuestros y los aceptamos. Los aceptamos el día de nuestra profesión religiosa, al incorporarnos a un instituto misionero. Y los aceptamos, sobre todo, el día que recibimos la participación del sacerdocio ministerial de Cristo, que realizó su sacrificio en el altar de la Cruz.

COMPROMISO CON LA PARROQUIA DE JIQUILISCO: Es nuestro primer y principal compromiso. El centro nació fundamentalmente para responder a las necesidades pastorales de la parroquia. Si extendió su acción ha sido teniendo en cuenta las amplias posibilidades del centro.

Hablar del centro es hablar de la parroquia y hablar de la parroquia es hablar del centro. Son dos elementos que no se pueden separar. El centro sin la parroquia le faltaría su objetivo primordial. La parroquia sin el centro se vería privada de un elemento esencial para su labor pastoral.

Suprimir o cambiar el centro equivale a suprimir o anular la acción de la parroquia”.101

A continuación vienen casi dos páginas en las que se cuenta la historia del centro y de la parroquia de Jiquilisco; y las diferentes maneras de trabajo o líneas de pastoral que se han desarrollado desde que la tomamos a nuestro cargo. (No lo transcribimos por estar ya narrado, de alguna manera, arriba).102

Finalmente, viene una conclusión que dice así:

“CONCLUSIÓN: Monseñor, somos también religiosos, hijos de una congregación misionera. En el Documento Capitular, (norma experimental de la puesta al día de la congregación), en el Nº 59 se dice: “…Todas las casas, que constituyen un valor para toda la congregación, deben estar integradas de manera efectiva con las demás comunidades de la provincia y tener claramente definida su orientación apostólica”.

Y en el Nª 61 se lee: “manifestamos nuestra configuración con Cristo Crucificado por la amorosa disponibilidad para comprometernos en los trabajos apostólicos… y finalmente, por la participación sincera en la suerte de los pobres y marginados”.

La Comunidad Pasionista de Jiquilisco piensa cumplir con estas normas, a la vez que presta su colaboración a la pastoral de la diócesis, con el Plan Parroquial y proyecto de seguimiento, que a su tiempo presenté a S.E., y con el centro de promoción campesina “Los Naranjos”; sirviendo a los que quieran aprovechar nuestro trabajo misionero.

COMUNIDAD SOLIDARIA:

Tratamos de que cada día más nuestra comunidad sea signo de solidaridad en el amor. Queremos que, cada día más, nuestras inquietudes y anhelos estén en esa línea de amor solidario.

Anhelamos vivir comunitariamente: “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo…”. (GS 1)

Comunitariamente hemos tomado una opción y así queremos vivirla. Esta es pues nuestra opción fundamental. Esta nuestra línea de pastoral. Esta comunidad ofrece un servicio, primero en la parroquia, luego en colaboración con los que (en esta línea) soliciten nuestro servicio, sea en la diócesis o fuera de ella, con amplio sentido eclesial.

CREEMOS QUE ESTA CLARO:

Y deseamos una respuesta igualmente clara, sin ambigüedades ni subterfugios. Un cristianismo de medias tintas ya no satisface a nadie.

Nos damos cuenta de que es preciso meditar bien el asunto. Comprendemos que es comprometido. Pero creemos que sobran cristianos del “partir el pan” y hacen falta testigos del “vamos a morir con él”.

Cristo nos redimió en la Cruz; y en el Calvario de las persecuciones, las calumnias y hasta las torturas y la muerte, es donde los “Alter Chritus” tienen que realizar su misión redentora.

Esperamos que, de una vez por todas, Ud. sepa aceptar plenamente nuestra opción. Esperamos que Ud. tenga al menos el valor de poner su sello oficial y público a esta nuestra opción y la dé así, de una vez por todas, carta de ciudadanía en la diócesis”.

Hasta aquí este importante Documento-Base para el diálogo. Nosotros lo habíamos pensado muy bien ya que fue el fruto de reflexión de varios días. Unos días antes de la reunión del 10 de diciembre, (a la que el Sr. obispo nos había convocado, según la 2ª conclusión de su carta del 24 de), se le llevó este Documento-Base para que lo estudiara y se familiarizara con él antes de dicha reunión.


100. A.C.P.: Se elaboró un “Plan de seguimiento para los líderes egresados de nuestros centros”. Lo elaboró el Equipo del centro “Los Naranjos”, y se estaba llevando a la realidad en algunas parroquias como en la de Jiquilisco y Tecoluca, entre otras. Consta de 6 hojas: en ellas podemos ver los detalles de la formación, reuniones y actividades diversas en los distintos niveles de los egresados, futuros agentes de pastoral. También se habla de este Plan de Seguimiento en Formación y seguimiento de los animadores de las comunidades de base en El Salvador, C.A., del P. Zacarías DÍEZ, págs. 9-32.

101. A.C.P: Documento Base para…, págs.10-11.

102. En este libro, págs. 11-20.

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