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BESSIE SMITH: LA EMPERATRIZ DEL BLUES

Oscar A. Fernández O.

Bessie Smith, buy nacida en la ciudad de Chattanooga, sildenafil   en el estado de Tennessee a finales del siglo XIX, fue conocida como la “emperatriz del blues” por haber sido la cantante de blues más popular de los años 20 y 30 y la más influyente en los cantantes que la siguieron. (Tirro: 2001)

Smith combinaba un inusual sentido del ritmo con una extrema sensibilidad para el tono y la dicción correctos, rasgo que le permitió llegar a una audiencia muy amplia. Su forma de articular notas y palabras, empleando gran variedad de enfoques rítmicos y tonales, aportaba a sus interpretaciones una gran elegancia y cierta apariencia de improvisación (Tirro: Ibidem)

El primer empleo de Smith fue de bailarina en la compañía Moses Stokes en un espectáculo en el que también trabajaba Ma Rainey, quien fue una especie de madrina artística. En 1923, cuando el blues comienza a vender discos, firmó con la Columbia records, y rápidamente trazó la línea de la Theater Owners Bookers Association. Su primera grabación fue Down Hearted Blues, grabada en Nueva York en febrero de 1923, una canción escrita y registrada previamente por Alberta Hunter. Ese mismo año graba también “Jailhouse Blues”, disco que, en cierto sentido, “señala la aparición del blues clásico” (Sierra: 1981)

Trabajando duramente en el teatro durante los meses de invierno y viajando el resto del año (tenía su propio vagón de ferrocarril), Smith llegó a ser la actriz negra mejor pagada de su tiempo. Realizó grabaciones junto a los artistas más importantes del momento, como Louis Armstrong, James P. Johnson, Joe Smith, o Fletcher Henderson. Con Louis Armstrong grabó el tema “St. Louis Blues”, que “constituye el epítome del blues clásico y destaca por el extraordinario equilibrio existente entre la interpretación vocal y el solo de corneta” (Biografías del Jazz)

La carrera de Smith fue breve debido a una combinación de alcoholismo, La Gran Depresión (la cual paralizó toda la industria discográfica) y el nacimiento del vodevil. Smith, sin embargo, nunca paró de realizarse. Mientras que los días de espectáculos elaborados estaban de moda, ella continuó viajando e invirtiendo tiempo de vez en cuando en cantar en clubs.

En 1929 protagonizó el cortometraje St. Louis Blues (canta la canción “St. Louis Blues” junto a los miembros de la orquesta de Fletcher Henderson, el coro de “Hall Johnson” y en un ambiente musical radicalmente diferente al resto de sus grabaciones) y trabajó también en un fracaso de Broadway llamado Pansy, un musical en el que toda la crítica coincidió en que ella era la única actriz que sobresalía.

John Hammond la convenció para grabar cuatro temas para la casa Okeh en 1933, después de verla actuar en el nightclub de Filadelfia. Éstas iban a ser sus grabaciones finales, de gran interés dado que la banda de acompañamiento incluyó músicos de la Era del Swing de la categoría de Frankie Newton y Chuck Berry. Incluso Benny Goodman, que se encontraba en el estudio colindante, se acercó para colaborar con una casi inaudible participación. Hammond no quedó satisfecho con el resultado, y prefirió poner en la cara B los viejos blues, pero “Take Me For A Buggy Ride” y “Gimme a Pigfoot” están entre sus grabaciones más populares.

Smith reanudó sus viajes agregando swing a su repertorio y logrando un cierto éxito. El 26 de septiembre de 1937 sufrió un grave accidente de coche mientras viajaba a un concierto en Clarksdale, Memphis. Se dirigía, a lo largo del estado de Misisipi, por la autopista 61 con su compañero (y tío de Lionel Hampton) Richard Morgan. La llevaron al Hospital para negros de Clarksdale, donde tuvieron que amputarle el brazo. Ya no volvió a recuperar el sentido y murió esa misma mañana.

Poco después de su muerte, Hammond armó un revuelo al criticar, en un artículo para la revista de jazz Down Beat, que Smith había sido rechazada en un hospital para blancos, sugiriendo que ella murió a causa de esto. Este rumor que se mantuvo por décadas, alentado en 1959 por la canción The Death of Bessie Smith (La muerte de Bessie Smith) de Edward Albee. Aunque las autoridades desmintieron en todo momento tales rumores, lo cierto es que Hammond nunca se retractó de su historia. Cuando en 1972 el biógrafo Chris Albertson, para su libro Bessie, consiguió una entrevista con Hugh Smith, uno de los doctores que la atendió en aquellas horas, éste guardó silencio respecto a este hecho (Tirro: op. Cit)

En uno de los últimos álbumes se ofrecían 14 de las canciones que Smith hizo famosas: The Devil’s Music: The Life and Blues of Bessie Smith por Angelo Parra. Llegó a las listas del “top-10 Off-Broadway experiences” en 2001 del diario New York Daily News. La influencia de Smith en otros cantantes ha sido muy significativa. Cantantes como Billie Holiday, Mahalia Jackson o Janis Joplin reconocieron su influencia. En 1970, cuando fue descubierto el sepulcro sin nombre en el que permanecía su cuerpo, Joplin se ofreció para pagar de su bolsillo el coste de la lápida.

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