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Tradición náhuat-pipil: con el alma en los huesos

Caralvá

Fundador

Suplemento Tres mil

 

El tema del alma es una discusión milenaria en diversas ramas científicas y la filosofía, es un tema trascendental, que alcanza nuestra realidad y probablemente se ampliará hasta el fin de la humanidad, esa frontera inexacta se denomina “omega”.

Omega supone el fin, presumimos que acontecerá si los gobernantes se atreven a lanzar las bombas nucleares en Asia y esa acción genera terribles consecuencias en terceros países, así nuestras almas reposarán en paz. El alma para la familia mesoaméricana náhuatl-mexicano y náhuat-pipil tiene un significado no occidental, veamos el ejemplo: “… el concepto de “alma” o “psique” -en el sentido náhuatl-mexicano clásico -lo reemplaza una noción occidental que contrae su campo de aplicación. Ya no se imagina como una cantidad de energía esparcida por todo el cuerpo, pero concentrada en el tonalli/tuunal, “cabeza; energía”,  yollotl/yuuli, “corazón; vida”, e ihíyotl/ijiyu, “hígado; aliento”. En la mito-poética náhuatl-pipil, esta misma energía diseminada la condensan también otras secciones corporales como los huesos, -uumit (omi-tl, náhuatl-mexicano), por su vida latente, los ojos, -iix (îx-tli, nahúatlmexicano), por la visión, las manos, -mey/maa- (mā(i)tl, náhuatl-mexicano), por el conteo, etc. Más que una metáfora cada uno de esos órganos encarna un potencial psíquico específico en su función epistemológica. En cambio, por eurocentrismo, el “alma/psique” se percibe (aisthȇsin) confinada al interior de una esencia concreta, a la vez que los entes orgánicos e inorgánicos se despojan de esta cualidad energética. Aun si los mitos declaran nexti muyuulkwi uan taketsa, “la ceniza revive y habla”, al otorgarle un logos a lo inerte, la discrepancia con el pensamiento occidental resulta tan flagrante que lo adapta a su modelo institucional (Relato XLVI en L. Shultze-Jena) 7 (chicôme) Estudios Náhuat Pipiles/Rafael Lara – Ed. UEES, 2017, pág 13;  no obstante es una coincidencia con las costumbres hebreas del siglo primero de nuestra era. En el siglo I los hebreos tenían por costumbre recoger los huesos del difunto y someterle a un lavado ritual antes de introducirlos en un cofre de piedra donde reposarían definitivamente, pero es significativo el hecho que se efectuaba un segundo entierro de huesos donde permanecía definitivamente. La proximidad de lo divino con lo humano se encuentra más cerca de los huesos que en intangibles abstracciones retóricas, así en la biblia leemos: Hebreos 4, 12 “ puesto que la palabra de Dios es viva, y eficaz, y más penetrante que una espada de dos filos, y entra y penetra hasta los pliegues del alma y del espíritu, hasta las junturas y tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”; el  tuétano es la médula de los huesos y me parece que la mención bíblica de alma, espíritu y la parte central de los huesos les otorga una categoría muy proximal al alma y espíritu con los náhuat-pipiles. La película Coco es una metáfora de los huesos de la tradición mesoamericana, ahí existe: vida, celebración, memoria etc. y una segunda opción que olvida (muerte) o recuerda (vida) por los huesos.

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