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Enrique López, dirigente de ALGES en el departamento de Cuscatlán, en reunión informativa y de análisis de la realidad nacional.

El Salvador: la sequía se comió las matas de maíz

Oscar Martínez
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He caminado en algunos lugares de tierra agrietada, seca y reseca por falta de lluvia, en algunos lugares he encontrado chiquirín, (familia de la chicharra) que sale de la tierra caliente y al tiempo que pregunto de la milpa, me dice José Quinteros, “a estas matas se las comió la sequía”. Ya no crecerán, quedaron enanas, no se desarrollaron, ni darán mazorca de maíz. No habrá atolada, y se tendrán problemas para hacer las tortillas (las chengas que se comen con frijol). Así como se comían en las cortas de café y eran una de las demandas de la gente campesina en los años setenta para que los dueños de las fincas dieran tortillas y frijoles.

En El Salvador se declaró alerta naranja para 12 departamentos y alerta roja para 143 municipios con pérdidas en la producción de maíz a causa de la sequía meteorológica y cada día que pasa es una esperanza de lluvia ausente con el sol y el calor desesperante que recuerda que tendremos problemas de alimentación que impactará en miles y miles de hombres, mujeres, niños, niñas, personas ancianas y mujeres embarazadas en condiciones de pobreza que viven en la zona rural y por ello se convierten en una población altamente vulnerable.

Los departamentos en alerta naranja: Ahuachapán, Sonsonate, Santa Ana, Chalatenango, La Libertad, La Paz, Cabañas, San Vicente, Usulután, San Miguel, Morazán y La Unión.

Cada día, a cada momento la sequía y las altas temperaturas reiteran que habrá problemas para la alimentación de la familia acostumbrada y condicionada a comer tortillas con frijoles (carbohidratos), y este dato debe ser considerado por las autoridades salvadoreña para declarar emergencia nacional por la gravedad del asunto; y, además, porque sabemos que no somos un país de renta media.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) aceptó los estragos de la sequía y se presta a dar apoyo a las personas perjudicadas; no obstante, en estos eventos de alerta se da la invisibilidad de las personas en condiciones de discapacidad, porque estas personas tienen problemas para su movilidad y por tanto deben tener una atención especial en coordinación con sus organizaciones.

De ahí la importancia del trabajo organizativo territorial que tiene la Asociación de Lisiados de Guerra de El Salvador “Héroes del 89” ALGES, en todo el territorio nacional, porque según el personal técnico agrónomo la sequía pone en riesgo la alimentación de su afiliación y la de sus familiares que viven en el corredor seco y las zonas afectadas por la sequía: La Paz, San Vicente, San Miguel, Usulután, Morazán, y La Unión, reportan pérdidas totales de sus cultivos.

Wilfredo Peña, responsable de la Unidad de Producción, nos indica algunas zonas geográficas de afectación de la sequía en donde habitan veteranos con lesiones de guerra y en condiciones de discapacidad: los municipios de La Libertad y San Pablo Tacachico en el departamento de La Libertad; los municipios de San Pedro Masahuat, Santiago Nonualco, La Herradura y Zacatecoluca en el departamento de La Paz; los municipios de San Vicente, Tecoluca y San Esteban Catarina en el departamento de la San Vicente; en los municipios de Nueva Granada, Berlín, San Agustín, Jiquilisco y El Triunfo, en el departamento de Usulután; en los municipios de Nuevo Edén de San Juan, San Gerardo, Sesori, Lolotique y Chinameca en el departamento de San Miguel; en los municipios de Torola, Perquín, San Fernando, Arambala, Jocoaitique, Meanguera, San Isidro, San Simón, Gualococti, Osicala, Cacaopera y Corinto del departamento de Morazán; y en los municipios Nueva Esparta y Conchagua, en el departamento de La Unión.

Peña, por su experiencia e información que maneja de las zonas afectadas, nos aseguró que “aunque llueva la cosecha ya está perdida y debe hacerse un esfuerzo para que estas familias en condición de pobreza de la zona rural tengan su comida en la mesa”, pues son personas que adquirieron su discapacidad durante la guerra civil interna que vivió El Salvador (1980-1992).

Asimismo, es de la idea que debe activarse la solidaridad y que la cooperación nacional e internacional no discrimine a este sector con discapacidad, en estos momentos de emergencia en donde se necesita la ayuda de carácter humanitario y el gobierno salvadoreño debe atender de forma especial a este sector. Al alejarnos de la zona árida, unas niñas y niños inconscientes/conscientes de la crisis de la sequía, cantan una canción infantil “que llueva, que llueva, la virgen de la cueva, los pajaritos cantan, las nubes se levantan… que sí, que no, que caiga un chaparrón con azúcar y turrón. Que se rompan los cristales de la estación…”, es una réplica de sus antepasados pidiendo lluvia o solo es un juego infantil (las autoridades oficiales ya están de vacaciones) y la gente pobre afectada deberá esperar; así como los veteranos y lisiados de guerra de Varilla Negra, Corinto, Morazán que se quedaron solo con las promesas de campaña que tendrían agua potable. Ojalá, “el Santo Patrono Salvador del Mundo toque esos corazones religiosos que dejan a un lado las necesidades del pueblo por las fiestas agostinas” y que el pueblo tome conciencia de la necesidad del agua sin privatización porque la privará de nuestras vidas.

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