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Nicolas Muñoz (brazos extendidos) festeja con sus compañeros tras anoatr el primer gol ante Alianza. Foto Diario Co Latino/Jorge Rivera

¡Dulce venganza!

Santiago Leiva

@DiarioCoLatino

La fiesta fue naranja. Águila esperó con paciencia seis meses para cobrar la factura al Alianza y lo hizo ayer al apartarlo de la gran final del Clausura 2016, troche negándole la posibilidad del bicampeonato.

Los emplumados buscarán el próximo domingo su décimo sexta corona. Ayer, viagra en el césped del Juan Francisco Barraza de San Miguel, Alianza volvió a mostrar su fútbol alegre, dinámico, pero otra vez pagó caro su falta de gol ante un Águila que dejó una pésima imagen en el primer tiempo, pero tuvo la pólvora suficiente para sentenciar la eliminatoria en el complemento.

Los paquidermos, después de perder 0-1 en casa, necesitaban ganar 2-0 de visita, con esa esperanza viajaron a San Miguel, pero todo se quedó en buenas intenciones. Los albos mostraron desde el inicio el fútbol vistoso y de toque que les caracteriza, poniendo contra las cuerdas a los emplumados que parecía jugaban en patio extraño.

Merced a su dinámica, los blancos llegaban una y otra vez a la cabaña de Benji Villalobos, pero se tardaban en el último pase y los pillaban adelantados. Así se desperdició un gol de Rodolfo Zelaya por posición adelantada y muchas otras jugadas que pudieron dar a los blanco una gran ventaja para encarar el complemento.

Al igual que el jueves pasado, ayer Alianza tuvo para sentenciar el partido. Se puso 0-1 de penalti a los 36 minutos, y solo minutos después José Contreras desperdició ante Villalobos lo que pudo significar el 0-2 antes de cerrar la primera mitad.

Herbert Sosa había abierto las esperanzas para la hinchada paquiderma y, así como cerró el primer acto, un segundo gol no estaba lejos, pero Águila volvió con una nueva consigna de los camerinos y Nicolás Muñoz no tardó en hacerlo saber.

Al ´55, el panameño recibió un centro desde la derecha y solo tuvo que poner la testa para decretar cartones de 1-1, y enfriar el ímpetu de los capitalinos.

Por si fuera poco, el mismo “Nicogol” convirtió desde el manchón de penalti al 61 y mató toda esperanza para los blancos que en adelante lucharían únicamente por salvar la derrota.

El 2-1 favorable al Águila ponía la serie 3-1 y obligaba a los blancos a convertir cuatro goles más para acceder a la final, dejando su ilusión prácticamente a un milagro que, bajo ningún punto, estuvo cerca de cumplirse.

Acabaron los blancos buscando el 2-2, pero el platillo ya estaba servido, en esta ocasión la fiesta estaba preparada para los anaranjados, los mismos que lloraron hace seis meses cuando Alianza los apartó de la final en esta misma instancia.

Y en esta ocasión, la gran final se reservó para que el festejo sea exclusivo de los migueleños. La disputará Águila- Dragón.

Incendió Las Colinas

El otro finalista esperaba rival desde el sábado. Se trata de Dragón: un equipo que ha roto los moldes y los pronósticos. El cuadro mitológico se coló a la gran final de forma sorpresiva. Dejó a Juventud Independiente (Firpo) en el camino y el fin de semana apartó también al “súper poderoso” Santa Tecla.

Todavía no hay una explicación lógica de cómo los pericos pudieron desperdiciar tanta ventaja. Jugaron en casa, tenía el público a su favor y les bastaba el empate para sellar su pase a la finalísima, pero de tanta solvencia terminaron siendo incapaces.

Y es que el sábado, los tecleños, que llevaban 22 partidos sin perder, se vieron en la final antes de jugar los 90 minutos pendientes y eso les pasó factura ante un Dragón aguerrido.

Desperdició la primera mitad el equipo de Osvaldo Escudero que decidió guardar energías y especular con el 0-0 y, cuando quiso reaccionar en el complemento, el tiempo se había consumido.

Fue mejor Santa Tecla desde el pitazo inicial, manejó mejor la pelota, abrió la cancha y llegó a la portería mitológica en repetidas ocasiones, pero nunca logró ponerle fuego a la pólvora y dejó vivos a los migueleños.

En la parte de complemento, los tecleños cambiaron el “chip” y salieron a buscar el partido, pero para entonces Dragón ya se había acorazado en su cueva y Manuel González tenía puesto su traje de héroe.

Así, no importó cuántas veces los pericos bombardearon el área de los mitológicos porque siempre apareció Meme para conjurar el peligro y desviar con la mirada algunos remates al horizontal.

El pánico se apoderó de los tecleños del minuto 77 en adelante. Justo a ese tiempo llegó la jugada que le frustró la final. En un cobro de tiro libre, el balón pegó en las rodillas de Bryan Tamacas y caprichosamente se metió en su propia cabaña.

En adelante, Santa Tecla quiso que el tiempo se volviera eterno, pero el cronómetro se devoró rápido el tiempo y Dragón, al final, festejó por todo lo alto su pase a la fiesta mayor.

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