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Por Swami Gnaneswarananda (No. 3 y último)
(De la Revista El Rosacruz, agosto de 2007)
Personalidad
La segunda fase en el cultivo de la fuerza es lo que se conoce como fuerza de la personalidad, o fuerza moral. Es un hecho bien conocido que un hombre moralmente fuerte, un hombre de fuerte personalidad, siempre se abre camino a través de cualquier cosa. En la sociedad es la más dominante y atractiva personalidad. En los negocios es el más afortunado. En cada fase de la vida las dificultades se inclinan a su paso.
¿Cuál es el secreto del cultivo de tal fuerza y personalidad? Primero, uno debe tener una fe vigorosa en sí mismo -la que es, realmente- el resultado de la fuerza espiritual. En sánscrito, esta se llama shraddha. Segundo, tratar de vivir un ideal o misión alta, en vez de solo recoger un poquito de felicidad, un poquito de “buen tiempo” o algunos fragmentos del llamado éxito. Convéncete a ti mismo de que estás aquí para llenar un gran propósito. Estás aquí para dar, contribuir en algo hacia la felicidad y el bien de otros. La personalidad que siempre desea algo para sí misma es miserable… Se dador en todas las relaciones de tu vida y encontrarás que toda tu personalidad cambiará. Tu fuerza espiritual interna se afirmará. Tú no perderás nada por dar; por el contrario, todo se inclinará ante ti.
Tercero, está el cultivo de la fuerza física. Recuerda que un cuerpo sano es un receptáculo adecuado para una personalidad sana y el medio propio para la expresión de la fuerza potencial espiritual. Los Upanishadas, dicen: “Los débiles físicos son inadecuados para la realización del ser”. El cuerpo es el instrumento a través del cual tenemos que trabajar, y para el logro de cualquier cosa grande se necesita un instrumento de primera clase. Si el instrumento es defectuoso, el artista o el mecánico no podrían estar capacitados para hacer mucho de él. Este cuerpo debe cuidarse como cuidamos de un instrumento muy fino o una máquina delicada. Todo lo que es necesario para conservar el cuerpo en orden adecuado de salud debería hacerse como una tarea espiritual, recordando que es el medio para obtener un gran fin.
El cuerpo, un medio para un gran fin
Algunas personas confunden el medio con el fin, y se ven atados de pies y manos al cuerpo y sus cuidados y embellecimiento. Se pasan la vida entera identificándose por completo con sus cuerpos. Ellas viven y mueren sin saber que éste es un medio hacia un gran fin. Hay otras personas que van al otro extremo. Creen que como el espíritu es real, pueden descuidar el cuerpo.
Algunas veces actúan bajo el engaño de que el descuido y el fracaso en tomar medios propios para el cuidado del cuerpo son un signo de grandeza espiritual. Eso, por supuesto, es pura ignorancia. El cuerpo es el mejor y el único instrumento que ha sido puesto a nuestro cargo para la adquisición de todo lo que es espiritual. Los requisitos para obtener fuerza física son bien conocidos. Estos incluyen alimentación adecuada, descanso, aire, luz, condiciones decentes de vida, ejercicio, pureza de pensamiento y alegría.
Sin embargo, deberíamos recordar siempre que son las manifestaciones de nuestro potencial de fuerza espiritual las que constituyen la meta de la vida. Las otras fases de la fuerza son meras expresiones de esta, y deberían utilizarse para expresar la perfección espiritual fundamental en el hombre.
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RITUAL DE AYUDA ESPIRITUAL
El próximo domingo 1 de marzo, y los domingos subsiguientes que no coincidan con celebraciones cívicas o festivas, se ofrecerá para miembros y no miembros de AMORC, una actividad denominada “Ritual de Ayuda Espiritual”. Se llevará a cabo a las 10.30 a.m. en el Templo de este Centro Cultural Rosacruz. El ritual consiste en una meditación especial de ayuda para casos de enfermedad, de consolación y fortaleza u otros problemas que enfrenten las personas que soliciten con anticipación este servicio místico y metafísico. Adicionalmente, se dedicará un corto tiempo a la lectura de artículos de contenido místico publicados en la Revista El Rosacruz de diferentes años.
