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ARENA y el Fideicomiso de Obligaciones Previsionales

César Villalona

El Fideicomiso de Obligaciones Previsionales (FOP), creado por el último gobierno de ARENA, consiste en que las AFP están obligadas a comprarle al gobierno Certificados de Inversión Previsional (CIP) para que el gobierno obtenga el dinero que necesita para pagar pensiones del sistema público, o sea, del ISSS y del INPEP.
El último gobierno de ARENA creó ese mecanismo de endeudamiento público porque cuando se privatizaron las pensiones, durante el segundo gobierno de ARENA, a la mayoría de personas que cotizaban en el ISSS y el INPEP se les trasladó a las AFP y se dejó cotizando en el sistema público a la gente que pronto se pensionaría: las mujeres de más de 50 años y los hombres de más de 55.
El masivo traslado de cotizantes hacia las AFP generó en el año 2001 un grave problema financiero en el ISSS y en el INPEP, que ya no contaban con suficientes recursos de las cotizaciones para pagarles pensiones a miles de personas jubiladas. Ante esa situación, el gobierno de Francisco Flores vendió bonos entre 2001 y 2004 por 611 millones para pagar pensiones. O sea, el Ministerio de Hacienda tuvo que endeudarse para pagar pensiones de un sistema público afectado por la privatización.
Luego llegó el gobierno de Antonio Saca, que vendió bonos por otros 600 millones hasta el año 2006, cuando decidió que a partir de 2007 el dinero para las pensiones del sistema público debían prestarlo las AFP. Y ahí surgió el Fideicomiso, por el cual solo votaron los diputados y diputadas de ARENA, del PCN y del PDC.
Con esa decisión, el gobierno de ARENA negó lo que había ofrecido cuando privatizó las pensiones: que el dinero administrado por las AFP se utilizaría para financiar inversiones privadas que generen desarrollo y eleven los rendimientos de los fondos de pensiones. Desde entonces, el 45% de los fondos se han utilizado para pagar pensiones del sistema público.
Pero el problema es aún más grave, pues las AFP también le prestan al gobierno para darle complementos de pensiones a gente jubilada de las AFP que tenían pensiones de miseria y para darles pensión vitalicia cuando se les acaba la pensión de la AFP. Y también prestan para que el gobierno pague los certificados de traspaso del dinero que la gente había cotizado en el sistema público y que no le trasladaron a las AFP cuando comenzaron a cotizar en esas empresas. Dicho de manera sencilla, los gobiernos de ARENA le crearon al Estado y a la gente un enorme problema al privatizar las pensiones y quebrar al sistema público. El problema se puede resolver si mediante una reforma se crea un fondo común o solidario de donde se paguen los compromisos que ARENA le trasladó al Ministerio de Hacienda. Pero ni ARENA ni la ANEP quieren esa solución. Su único interés es defender las ganancias millonarias que las AFP obtienen de las cotizaciones de la gente y que suman 300 millones en 18 años.
Mientras no haya reforma, el gobierno tiene que seguirse endeudando con las AFP para pagar pensiones del sistema público. Y como las AFP ya habían llegado al tope de préstamos, pues el gobierno no podía deberles más del 45% de los fondos que ellas administran, la Asamblea Legislativa subió el techo a 50%. Esa es la única forma de conseguir dinero para pagarles pensiones por 450 millones a 100,000 personas jubiladas del INPEP y del ISSS, pues esas dos instituciones solo reciben 14 millones al año de 10,000 personas que todavía cotizan en ellas.
ARENA rechazó la decisión de la Asamblea, o sea, se opuso a que se siga utilizando el mecanismo creado durante su último gobierno y a que el gobierno le pague pensiones a miles de personas. También se opuso la ANEP, que en el pasado apoyó la privatización de las pensiones y las medidas adoptadas por los gobiernos de ARENA y que le generaron una enorme carga al Estado. Otra institución que se opuso es FUSADES, una ONG que había celebrado la creación del Fideicomiso.
En el año 2007, el señor Álvaro Trigueros, alto funcionario de FUSADES, dijo en un documento titulado “Respondiendo a los desafíos fiscales en El Salvador”, que “el déficit de pensiones no conduce a una crisis fiscal. Más bien la reforma (Fideicomiso) fortalece las finanzas públicas y la trayectoria actual de la deuda pública es favorable para el país”. Esas palabras no merecen comentarios, pero siempre las recordamos para mostrar la doble moral de la ultraderecha y su incapacidad para hacer pronósticos certeros.

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