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La psicóloga y feminista Jules Falquet y la investigadora social Patricia Iraheta desarrollan el tema “Poder Político y el Patriarcado”, así como “El rol del género en las plataformas de los candidatos a la presidencia para los próximos comicios del 2019”. Foto Diario Co Latino/Ludwin Vanegas.

El patriarcado está lejos de compartir su acceso al poder con las mujeres

Gloria Silvia Orellana
@SilviaCoLatino

“Hay un movimiento de mujeres muy fuerte en Latinoamérica y eso es una esperanza”, dijo Jules Falquet, invitada internacional de los Diálogos Culturales de Invierno del partido FMLN, quien habló sobre el Poder Político y Patriarcado y Análisis de Género.

Jules Falquet, docente de origen francés, trabaja para la prestigiosa Universidad de la Sorbona, de París, es doctora en sociología y estudiosa de los movimientos sociales de campesinos, indígenas, mujeres, así como la división sexual y social del trabajo y migraciones, entre otros temas.

En su intervención explicó que al hablar del poder político y patriarcado se debe ahondar en los cambios sociales del momento actual, que parecen avances positivos y significativos para las mujeres, aunque no puede tomarse como verdad absoluta.

“Tanto el patriarcado, como el poder político, tratan de crear una percepción de transformaciones y que vamos hacia más igualdad entre mujeres y hombres, pero en realidad es una pantalla para esconder una profundización de las desigualdades y de las injusticias. Digamos de sexo, de clase y hasta racistas”, manifestó.

No obstante, rescató los movimientos de mujeres en América Latina y el Caribe, que en su opinión están fuertes y pujantes. Lo que le pareció muy interesante porque está cimentando mucha “esperanza”, para los derechos de la población femenina.

“El movimiento de mujeres en América Latina no es incipiente, tiene cuarenta años, si bien puede ser poco frente a la historia de la humanidad, pero aquí tenemos a Prudencia Ayala, que tiene casi un siglo y claro fue señalada de loca, por postularse a la presidencia. ¿Por qué? Los hombres no quieren compartir con nosotras sus recursos, el dinero”, expresó.

Sobre los retos consideró importante que la mujer busque la unidad, en su lucha y superaría las primeras dificultades que se enfrentan a lo largo de sus vidas productivas.

“Creo entender que las causas de nuestras dificultades es que solo se trabaja en lo ideológico y llevamos las de perder, porque en el fondo el problema es de recursos económicos, es una cuestión de clase. Lo que nos están bloqueando es la educación, entonces, no están bloqueando tener salarios y puestos bien pagados, pero solo vemos el árbol, no el bosque donde están las desigualdades. El mensaje es a unirnos y luchar no solo por nuestros derechos, sino por la justicia y el racismo”, reafirmó.

Mientras, la segunda ponente fue Patricia Iraheta, investigadora social, quien hizo una lectura de las plataformas de los partidos políticos y la situación de las mujeres, en las candidaturas que se postulan para la presidencia del 2019.

“En primer lugar quiero ubicar a los dos grandes proyectos políticos que caracterizan a la sociedad salvadoreña de la derecha y la izquierda, y cómo estos proyectos que están en disputa por el ejercicio de poder desde hace varios años y la posición de la mujer en todo ese panorama”, mencionó.

Iraheta consideró que la izquierda es un proyecto coherente y en ese sentido la idea de plantear el reconocimiento de derechos, implementar programas y ampliar las opciones de participación política, es un avance, aunque falta mucho trabajo por edificar.

“El FMLN como gobierno ha potenciado varios espacios para las mujeres en el Gobierno, en los cargos públicos, en programas de atención e inclusión social, así como de prevención y se han abierto durante estos dos gobiernos una gama de acciones positivas para las mujeres pero aún existen brechas de desigualdad justamente en la participación política”, reconoció.

Patricia Iraheta expresó, además, su preocupación por los acontecimientos de feminicidio que se han registrado en las últimas semanas, lo que valoró como una sociedad que enfrenta grandes retos y cumplimiento de metas. “Se debe cumplir esa relación de construir una nueva sociedad o una sociedad incluyente, desde una perspectiva de respeto entre hombre y mujer”.

“Una visión no sexista, porque si bien existen avances que son positivos y nos indican un camino, también es cierto que en la cultura salvadoreña siguen persistiendo los valores machistas y discriminatorios”, puntualizó.

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