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El culto al asesino

El alcalde capitalino, sovaldi sale Norman Quijano, que gracias a la división interna en las estructuras de poder del partido ARENA no será candidato más para un tercer periodo en la comuna capitalina, no solo ha puesto en aprietos a su partido, sino, que ha pretendido castigar a toda una comunidad católica creyente de la santidad de Monseñor Oscar Arnulfo Romero.

Y es que cuando Quijano decide cambiar de nombre a la histórica calle a San Antonio Abad, por el de “Roberto d´Abuisson”, no solo afecta a los católicos salvadoreños, sino también a una parte de su partido, que a todas luces ha querido separarse de esa historia oscura del fundador de ARENA y de los escuadrones de la muerte.

d´Abuisson, según la Comisión de la Verdad, fue el autor intelectual del magnicidio de Monseñor Oscar Arnulfo Romero, un detestable crimen cometido el 24 de marzo de 1980, en la capilla del hospitalito de la Divina Providencia, donde el arzobispo Romero oficiaba una misa.

La Comisión de la verdad, en las conclusiones sobre el caso Romero expresa: “Existe plena evidencia que el ex mayor Roberto d´Abuisson dio la orden de asesinar al arzobispo y dio instrucciones precisas a miembros de su entorno de su seguridad, actuando como ‘escuadrón de la muerte’ de organizar y supervisar la ejecución del asesino”.

Más adelante, la Comisión de la Verdad expresa que: “obtuvo muchos testimonios de que algunos de los más ricos terratenientes y empresarios del país y fuera del país, prestaron sus fincas, sus casas, sus vehículos y sus guardaespaldas para ayudar a los escuadrones de la muerte. También proporcionaron finanzas utilizadas para organizar y mantener los escuadrones, en particular los dirigidos por el mayor d´Abuisson”.

Entonces, cuando Norman Quijano decide poner el nombre de un asesino a una calle popular, no está haciendo otra cosa más que rindiendo culto al fundador de los escuadrones de la muerte.

Está Quijano, avalando el asesinato de Monseñor Romero, y cuando la cúpula de ARENA guarda silencio, está también enarbolando la figura de un asesino, y con ello, aplaudiendo una vez más el magnicidio de Monseñor Romero.

Muchos de los que financian al partido ARENA, desde que fue fundado por d´Abuisson, celebraron la muerte de Monseñor, y hoy lo vuelven hacer, cuando han permitido que Quijano, nombre una calle con el nombre del asesino intelectual.

Nos preguntamos también si esta no será una afrenta al anuncio del Vaticano, de las posibilidades que Monseñor sea beatificado el año que viene. El pueblo de San Antonio Abad debe impedir esa afrenta, con el acompañamiento de miles de católicos y católicas de El Salvador.

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