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Ciudad Mujer: un modelo exitoso!!!

Nathaly Moreno

En El Salvador la inequidad, la desigualdad, la exclusión y la violencia constituyen retos sociales, económicos, ambientales y políticos, que afectan particularmente a las mujeres y niñas con menor acceso a recursos, servicios básicos y a su falta de poder e influencia en formulación de políticas públicas. En general, las mujeres se encuentran excluidas en términos reales, aunque no formales, de participar en política y de los beneficios socioeconómicos del desarrollo, incluidos el arte y la cultura. Las mujeres han tenido poca o nula autonomía económica, han estado fuera de los servicios y oportunidades de desarrollo de negocios, acceso a micro-créditos y tierra, capacitación laboral y alternativas de emprendimiento.

El Programa Ciudad Mujer ha sido implementado en El Salvador como una estrategia integral para el abordaje de las desigualdades que enfrentan miles de mujeres, que residen en el área urbana y rural, a través del empoderamiento en derechos y el fomento de su participación en actividades económicas y productivas que contribuyen a que éstas puedan salir de la pobreza. La desigualdad es una de las causas estructurales que origina la marginación y exclusión social.

Este Programa busca “garantizar que las mujeres tengan una vida digna con pleno goce y respeto de sus derechos, de una manera integral” http://www.ciudadmujer.gob.sv/que-es-ciudad-mujer/ Dicha iniciativa es liderada por la Secretaría de Inclusión Social de El Salvador, con el apoyo financiero del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

El Programa Ciudad Mujer ha sido reconocido como un modelo exitoso que sugiere su aplicación en otros países de América Latina. Se implementa por medio de la articulación del trabajo de 18 instituciones, coadyuvando a la buena administración pública bajo una visión sistémica. Se ha consolidado como un Programa para la atención integral de las mujeres mediante servicios especializados que reciben en seis centros en el país, que brindan servicios de las instituciones involucradas a partir de cinco módulos de atención: salud sexual y reproductiva; atención a la violencia de género, autonomía económica, gestión territorial y del conocimiento y atención infantil.

Desde sus inicios en marzo de 2011, ha brindado cerca de 3.9 millones de servicios a más de 1.4 millones de usuarias. Se ha convertido en un referente para países como Honduras, República Dominicana, México, Colombia y Paraguay y ha recibido diferentes reconocimientos, tanto a nivel nacional como internacional. A lo largo de su implementación, Ciudad Mujer ha hecho recibimientos de delegaciones internacionales que se han interesado en conocer de primera mano su funcionamiento y logros. Ciudad Mujer es un modelo exitoso!!

La Secretaria de Inclusión Social, Vanda Pignato ha señalado que “Ciudad Mujer constituye una experiencia única y transformadora para el cambio social, político y económico de los países de nuestra región. Su mayor impacto es que ha despertado la conciencia de las mujeres acerca de sus derechos”, fomentando oportunidades para el desarrollo económico.  Su sostenibilidad está enfocada en el fomento y reconocimiento del rol real y potencial de las mujeres en actividades productivas y sociales, así como su contribución al proceso nacional de desarrollo, eliminando todos aquellos obstáculos que les impiden el acceso a una oportunidad de empleo digno, a capacitación o el acceso a crédito para el emprendimiento de iniciativas productivas y de negocio.

Esta experiencia reafirma que eliminar la desigualdad y la violencia contra las mujeres no puede hacerse “desde el escritorio”, sino que implica la necesidad de acercarse a los territorios, trabajando a todo nivel y con una multiplicidad de actores.

La formulación de políticas, planes y/o estrategias para el combate de la desigualdad deben tener un abordaje multicausal, ya que solo atacando los orígenes de la desigualdad se podrá garantizar una mejor calidad de vida para las mujeres y sus familias.

La clave del éxito de Ciudad Mujer radica en la necesaria incorporación y articulación de esfuerzos interinstitucionales, el empoderamiento de las mujeres en el reconocimiento, aplicación y defensa de todos sus derechos; la implementación de acciones estratégicas que favorecen su propio desarrollo; el aprovechamiento de su liderazgo transformativo y la integración de los recursos locales para cambiar su realidad y la de su entorno.

Sin duda alguna, El Salvador ha avanzado en formulación y aplicación de políticas y legislación sobre protección y defensa de los derechos de las mujeres: la Política Nacional de las Mujeres, la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia contra las Mujeres, la Ley de Igualdad, Equidad y Erradicación de la Discriminación contra la Mujer, entre otras, estas forman parte del marco jurídico aprobado por el país para luchar contra toda forma de violencia y discriminación contra las mujeres.

Las organizaciones de la sociedad civil, diferentes colectivos de mujeres, feministas, alianzas y Mesas Nacionales, agencias y organismos de cooperación, entre otros actores clave han realizado grandes aportes y esfuerzos para lograr una vida con mayor igualdad para las mujeres.

Cada vez son más los llamados urgentes de las Naciones Unidas, en los foros internacionales de alto nivel y de muchos Estados, particularmente en América Latina (la región más desigual en el mundo) para que se creen acciones que acaben con todos los tipos de desigualdad contra las mujeres.

Sin embargo, aún con todos estos avances, el visibilizar y combatir las expresiones de desigualdad y violencia contra las mujeres sigue siendo unos de los principales retos de nación. Este gran desafío debe ser asumido como una prioridad en la agenda de país y tener una intencionalidad estratégica como parte de la visión del país que queremos construir.

Las cifras de abusos y violaciones a los derechos de las mujeres continúan siendo alarmantes y reflejo de esta desigualdad histórica de género, enraizada en un sistema patriarcal, que constituye un grave obstáculo para lograr el desarrollo integral de las mujeres y del país.

Las oportunidades económicas no se han abierto equitativamente para todas las mujeres, quienes continúan en desventaja en términos de servicios esenciales como salud, nutrición y educación.

Esta realidad nos llama a seguir avanzando en marcos jurídicos, regulatorios, en la articulación de esfuerzos, en la creación de estrategias para enfrentar las causas de la inequidad, que generan pobreza y la violencia, dos fenómenos sobre los cuales se deben de edificar nuevas sendas para su erradicación.

El mayor peso de la desigualdad y la pobreza en El Salvador sigue recayendo en las mujeres. Esta situación requiere con urgencia de un diálogo y de un acuerdo de nación en el que se definan e implementen acciones estratégicas y presupuesto para enfrentarla.

Este proceso requiere la participación de todos los sectores y actores de la sociedad, principalmente de la ciudadanía y deberá realizarse a todo nivel (nacional, municipal, comunitario, familiar) porque sus causas son complejas, diversas y enraizadas en un sistema que favorece y replica dicha desigualdad.

Ciudad Mujer es una estrategia exitosa que puede servir como modelo para el desarrollo de otras iniciativas que contribuyan a la erradicación de las desigualdades contra las mujeres.

Avanzar en la democracia, pasa inevitablemente por construir un Estado Salvadoreño que garantice la igualdad de derechos y oportunidades para mujeres y hombres y su participación en la construcción de políticas públicas que les beneficien. Solo de esta manera, las salvadoreñas y salvadoreños podrán gozar de una vida libre de violencia y de pobreza. Esta es una de las claves para alcanzar un desarrollo integral e inclusivo.

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