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Elección de la Corte Suprema de justicia

Licenciada Norma Guevara de Ramirios

Por fin, después de 4 meses de haber cesado en sus cargos, 5 Magistrados de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la Asamblea Legislativa logró acuerdo para elegir por 9 años, a cinco profesionales del derecho como Magistrados(as) propietarios y cinco suplentes, el pasado 16 de noviembre.

Cada país tiene sus formas ordenadas de cómo definir sus órganos de justicia, el nuestro es relativamente joven, surgió de los Acuerdos de Paz y la reforma constitucional emanada de los mismos, el cual supone una participación externa a la Asamblea Legislativa y la definición por mayoría calificada de la Asamblea que debe elegir un tercio de la CSJ, cada tres años.

Es un mecanismo diferente al de países en los que el Presidente de la República propone, y el parlamento elige; pero sea cual sea el mecanismo, en ninguna parte se trata de una decisión fácil. Hay países que se tardan dos años, un año para lograr esas definiciones; sin duda, porque los aparatos de justicia representan al mismo tiempo una esperanza o  una amenaza.

Antes de la reforma en El Salvador, el sistema judicial fue permisivo de las atrocidades que cometía la dictadura militar; por eso la Comisión de la Verdad que investigó los hechos que más conmovieron la conciencia nacional y mundial en tiempos del conflicto, determinaron que la CSJ fue responsable de las violaciones a los derechos humanos.

Para el FMLN, que fue el real proponente de las reformas constitucionales, al sugerir que los abogados escojan parte de los candidatos, mediante elección, y que el Consejo Nacional de la Judicatura seleccione la otra parte de los candidatos; buscaba sacar del juego el determinismo presidencial que existía, y se tenía la esperanza de que ese mecanismo, junto con el aseguramiento del 6% de los ingresos para su presupuesto, le liberaba al máximo órgano de justicia, de ataduras de los otros poderes (ejecutivo y legislativo).

Lo que arrojan 24 años  de esta práctica, es que existen otros poderes fácticos que pueden ejercer presiones sobre este órgano, como quedó demostrado con los magistrados salientes que integraron la Sala de lo Constitucional, que manejaron una agenda política  en la que punto a punto, fueron sumando factores de desestabilización y transformaciones  al margen de la constitución.

Este aprendizaje vuelve a la izquierda, la misma que promovió el cambio del sistema judicial en la constitución, recelosa, obligada a hablar de estas verdades al pueblo, para estar vigilantes de la actuación de los jueces en tiempos en que se habla y se practica la incidencia de poderes, incluso externos para realizar los llamados “golpes suaves”, contra gobiernos democráticos; y se usa igualmente como herramienta para golpear oponentes políticos.

Así como se extienden estas prácticas, se extiende la comprensión por los pueblos de esa verdad que San Oscar Arnulfo Romero describió: “la justicia, como la serpiente, solo pica al descalzo”. Cambiar eso es el verdadero desafío de nuestra Corte Suprema de Justicia y es algo que solo puede realizarse, resistiendo presiones ilegítimas, que los convierte en instrumentos políticos, en vez de jueces, con capacidad de ejercer su sana crítica.

Es justo felicitar a los diferentes Grupos Parlamentarios que pudieron ponerse de acuerdo en elegir a diez de entre los 30 candidatos y candidatas, asignar a los integrantes de la Sala Constitucional, de entre ellos: Aldo Cáder, Carlos Avilés, Carlos Sánchez y Marina Torrento. Igualmente, se eligió como Presidente de la Sala de lo Constitucional al Doctor Armando Pineda Navas para los próximos tres años, y al abogado Roberto Calderón,  como Magistrado que podrá integrarse a otra sala de la CSJ.

Como suplentes fueron electos los abogados: Cristóbal Reyes, Jorge Quinteros, José Luis Lovo Castelar, Sonia Cortez de Madriz y Alex Marroquín. Nos corresponde ahora esperar un desempeño, de las y los electos, apegado a la Constitución, con el más alto sentido de responsabilidad con todo el país y no con los intereses de pequeños grupos que, por su poder económico, buscan su protección en los órganos de justicia.

Desde este espacio debo destacar el papel del Grupo Parlamentario del FMLN, de su jefatura, de los diputados Nidia Díaz y Schafik Hándal, que mantuvieron con firmeza, principios que la Constitución y el sentido político demandaban, como son el criterio de integrar en esa elección, profesionales con diferentes corrientes de pensamiento jurídico y el sentido concertador que manda a tomar en cuenta las propuestas de todas las fuerzas políticas representadas en la Asamblea.

A Dios rogando y con el mazo, dando dice el refrán, confiemos y exijamos el mejor desempeño de los  y las electas.

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