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Triste papel de Ricardo Soriano

Cada individuo debe tener sus opciones políticas e ideológicas, las que determinarán, en algunos momentos, sus intereses de clase.

La trayectoria de Ricardo Soriano, como dirigente gremial es bastante lamentable, pues, siempre se ha inclinado más hacia quienes decantan el poder que a la clase trabajadora. Su conciencia de clase presenta un gran nubarrón.

Cuando la clase trabajadora más avanzada –revolucionaria, mejor dicho- creó la Unidad Nacional de Trabajadores Salvadoreños (UNTS), en plena guerra civil, no fue solo para luchar por los intereses de la clase trabajadora, sino también para empujar banderas políticas como el Diálogo- Negociación, para poner fin a la guerra civil.

Humberto Centeno, Guillermo Rojas, Francisco Martínez, Marco Tulio Lima y Cabrera, eran parte del directorio de la UNTS, que no solo enfrentaron a la clase empresarial en aquella época, sino que al Gobierno de Duarte, y con ello a los cuerpos represivos de la época.

Y mientras estos dirigentes hacían la lucha gremial y política en contra del régimen y la patronal, el señor Soriano, y otros, crearon, bajo el auspicio del Gobierno Demócrata Cristina la Unión Nacional de Obreros y Campesinos (UNOC).

Soriano con la UNOC, pretendían restarle bases y protagonismo a la UNTS, pero, no lo lograron, porque muy pronto, la clase obrera se dio cuenta del papel contrarrevolucionario que estaban abanderando la UNOC, con Soriano en la dirigencia.

Con la calidad y capacidad de dirigencia de la UNTS, en el camino lograron acercarse a otros dirigentes de la UNOC, por lo que acompañó en algunas plataformas reivindicativas y políticas.

Hoy Soriano, ha quedado plenamente claro que no responde a la Clase Trabajadora en el Consejo Nacional del Salario Mínimo (CNSM), sino que a la ANEP, al sector empresarial.

Por supuesto, Soriano no ha cambiado su oportunismo de clase, por eso es que en su trayectoria gremial ha estado siempre con los que tienen el poder político o económico, traicionando así a la clase trabajadora, a la que supuestamente representa.

Por eso es que, al ya no estar en el CNSM, porque la mayoría de sindicatos no votaron por él, ha amenazado, al igual que lo ha hecho la ANEP, con poner demandas en lo Contencioso Administrativo y Sala de lo Constitucional, para que desconozcan a los actuales miembros del CNSM.

Cuando Soriano y otros deciden tomar esa decisión, queda claro que su condición de clase no corresponde a su interés de clase, y decide acompañar a la clase hegemónica, al empresario, a los dueños de los medios de producción.

Que triste papel el de Ricardo Soriano en el devenir de la lucha gremial y sindical en El Salvador.

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