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«EN SANTIAGO DE MARÍA ME TOPÉ CON LA MISERIA»

Dos años de la Vida de Mons. Romero (1975-1976)
¿Años del Cambio?

“Estimado P. Juan:

….Agradezco igualmente las otras informaciones o precisiones que contiene tu carta y que pueden contribuir a crear una imagen más tranquila de vuestra situación y actividad en Jiquilisco. Creo que faltan datos y conocimiento suficiente de la situación para poder juzgar la actuación del Sr. obispo respecto al centro y a las demás orientaciones que ha tomado. Desde luego, no creo que su actitud frente a vosotros pueda tener ningún parecido o relación con la anterior frente al asunto de los agustinos. Creo que, aunque no ha ocultado su preocupación o su no total acuerdo con algunas cosas (creo no habrá dificultad en admitir este derecho en tiempos de tanta libertad); él tiene un gran aprecio a vuestra labor y de vuestras personas. Por otra parte, delante de él y delante de vosotros yo he reconocido su derecho a someter a estudio y, si se juzga oportuno, a revisión la acción y orientación del centro, puesto que es un centro diocesano y en tanto es apoyado por el obispo de la diócesis ha recibido su ayuda de Adveniat. Por lo mismo, no creo que oponiéndoos vosotros totalmente a sus proyectos, podáis en definitiva conseguir nada provechoso para el mismo centro. Accediendo en cosas menos sustanciales se puede salvar los más importantes. Qué es cada cosa, tampoco puedo, no sé yo, juzgarlo desde aquí. Pero en un sereno y fraterno diálogo con el Sr. obispo, prolongado a lo largo de días, si es necesario, se puede llegar a una buena inteligencia.

En cuanto al modo de llevarlo a cabo, estoy de acuerdo con el método que expones en tu carta en el Nº 4º. La primera en actuar debe ser la comunidad. Si en ese grado se arregla todo, no habría por qué incluir a los demás. Y aunque actúen ya desde un primer momento con vosotros, ha de ser más en el sentido de consejo y ayuda para encontrar más fácilmente entre todos el camino apropiado al momento actual. Yo creo que el obispo ya conoce que el superior inmediato a vosotros es el P. Victorino…

Yo no sé si en las mismas circunstancias que tú has vivido hubiera tenido la misma reacción, o más fuerte que la tuya, frente al Sr. obispo. Pero examinado el asunto desde fuera, como persona que estoy afectada por el asunto, creo que no se puede aprobar los términos de tu carta al Sr. obispo. Lo cual no quiere decir que no se le puedan exponer los problemas y quejas que uno tiene. Es más bien el tono. Y si ahora necesitamos algo, creo que en primer lugar es la aceptación y buena relación con el obispo de la diócesis.

Creo sinceramente que el Sr. obispo tiene derecho a tomar esa medida del 15 de octubre a la que aludes, aunque puesto en el caso, yo pudiera discrepar de su oportunidad o acierto. Por otra parte, tiene derecho a examinar la marcha de los centros diocesanos y a estudiar con las personas que él juzgue convenientes, (pienso que los interesados de los centros serán los primeros llamados) la orientación que se les ha de dar. Es sin duda a esa intención, a la que aludió en su conversación conmigo en Roma, y a la que me refería yo en mi carta a vosotros. No se trata, pues, de dos cosas distintas ni de dos exámenes o juicios diversos…

Y bien estaría, pedirle al Sr. obispo una aclaración de lo que piensa o proyecta, o de cómo ve las cosas. Hecha esta petición en una conversación con él, sería lo más normal. Pedido en una carta, puede no ser tan bien recibido. Exigir casi esa respuesta por escrito, creo que pasa un poco o quizás mucho de lo conveniente.

Eso es sinceramente lo que pienso de tu carta. No sé en los puntos que me darás algo de razón. Creo que con buenas relaciones podemos conseguir más, porque el Sr. obispo ha de estar dispuesto a oír y aceptar vuestras explicaciones y a convencerse de la rectitud de vuestras actuaciones, orientaciones, etc., que exigiendo o acusando, etc.”.95

b).-Documento Base para el Diálogo

Teniendo un poco en cuenta estos puntos de vista del P. Provincial y sus consejos, elaboramos este documento que también, de alguna manera, nos estaba pidiendo Mons. Romero en su carta; es un DOCUMENTO BASE PARA EL DIÁLOGO. Por lo extenso, (14 páginas), no lo vamos a copiar entero; pero sí vamos a transcribir los puntos que creemos más importantes para conocimiento de Uds., y así puedan seguir mejor este apasionante asunto.

“DOCUMENTO BASE PARA EL DIÁLOGO «COMUNIDAD PASIONISTA DE JIQUILISCO – SR. OBISPO DE SANTIAGO DE MARÍA», (Depto. USULUTÁN)

Monseñor:

Vamos a seguir hoy al diálogo comenzado a propósito del centro “Los Naranjos”. Como punto de partida tomaremos las dos cartas que Ud. nos envió; seguiremos el orden cronológico de las mismas, ya que como dice en la primera, fotocopiada de la que el 1º de octubre escribió a nuestro provincial, están las razones de su decisión.

La responsabilidad del centro pesa sobre la comunidad pasionista; esta delega en el director su representación. De la carta “confidencial”, entresacamos unos puntos para una reflexión comunitaria. El fruto de esta reflexión es lo que hoy presentamos a S.E. como Documento Base para el Diálogo.

PUNTOS DE SU CARTA

1º.- No se nos achaca error doctrinal.

2º.- Se atribuye a la formación del centro mucho énfasis temporalista y político.

3º.- Se califica al P. David Rodríguez como muy fogoso y con problemas negativos ante el Gobierno.

4º.- Se manifiesta un muy acentuado interés y preocupación por nuestra seguridad.

5º.- Se habla (por primera vez) de las últimas disposiciones de la Conferencia Episcopal sobre la mayor participación de los párrocos de las respectivas diócesis en las tareas de los centros.

En su carta del 24 de noviembre, concretamente se nos pide:

“Preparar un breve informe del centro a cerca de su contenido ideológico, de su método, de sus programas de estudio, de su personal y proyectos para el año próximo”.

Vamos a tratar de explicar cada uno de los puntos con la brevedad que nos sea posible; no vamos a hacer un tratado, sencillamente vamos a apuntar criterios y motivaciones.

Dividimos nuestra reflexión en tres partes:

Iª PARTE: a) Principios y orientaciones pastorales de la Iglesia.

b) Contenidos ideológicos del centro.

IIª PARTE: Actitudes.

IIIª PARTE: a) Compromisos.

b) Opciones.

CONCLUSIÓN”.96

Sigue el documento en sus páginas 2-5 abundante en citas precisas, tanto del concilio, como de Medellín (Documentos de Paz, Catequesis y Conclusiones), y de otros documentos eclesiásticos: los Sínodos de Justicia y Evangelización, y del mismo CELAM; la finalidad es probar el cambio que estos documentos propugnan en las líneas de pastoral, especialmente en A.L.; no olvidándose del cariz social, temporal y político que no debe faltar en una pastoral que quiera ser realista y no abstracta o atemporal. Con estas citas de estos documentos eclesiásticos y las actitudes que ellos nos piden en la pastoral, estamos intentando probar o justificar eso que Monseñor llama “énfasis temporalista y político” de nuestra línea de pastoral. Corresponde a la Iª Parte, a).-Principios y orientaciones pastorales de la Iglesia.

En las páginas 6-8, se desarrolla el inciso b) de la Iª Parte: -Contenido ideológico del centro. Por la importancia y transcendencia del tema lo copiamos íntegramente:

“b) Contenido ideológico del centro

OBJETIVOS DEL CENTRO: Preparar agentes de pastoral de y para el sector campesino según el espíritu de renovación trazado por el Vaticano II.

Siguiendo esta línea del Vaticano II, creemos que es imprescindible fijar nuestra atención, ante todo, en el Hombre, destinatario del Mensaje salvífico, considerándole en sí mismo y en su proyección comunitaria. En consecuencia nos hemos fijado unos objetivos concretos para el Primer Nivel.

OBJETIVOS DE PRIMER NIVEL:

1º.- Formar una persona madura, individual y socialmente, con capacidad de líder. (G.S.34; A.A.29).

2º.- Llevarle simultáneamente al “estado de hombre perfecto, a la madurez de la plenitud de Cristo” (Ef.11,13 y 23).

3º.- Cultivar en él su sentido de la misión y ministerio profético. (A.A.3; L.G.17).

4º.- Educar al catequista para la comunicación personal y el diálogo. (A.G.3).

5º.- Capacitarle para que pueda crear una comunidad cristiana. (A.A.10).

6º.- Disponerle al encuentro personal con Dios y con el prójimo en una vida de fe.

MEDIOS (CONTENIDO DEL PRIMER NIVEL):

-FORMACIÓN DE LA PERSONA: “El hombre verdadero”, (plan de Dios en la creación, dignidad del hombre, imagen de Dios y continuador de la obra de la creación mediante el dominio de la naturaleza). “Alfabetización”.

-DESCUBRIR EL MISTERIO SALVÍFICO EN LA BIBLIA: “Introducción a la Biblia”, “Historia de la Salvación”.

-CELEBRACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS, con base en la realidad concreta en que se vive; para que esta Palabra pueda ser iluminación cristiana de la vida.

-FORMACIÓN DE LA COMUNIDAD

-TÉCNICA Y PRÁCTICA DEL DIÁLOGO

-COMUNIDAD ECLESIAL DE BASE

-DINÁMICA DE GRUPO

-ORGANIZACIÓN DE LA COMUNIDAD

Todo ello pretendemos lograrlo en un curso vivencial comunitario de 20 días completos.

Después, en el centro de “EL CASTAÑO” se sigue su preparación con el Segundo y Tercer Niveles, con objetivos concretos y un contenido bastante flexible y variado.

OBJETIVOS DEL CUARTO NIVEL (que también se daba en “Los Naranjos”):

1º.-Interpretar con fidelidad la Palabra de Dios, en dimensión de mensaje, contenido en la Biblia, la Tradición, el Magisterio y la Vida de la Iglesia. (C.D.14).

2º.-Presentar la Iglesia como una Comunidad de fe, de culto y de caridad. (L.G.8; G.E.M.4; S.C.2).

3º.-Hacer descubrir el valor y el sentido cristiano de los signos humanos actuales. (G.S.32 y 36).

4º.-Ayudar al hombre a tomar conciencia de su responsabilidad de colaborar en la creación y redención del mundo, hasta la consumación del Reino. (G.S.39).

5º.-Capacitar al catequista en el empleo de los recursos que ayudan a descubrir y aceptar en la realidad concreta a Cristo con su mensaje; tomando en cuenta los medios de comunicación social.


95. A.C.P.: Carta del P. Provincial a Juan Macho, 3 de diciembre 1975, págs. 1-2.

96. A.C.P.: Documento Base para el Diálogo Comunidad Pasionista – Sr. Obispo de Santiago de María, pág. 1.

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