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Como el Che

Ricardo Alonso Venereo
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Hoy cuando veo a un joven negarse a la hora de asumir una responsabilidad, en cualquiera de nuestras organizaciones políticas y de masas, incluso en tareas de dirección en un centro productivo o de servicio al pueblo, pienso en la conocida frase con la que todos ellos crecieron en las escuelas que dice: «Pioneros por el comunismo, seremos como el Che».
Miles han sido los jóvenes que se han formado en el país bajo este lema, no un simple lema, sino uno que encierra sobre todo, el compromiso de ser un hombre, que además de ser capaz de morir por la liberación de otros pueblos, fue entre nosotros ejemplo de abnegación, sacrificio, lealtad a una tierra que, aunque no lo vio nacer, lo acogió como si fuera su propio hijo.
Durante todos estos años nuestra juventud ha acompañado siempre a nuestro socialismo, por ello es que nuestro Comandante en Jefe siempre confió en esa fuerza capaz para no perder todo cuanto se ha logrado en beneficio del pueblo. Esa misma confianza la tiene la actual dirección del país y por eso los acompaña en todo, los apoya y estimula y también los reconoce.
Lograr una verdadera conciencia política lleva su tiempo.

No basta con ser un buen estudiante o trabajador, hay que saber ser un buen ejemplo. El Che nos dio, nos da y nos dará siempre esa pauta a seguir.
Entonces, qué falta para que toda la masa juvenil cubana, por supuesto, acompañada también por los que ya hemos transitado por otras épocas en las que igualmente crecimos bajo el mismo lema y que en su momento nos correspondió dar el paso al frente en cientos de tareas y responsabilidades, dé sin excepción su paso cuando se le necesite.
El ejemplo del Che es difícil de imitar por lo grande que es, pero se puede.

Incluso, su enfermedad respiratoria nunca fue un pretexto para dejar de cumplir con sus obligaciones o deberes.
Ser como el Che debe ser el modelo al que debe aspirar cada cubano y hombre del mundo que sea capaz de sufrir los dolores ajenos como suyos propios. Y si nosotros tuvimos el enorme privilegio de sentirlo nuestro, incluso, se hizo ciudadano cubano, cómo un joven de esta época no es lo suficientemente capaz de ser como él. Deberíamos todos preguntarnos por qué.

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