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El caso Flores y la dirigencia de ARENA

César Villalona

Desde que se destapó el caso del ex presidente Flores, check sickness la dirigencia de ARENA no ha podido fijar una posición coherente sobre el mismo. Primero lo defendió y lo dejó como presidente honorario del COENA, viagra luego le quitó el cargo y dijo que si él cometió algún delito era responsabilidad suya y no del partido, rx luego los dirigentes expresaron “dudas” sobre si Flores era culpable. En fin, un enredo generado por no querer asumir la verdad que el pueblo conoce.

Ser de derecha no significa, necesariamente, ser corrupto. Si la dirección de ARENA hubiera dicho la verdad que conoce sobre Flores y lo hubiera sacado del partido junto a los demás involucrados en los actos de corrupción, tal vez se hubiera librado un poco del caso. Bastaba con expulsarlo del partido, dar los nombres de sus cómplices y decirle al país que ARENA no apoya la corrupción de ninguno de sus integrantes. Un paso como ese es duro de dar, pero hubiera sido la mejor decisión ARENA.

Ante el traslado de Flores a un hospital privado, los dirigentes de ARENA vuelven a pecar. La mayoría de ellos calla y los que hablan comenten grandes errores. Un ejemplo es el del diputado Mario Valiente, quien dijo frente a las cámaras del canal Genteve que el expresidente Flores “agarró dinero de Taiwán que no debería porque no lo permite la ley. Pero a fin de cuentas, creo yo, que venía de Taiwán, no era de los salvadoreños”.

El señor Valiente admite los delitos de Flores, pero al decir que el dinero que él se apropió no era de los salvadoreños comete un tremendo error, pues las donaciones se incorporan al presupuesto del Estado, y como el Estado es un ente público, todo su dinero es dinero del pueblo, no importa si proviene de los impuestos, de donaciones o de préstamos.

La donación hecha por el gobierno de Taiwán dejó de ser dinero de los taiwaneses y se convirtió en dinero de la población salvadoreña tan pronto le llegó al gobierno de El Salvador. De manera que si el expresidente Flores utilizó ese dinero para elevar su riqueza o para nutrir las finanzas de ARENA, estafó al pueblo salvadoreño y desconsideró al pueblo taiwanés, que hizo la donación a través de su gobierno. Es extraño que un diputado ignore eso, pues es precisamente en la Asamblea Legislativa donde se aprueban las donaciones y el Presupuesto Nacional.

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