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El COVID-19 debe unir a los salvadoreños

Pese a que entre las recomendaciones para evitar el contagio del virus que provoca el COVID-19, inicialmente conocido como CORONAVIRUS, está el de aislarse, por eso es que se ha decretado una cuarentena con diversos tiempos y medidas, lo cierto es que ante la emergencia lo más recomendable es que el país esté unido.

Unido -incluso- aunque no se esté de acuerdo con algunas medidas. En este sentido, es aplaudible que algunas fracciones legislativas, como el FMLN, ARENA y PCN hayan manifestado al presidente Nayib Bukele que cuente con ese órgano de Estado para lo que requiera.

El presidente de la República anunció el miércoles, el día que decretó la cuarentena nacional, que recurriría a la Asamblea Legislativa para solicitar dos mil millones de dólares para enfrentar la crisis nacional.

La cuarentena fue decretada, luego de que la Organización Mundial de Salud (OMS) declaró el COVID-19 como una pandemia; es decir, una enfermedad que se expande en todo el planeta y, que por lo tanto, es difícil detenerla.

Como es ya conocido, la ciudad Wuhan fue el epicentro del brote del nuevo coronavirus, el COVID-19, en la provincia de Hubei, centro de República Popular China. Sin embargo, la enfermedad en el gigante asiático ha sido controlada; por eso, en la ciudad de Wuhan han cerrado los dieciséis hospitales temporales creados para atender a las decenas de miles de casos, incluso, en Pekin, capital de República Popular China, este jueves han anunciado que “finaliza el pico de la neumonía COVID-19”.

La cuarentena decretada por el gobierno del presidente Bukele busca evitar -en primera instancia- que el virus llegue, y cuando llegue, pues dado que es una pandemia no habrá frontera que lo evite, impacte lo menos posible en la población.

En los países en donde el virus ha creado mayores estragos, la población más afectada ha sido aquella que padece enfermedades crónicas y los mayores de 80 años. Conociendo estos datos, se hace necesario que las autoridades de salud, o quienes estén al frente de la emergencia, deberían tener un plan específico de atención; si lo tienen ya, qué bien; si no, que se elabore lo más inmediato posible.

Quizá porque no se tienen detalles al respecto, así como que aún no se conoce qué instalación militar será acomodada para atender a los afectos del COVID-19, cuando este llegue, es que algunos se han puesto quisquillosos de la medida, incluyendo a infectólogos, que creen que la cuarentena debió ser una medida en su cuarta fase y no en la primera.

Pero más allá de que tengan razón o no, lo cierto es que la cuarentena es un hecho, como un hecho es que debemos prepararnos para cuando se presente la enfermedad o para impedir que llegue pronto, y es necesario estar unidos para afrontar la situación.

En primer lugar, es recomendable que la población no entre en pánico. Eso implica que debe estar bien informada a cada momento, no dejarse llevar por rumores ni mucho menos de cualquier cosa que se difundan en las redes sociales.

Es de lamentar -por cierto- que quienes viajaron el miércoles, de diversas partes del mundo, tanto ciudadanos salvadoreños como extranjeros, hayan tenido que afrontar la cuarentena en el aeropuerto, pues, no se lo esperaban, por falta de información, ni esperaban las condiciones que encontraron en el aeropuerto, que según ellos, no eran las mínimas de acuerdo a la emergencia.

La cuarentena decretada por El Salvador tiene las siguientes exigencias: todo salvadoreño que venga del extranjero deberá pasar treinta días en cuarentena, al igual que los extranjeros radicados en El Salvador; mientras que los viajeros no residentes serán regresados al país de origen.

Los estudiantes, tanto del sector público como privados, desde preparatoria hasta universitario, deberán cumplir una cuarentena de 21 días. Además, quedan prohibidos todos los eventos que impliquen grandes concentraciones, como por ejemplo conciertos o actividades deportivas. Asimismo, están prohibidas las concentraciones de más de quinientas personas.

Ha sido oportuno, también, la amenaza de la Defensoría del Consumidor de aplicar la ley a quienes acaparen o suban precios a los productos desde alimenticios hasta los de salud, como las mascarillas (las que deben utilizar solo la persona infectada) y el alcohol gel, que sirve para desinfectar las manos.

Es necesario, también, que la ciudadanía conozca los síntomas del COVID-19 para que, al tener algún indicio, acudan al médico y tomen las precauciones en casa o en el trabajo. Los síntomas son: fiebre alta, tos seca e insuficiencia respiratoria. Si alguien presenta estos síntomas, además de acudir al médico, inmediatamente debe colocarse una mascarilla y guardar al menos dos metros de distancia para dirigirse a sus familiares o cualquier otra persona para no contagiarse.

Realmente, hasta hoy hay suficiente información para aplicarlas, para de esa forma evitar los contagios mientras se es atendido médicamente. Estas prácticas son necesarias. Y, sobre todo, no caer en pánico.

Por cierto, es de destacar que en los supermercados han tomado la medida, desde el miércoles, de vender no más de tres unidades por producto como máximo, para evitar el desabastecimiento.

Es preciso que la familia salvadoreña, si ha decidido abastecerse, que lo haga pensando en los 21 días de la cuarentena, pues, dado que la actividad productiva se mantiene por el momento, así como el intercambio comercial, no dudamos que el mercado será abastecido y esto -por supuesto- debe garantizarlo el Gobierno y por esto, también, es necesario en este momento estar unidos.

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