TÚ EN CADA ROSTRO

Manuel Luna

Poeta

 
Rostros de la noche en este tiempo
Dan pesadilla a un niño reprendido
Que sonría a esas pesadillas
Como a esas palabras
Porque la vida tocó a la puerta
Con innumerables rostros y voces
Porque ese que viaja no es otro
Con él van otros hay muchos
Por qué, try quién se fía de quién
Porque la frontera hirió un costado
Y un hilillo de sangre interminable
Estanca hoy, y brota mañana
Porque ya no era el momento
De hacer equipaje de regreso
Saltar púas
Evadir, nerviosos perros amaestrados
Evadir, escuadrones armados
Colgarse en un papalote piscucha
Para buscar cuerpos inmolados
Y no basta fiarse a este instante
El tiempo es punzante y uno frágil
Una mitad de la palabra es falsa
La otra podrá ser verdadera
La otra no será la del día siguiente
Y la otra no hay que fiarse
Ya basta con el niño reprendido
Porque son su pesadilla
Las palabras diáfanas
Las palabras de cuchillos
Las palabras frases contrahechas
Sin confías ve Si desconfías cautela
Si amas, o no amas, no te fíes de ti
Los rostros de la noche son el tiempo
Son rostros son voces acantiladas
Se apaga la luz de cabecera y se enciende la vida
Sin que sea de noche, sin que sea de día
Sin que este nadie.
No hay quietud a nada
No no no no
Aún no se abre la puerta y, ya está el día siguiente
No es diversión, ese niño que hace malabares en la plaza
Y tampoco para el niño es divertido – no es juego-,
Juega tempranamente en serio a la vida y a su vida
Si le ves a los ojos, es incertidumbre A FUTURO
No creo que el golpe dure toda la vida –no te fíes-
No creo
Que permanezca la piedra hendida a la cabeza
Que hayan más desenterramientos
Quién ordena, quién dirige, quién entierra
Quién borra las huellas antes de llegar a las fosas
Será mañana el día de no temer – NO TE FIES-
Habrá sol al frente para maravillarse del planeta
Como sentir un beso imaginado de felicidad
-No te fíes-
Los rostros permanecerán ahí colgantes
Recién ese niño está enterado
Se oscurece la plaza, él baja el puente
Pernocta la vida entre la niebla y la hoguera
Y la noche que no extingue la flama.

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