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El feminismo y el aborto dentro del marco de los Derechos Humanos

Katia Recinos rivas

Comisión Jurídica Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, viagra pilule Ético y Eugenésico de El Salvador; abogada de la República de El Salvador.

 

El feminismo, sales según  el diccionario de la Real Academia Española, proviene de la palabra latina “fem?na, mujer, hembra, e –ismo”, entendido  y significa que es una: “Doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres”. En tanto del Aborto encontramos un sinfín de significados, una línea de pensamiento relacionado con los derechos sexuales y reproductivos informa que: “Un aborto inseguro es aquel que es realizado por personas sin la capacitación necesaria, en un entorno que no se ajusta a los estándares médicos mínimos, o ambas circunstancia cuando coinciden. El término aborto con medicamentos se refiere a la interrupción del embarazo por medio de medicamentos en lugar de por intervención quirúrgica. La mifepristone (RU486), un medicamento que bloquea la acción de la progesterona y el misoprostol, una prostaglandina que produce contracciones del útero, son utilizados a menudo en combinación, para producir un resultado muy parecido a un aborto espontáneo o pérdida” (fuente: referencia 76)

En cuanto al contexto social de El Salvador, para una mujer resulta un gran reto establecer una relación con el feminismo y el aborto desde la perspectiva de los derechos humanos, no solo porque el contexto de lo que la palabra aborto implica, sino también por todo aquello en el fondo relacionado al hablar del significado para este país, que desde la lucha del feminismo es muy diferente e incluso más complicado, porque  el tema se relaciona con varios derechos de la mujer en tanto a su libertad de decisión, integridad y derecho a la salud, que son parte  de los derechos humanos que tiene toda persona y que El Salvador los ha reconocido a partir de la suscripción de tratados internacionales de Derechos Humanos.

Es por ello que soy de las pocas personas que tiene la convicción que también desde el feminismo se puede defender los derechos humanos de las mujeres que deciden abortar o sufren un aborto en sus embarazos de forma imprevista. Otros autores dan otro significado al “feminismo”,  pero se olvidan que el significado original del “feminismo es la creencia teórica y práctica en la igualdad de derechos para las mujeres, y una “feminista”  es una defensora de iguales derechos para las mujeres en campos tradicionalmente reservados a los hombres” .

Es aquí donde me voy a detener, ya que desde mi formación como profesional en derecho, ser defensora de iguales derechos para las mujeres en el campo de desigualdades de condiciones en relación a los hombres y que implica un gran cambio fisiológico en la anatomía de una mujer embarazada, existe muchas formas de evidenciar claras violaciones a los derechos humanos de las mujeres.

Revisando la historia del feminismo, me encontré que  existe una “Declaración feminista contra el aborto”; en  la cual  se establece de manera coherente, el porqué desde el feminismo se defiende la decisión de la mujer en abortar.

Leyendo esos textos, me llamó la atención que desde la  óptica de la doctrina feminista, el tema del aborto ha sido reconocido no solo como un problema que afecta a una mujer de forma individual, sino a varias mujeres en una situación de embarazo, que físicamente existen evidencias claras que no le afectan a un hombre. Y se agrava más la situación, si la mujer embarazada sufre un aborto espontáneo, natural o por complicaciones obstétricas.

He aquí cuando recuerdo el pensamiento de la jurista Marcela Lagarde, quien es una mujer feminista que ha compartido  durante su trayectoria profesional algunas aportaciones teóricas y  científicas sobre el tema del Aborto y los derechos humanos.

La manifestación más importante  que recuerdo de ella es que enfatiza que la denominación de los derechos humanos en su historia, fue adquirida de esa forma por una mujer, para generar un clima de igualdad de condiciones. Ejemplo de ese dato histórico y significativo no solo para el feminismo sino también para los derechos humanos es lo que ella en aquella ocasión señaló en 1992: “desde el año de 1789 los Derechos del Hombre son signo de la democracia moderna, y de la emergencia de la ciudadanía como cualidad potencialmente universal. Sin embargo, siglo y medio después ya habían mostrado su insuficiencia y fueron reformulados con el nombre de Derechos Humanos por Eleonor Roosevelt, quien los llamó humanos y no del hombre, para evidenciar que el concepto anterior sólo se refería a los hombres, a los varones, y para incorporar a las mujeres de una manera explícita: humanos, en plural y en neutro,  es abarcador de los dos géneros, mujeres y hombres”.

Es importante  reconocer ese acontecimiento de los  Derechos Humanos  dónde  una mujer  es quien inicia su lucha por el reconocimiento de la igualdad ante los hombres. El cambio en la denominación de los derechos del Hombre a Derechos Humanos, que implica una forma que abarca a ambos géneros, tanto a la mujer como al hombre, colocándolos en un mismo nivel.

Las mujeres profesionales en el derecho desde nuestro campo podemos ejercer la defensa de mujeres acusadas de aborto. No podemos olvidar acontecimientos históricos tan importantes  que sucedieron en el campo de los derechos humanos, y que se relacionaron con el feminismo, porque el cambio de la denominación de Derechos del Hombre a Derechos Humanos  fue impulsada por una mujer, feminista de aquella época, quien inició la colocación en el campo de la igualdad a la mujer y al hombre en el reconocimiento de los derechos humanos.

Por ello, cuando nos busquen en la defensa de situaciones delicadas como defender a una mujer que sufrió un aborto por complicaciones obstétricas, no olvidemos que dichas mujeres, por ser seres humanos, también tienen derecho a defenderse sin ser discriminadas por  haber tenido una complicación en sus embarazos.  Como sucede con los casos de las 17 mujeres que el 2 de abril del 2014 presentaron ante la Asamblea Legislativa de El Salvador, 17 solicitudes de Indulto para que se les conceda un perdón judicial por un hecho del cual han recibido una condena injusta y que en la mayoría de los casos no fue premeditado.

En el Estado democrático de El Salvador, la criminalización absoluta de hechos como el aborto, rompe con las condiciones de igualdad que los derechos humanos promulgan desde su creación, y que a lo largo de la historia han tenido su reconocimiento jurídico en  valiosos instrumentos internacionales de derechos humanos, como en la Declaración Universal de Derechos Humanos y la Convención Americana de Derechos Humanos; porque pone en riesgo la salud de muchas mujeres que buscan realizar abortos en la clandestinidad, por el hecho de no estar legalmente establecido.

Por ello, nos debe de motivar desde la óptica del feminismo y desde la óptica de defensoras de derechos humanos de las mujeres que son acusadas  de aborto en  El Salvador, que podemos contribuir desde nuestra labor a iniciar los cambios necesarios en nuestro país para borrarnos de la lista de los  treinta y dos países en el mundo que tienen Penalizado absolutamente el delito de Aborto, demostrando con hechos las desigualdades y discriminaciones que sufren dichas mujeres en todas las instituciones estatales relacionadas con esto.

Y recordar desde el quehacer jurídico, que tener penalizado el aborto, no es la solución de que dicha situación desaparezca, sino lo contrario,  es una práctica que pone en riesgo la salud de las mujeres que no tienen conocimiento real de lo que conlleva la práctica de un aborto en condiciones precarias y sin la atención adecuada.

Bibliografía consultada: 

•Diccionario de la Real Academia Española 23 Edición ver en:  http://lema.rae.es/drae/?val=; consultado el 12 de enero del 2015 a las 8 pm.

•El feminismo y el aborto, consultado el día 12 de enero del 2015 a las 9 pm en el sitio web: http://www.mercaba.org/FICHAS/VIDA/feminismo_aborto.htm.

•Lagarde, Marcela; Identidad de Género y Derechos Humanos la Construcción de las Humanas – Enemistad y sororidad: hacia una nueva cultura feminista; Memoria, 28:24-46, Centro de Estudios del Movimiento Obrero y Socialista; México, 1989.

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