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De la tregua entre pandillas

El mediador de la tregua entre las pandillas, viagra Raúl Mijango, viagra anunció el viernes pasado de la reanudación de la tregua entre las principales pandillas y maras del país, shop ordenada por los máximos cabecillas de las mismas, lo que ha habría provocado una disminución de los homicidios en las últimas 72 horas.

Creemos que si las pandillas deciden realizar una nueva tregua para no seguirse matando, o asesinado policías como lo hicieron el año pasado, cuando le quitaron la vida a 39 agentes de seguridad, y siete en lo que va del presente año, hay que alentar la continuidad de la tregua, con mira que culmine en la renuncia total de la violencia y de todo acto criminal.

La maras y pandillas realizaron una tregua en 2012, con la mediación del Mijango y el Obispo Fabio Colindres, que significó más de un mil homicidios menos en ese año.

Los jefes de las pandillas y maras deben entender de una vez por todas, que continuar con la violencia criminal no solo pone en peligro a la ciudadanía en general, sino a su propios familiares, principalmente a sus hijos e hijas, que pueden ser objeto de atentados de la pandilla contraria.

Una decisión de los pandilleros de abandonar la violencia definitivamente en El Salvador, permitiría cambiar la psicosis y los miedos y hasta el odio de la población salvadoreña contra esos grupos, y permitiría que el país, más pronto que tarde acelere el crecimiento económico.

Las autoridades, mientras tanto,  deben seguir con la persecución del delito, pues es su rol constitucional, porque además, ese accionar contribuye, desde la persecución del delincuente, hasta llevar tranquilidad a la ciudadanía.

Además de los homicidios, las autoridades deben combatir las extorsiones, que es otro delito provocado, en alto porcentaje por las pandillas.

El pastor Mario Vega, de la Iglesia Elim, escribió el viernes, en el Diario de Hoy, que “el tema de la extorsión se ha ido extendiendo y es casi universal. Son pocos los negocios que escapan a ella. Solamente aquellos que se ubican en los grandes centros comerciales o que poseen una poderosa seguridad privada son los que aún se ven libres del impuesto. La renta carcome permanentemente las utilidades reduciendo las posibilidades de retorno de capital y de acceso a créditos. El negocio se debilita y no puede competir contra los más grandes o fuertes… los pequeños y medianos comerciantes van quebrando sistemáticamente dejando el mercado entero a las grandes empresas”.

El asunto de las extorsiones, entonces, debe ser un tema prioritario de las autoridades, de combatirlo con toda su fuerza, aunque si las pandillas decidieran renunciar a esa modalidad delictiva que solo afecta a los pobres, como el anuncio de la tregua, sería un buen gesto de buena voluntad que apreciaría la sociedad salvadoreña.

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