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DECISIÓN 2019: seguir, o detenerse

Francisco Herrera

Para mí que no está limpio; pero déjeme decirle que a nosotros no nos corresponde darle respuesta a esa pregunta, usted lo entiende. Le corresponde responder (es decir sentenciar si este señor está “limpio” o no) al Estado – y a nadie más –yo sé que esto usted lo tiene entendido también. Pero… hablemos. Por mi parte lo que veo es que Bukele (y percibo que no está solo) está aprovechando su condición de candidato para ponerse justo al borde de la cancha: unos centímetros atrás y estaría afuera; unos centímetros hacia acá y está dentro… como en el fútbol. ¿Pitó el árbitro?, bien. ¿No pitó?, sigue el juego. En el margen, siempre. En la cancha, pero jugando a que no está. 

Así, por ejemplo: ¿es campaña sucia los videos sobre “los incapaces y corruptos”? Sí, piensa Bukele, pero que me demuestren en qué es sucia, ¿qué significa “sucia” en términos de propaganda mediática? Que abro la boca y ya estoy mintiendo, sí; pero no me prohíben comprar espacio para mis videos, ¿entonces? Que tengo dinero para comprar encuestas, sí. Que me digan que no puedo hacer uso de mi dinero como yo quiera, incluso para comprar encuestas. Las encuestadoras ahí están, como los comerciantes de tomates en La Tiendona, que ahí están. Yo compro tomates, ¿no puedo comprar encuestas?

Sí, usted tiene razón; o sea este barbudito está en pleno en el espíritu de los Acuerdos, y si no me equivoco era un pre-adolescente cuando comenzaban a tomar cuerpo los Acuerdos… Es un barbudito light con método light… Me gusta eso de método light, con este barbudito en efecto no estamos en el Brasil de Bolsonaro, por ejemplo.

No, no estamos. Pero quisiera volver a lo que le decía sobre que es al Estado que corresponde pronunciarse sobre la conducta turbia de este barbudito en materia de negocios. Yo me atrevo a lo siguiente: en gran medida, y sin poner en una casilla aparte el problema social más grave que tenemos, usted sabe que me refiero a las pandillas; en gran medida, pues, nuestro país – si hacemos una comparación con nuestros más inmediatos vecinos – goza de estabilidad institucional bastante bien asentada.

En efecto, el Estado de derecho salvadoreño está funcionando; y para mí: en grandísima medida. ¿Por qué? Porque al concepto Estado de derecho el fmln le añadió, como reclamo cuando solo era oposición y como acción concretamente programada desde junio del 2009, el valor justicia social. Como para completar el concepto.

O sea, usted me está diciendo que el enemigo – hoy más que nunca – de los dos candidatos de la oligarquía son LOS PROGRAMAS SOCIALES. Sí, ese es el enemigo. Hoy más que nunca, más que antes del 2009, decir programas sociales es decir fmln, este fmln. Es en efecto este fmln el enemigo de Calleja y de Bukele, es lo que le estoy diciendo.

De acuerdo; pero usted me hablaba de Bukele fascista. Sí, por supuesto; pero recordemos, echemos la mirada a la historia del fascismo en el mundo, en Europa, por ejemplo. Y mire, no solo la mirada a la Europa de Mussolini en Italia hace cien años; o a la de Franco en España hace ochenta años. También a la Europa de estos días (Italia de nuevo, Alemania de nuevo, España de nuevo, Francia de nuevo… incluso países de gran avanzada social, Suecia, para citar un caso muy conocido), se está engangrenando de extremismo negador de los valores de tolerancia. Xenófobos o claramente racistas, todos esos países están – cada quien en su contexto – en los linderos del fascismo. Debemos cuidarnos de cualquier forma de simplismo, por supuesto; pero ¿cuál es el denominador común? Es el económico, como sabemos; pero del factor económico solo, el gran capital se acomoda, ya lo demostró Marx hace alrededor de 160 años. De lo que no se acomoda nunca es de lo social, sea el gran capital transnacional, sea el gran capital nacional. De ahí la diversidad de “modalidades” para engañar a los trabajadores: flexibilidad laboral, horas extra pagadas caprichosamente según el que se deja o según la edad, inequidad entre mano de obra nacional y extranjera, evasión de impuestos y un grandote etcétera que los dirigentes sindicalistas consecuentes con sus bases conocen muy bien. 

Sintetizando un poquitín: si hay un punto donde el candidato arenero se encuentra con el golondrino es en la obra social del fmln; vea usted solamente lo que presenta cada uno bajo etiqueta de programa, en materia de salarios, en materia de pensiones, en materia de protección a la niñez, en materia de gratuidad de la educación asumida por el Estado, en materia de protección de la familia agricultora, en materia de vivienda, en materia de salud… Perdón por la precisión: en materia de cobertura de la salud. Yo diría que ahí está la marca de los dos gobiernos del fmln, ahí está lo profundo del pensamiento del fmln, llevado a la práctica por los dos gobiernos (principalmente por el segundo, éste que culmina su tarea este 31 de mayo que viene. Es decir: no es “la salud” el punto; es la cobertura. Y es el concepto, extraordinariamente revolucionario tratándose de un país pobre: cobertura de calidad igual para todos y todas, barata, cara o muy cara, sin distingos de ningún matiz como lo manda nuestra Constitución, esa Constitución que por cierto el golondrino entre dos frases medio ha insinuado que “habría que cambiar”. Por supuesto: falta mucho por hacer para realizar a plenitud ese objetivo. 

Absolutamente de acuerdo con usted, pero le insisto: usted me hablaba de Bukele fascista. Claro, le respondo así: es que mientras el uno porta la bandera (Bukele), el otro va detrasito (Calleja). Es lo que pasó en Italia hace cien años. 

Y ya que estamos en el punto, fíjese que en Italia era el Partido Socialista el enemigo; y recordemos: eran los tiempos del inconmensurable entusiasmo de la clase obrera, en lo que se llamaba ya la Unión Soviética, y en toda Europa, y en los Estados Unidos, y en México, y en Cuba, y en Chile… y un poco más tarde en el Viet Nam de Ho Chi Min… y un poco más tarde en la China hoy todavía llamada por los medios de prensa “continental”. Aquí, hoy, este febrero 3 de este año 2019 el enemigo de la oligarquía se llama programa social del fmln. Se llama Farabundo.

[Continuamos la próxima semana, martes, miércoles y jueves].

[Ayer cerrábamos nuestra nota con  “Bukele en persona”]

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