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Rafael Cabrera C.
El domingo 3 de febrero los miles de salvadoreños en el cumplimiento de uno de sus deberes ciudadanos concurrirán a los centros de votación instalados en todo el territorio nacional a emitir su voto para elegir al NUEVO PRESIDENTE Y VICEPRESIDENTE de la República.
Se califica como TODO UN RETO ESTA ELECCIÓN PRESIDENCIAL porque se pone a prueba el grado de madurez política y social, alcanzado por las mayorías de nuestra sociedad y considerando que con su decisión se está asegurando el bienestar de sus familias, de sus fuentes de trabajo, asegurando sus prestaciones sociales y el bienestar social y económico de la nación.
Todos los que participen en este evento electoral deben actuar inteligentemente y evaluar lo positivo y negativo de los candidatos presidenciales en cuanto a honorabilidad, seriedad y sinceridad en sus planteamientos, como también evaluar lo positivo y negativo de los gobiernos anteriores de las últimas décadas.
Para muchos salvadoreños parece difícil marcar la papeleta de votación, pero para ello se debe hacer de conciencia social, valorar si en las elecciones anteriores hubo equivocación o no con los elegidos, si dichos señores hicieron honor a sus promesas. Recordemos que del año 1989 al año 2004 nuestra soberanía fue lanzada a un cesto de basura por aquellos que vendieron al mejor postor NUESTRO PATRIMONIO NACIONAL, o sea, los servicios de telecomunicaciones y servicios de energía eléctrica, por aquellos que negociaron los bienes de la CEL, por quienes dañaron a la clase trabajadora en general obligándola a que se afiliara a las empresas mercantiles conocidas como AFP, desligándolas de la excelente seguridad en materia de seguros del SEGURO SOCIAL administrados por el Estado, por aquellos que en un madrugón dejaron fuera de circulación nuestra moneda el colón salvadoreño y se nos obligó a aceptar el dólar americano al cambio 8.75 por dólar, tal decisión causó un tremendo daño a la economía nacional.
Con el cambio de moneda, se barrió con nuestro mercado siendo el sector informal, las micro, pequeñas y medianas empresas las más damnificadas y dicha situación persiste a la presente fecha. Es decir, nuestra economía está anclada, comprometida con un sistema que poco a poco nos arrastra a un despeñadero en el que abundan los vicios delincuenciales.
Por lo comentado en este artículo de opinión, es importante que los cinco millones de salvadoreños convocados a elegir al nuevo presidente y vicepresidente de la República se abracen con nuestros símbolos patrios, que entonen el coro de nuestro himno nacional –Saludemos la patria orgullosos, de hijos suyos podernos llamar y juremos la vida animosos, sin descanso a su bien consagrar- y parte de la oración a nuestra bandera que reza: Dios te salve patria sagrada, en tu seno hemos nacido y amado, eres el aire que respiramos, la tierra que nos sustenta, la familia que amamos, la libertad que nos defiende, la religión que nos consuela. Tienes nuestros hogares queridos, fértiles campiñas, ríos majestuosos, cielos de púrpura y de oro. ESTA ES NUESTRA PATRIA y ahora nos necesita más que nunca, por lo que es de imperiosa necesidad que con tu voto elijas al mejor y más capacitado de los candidatos contendientes y no a quienes propalan falsedades y esconden en su comodín un pasado tenebroso.
